Literatura y filosofía

Sshh... se leen... ¿palomitas? Hellraiser

El libro digital de Hellraiser está disponible aquí, los libros de sangre están disponibles aquí>> Tomo I, Tomo II, Tomo III, Tomo IV

Pongan los granos mientras les cuento de la película y el libro de hoy: Hellraiser. Un clásico de la literatura de terror moderno, y una película de culto que se ha convertido en una franquicia muy redituable.

El libro se llama The Hellbound Heart, y que yo tenga entendido, aunque no investigué mucho al respecto, no tiene traducción al español porque como primero se conoció la película, era mucho más impresionante llamar al libro como la película que traducir el título original del libro. 
Hellraiser es la película basada en el libro y se atrevieron a traducirla como "Puerta al infierno". Al menos no la destruyeron como en otras traducciones.

El libro maneja temas muy interesantes. Me refiero a entidades espirituales que capturan almas para construir nuevos seres sadomasoquistas (los cenobitas) que trabajan para una entidad espiritual que interpreta el dolor como placer. Ellos sólo pueden atravesar este mundo si logran descifrar un rompecabezas tridimensional llamado "La caja de Lemarchand" (se pronuncia en francés Lé-marchán, con r gutural), o también llamada "La configuración del dolor", por si no pueden pronunciarlo correctamente.

La película es muy fiel al libro, siendo, a mi muy humilde punto de vista, a la par de buena que el libro. Evidentemente la concepción mental que tendremos de los cenobitas si leemos el libro será muy distinta de la interpretación que se hizo en la película; pero si no tienen ni idea de cómo puede ser la estética sadomasoquista, la película da una buena orientación.

Independientemente de la estética gótica-sadomasoquista, la filosofía espiritual que se maneja es bastante interesante, con personajes muy definidos en sus manías, fantasías y deseos, así como también un manejo descriptivo muy explícito; pero lo suficientemente libre como para dejar que cada quien construya sus escenarios y personajes. No es un libro para quienes dicen que "es que leer libros en donde tengo que usar la imaginación no me gusta, me cansa y no les entiendo". Y sí hay libros para esas personas; pero ellos no saben que se llaman revistas de chismes.

La película tiene una saga, de la cual sólo recomiendo llegar hasta la segunda película, porque hasta allí se respeta en su plenitud lo escrito por Clive Barker. El resto de las películas no tienen ninguna relación con el libro, y sólo utilizan la mitología de Barker para interpretar historias alternas con sus cenobitas.

¿A quién le puede gustar este tipo de libro? A quienes les gusta Sade, Lovecraft y Mary Shelley. La saga de películas, fuera de que se convirtieron en algo comercial y prostituyeron la idea (cosa que quizá a los cenobitas hubiera excitado), pueden ser interesantes; pero viéndolas desde una perspectiva muy lejana al libro, aunque teniéndolo como referente mitológico.

En fin, lean el libro con un rico chocolate, o un café, y luego devoren las palomitas mientras ven la película, porque es altamente recomendable.

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Sshh... se leen... ¿palomitas? El Exorcista

Pueden conseguir la versión digital aquí

En esta ocasión vuelvo a fusionar ambas secciones, y no es por flojera, sino porque la idea me gustó como para extenderla a otros libros.

En esta ocasión tengo para ustedes (redoble de tambores, por favor) El Exorcista (fanfarrias).

¿Por dónde empezar? Dirían que por el principio; pero yo prefiero lo que dice el descuartizador: Vamos por partes. 

El libro fue un éxito del terror, aunque más afecta a los creyentes que a los no creyentes de la fe católica. El autor, William Peter Blatty, se basó en un hecho real de un exorcismo a un jovencito; pero sólo el hecho de la noticia fue suficiente para inspirarlo. No es el libro una copia fiel del exorcismo real, fue sólo una chispa que despertó la imaginación del escritor.

El libro está muy bien llevado, es de fácil lectura, tiene momentos grotescos, violentos, blasfémicos, la obra en sí misma está perfectamente estructurada. Quizá lo que algunos desearían son más descripciones de las ambientaciones y escenarios; pero en sí, a mi punto de vista, lo que hay es suficiente para crear una imagen mental muy personal, y eso hace que el libro se vuelva más profundo en la cabeza del lector.

Ante el éxito del libro, se realizó la película. Plagada de leyendas sobre su producción; pero otros hechos que sí fueron reales. Las personas que murieron en la producción no murieron por fuerzas sobrenaturales; sino por cuestiones que salud y edad que ya venían acarreando desde hace mucho.

Curiosidad. ¿Se han puesto a pensar qué idioma habla la madre del padre Karras en la película? Pues es griego, la señora actriz era griega, y la contrataron porque a los productores les recordaba a sus madres.

Sucede que cuando volvieron a estrenar la película en cines, con escenas inéditas y toda la parafernalia que la tecnología podía ofrecer en su tiempo, la gente se reía, se burlaba, hacían circo maroma y teatro. ¿Por qué? Simple. Por miedo. No quieren adentrarse a la película, no quieren empatizar con el sufrimiento y el dolor, y prefieren fanfarronear con la valentía que enfrentarse a sus propios miedos. 

¿Por qué esta obra genera tanto terror a creyentes y profanos? Porque el mal gana. Sí, ya les arruiné el final; pero si no la habían visto seguro se la contaron y además, ya lleva más de 40 años de haber salido, es secreto a voces. El mal, ese que no es aquel que quiere liberarte de un dios opresivo, sino aquel que te quiere destruir, denigrar, ofender y lastimar por toda la eternidad, ha ganado, el dios de los católicos no puede con él, la ciencia no puede con él. Al final, quiso su venganza y la consiguió. Triunfó, acabó con las vidas y con la fe de muchas personas, y, aunque ha desaparecido por ahora, siempre está latente su regreso.

En cuestión de actuaciones la película es muy buena, incluso algunos actores sufrieron daños físicos reales (y permanentes) por alcanzar el realismo en las escenas. El guión fue casi una copia al carbón de la novela (sólo que ciertas cosas no fueron puestas, algunas escenas aunque fueron filmadas no estuvieron al final, y los pensamientos no pueden ser mostrados al espectador del cine). La música una obra maestra, por si la quieren buscar, el tema principal sólo es una parte de la composición Tubular Bells, de Mike Oldfield. La banda sonora estupenda, por eso les recomiendo que la vean con su audio original, ningún doblaje le hace honores.  Los efectos especiales, estupendos, verdadero arte que no necesitaba, como lo hacen ahora, de ambientes obscuros y escenas rápidas para que no se note la computadora. Todo lo que ven es real dentro de los efectos especiales (a menos que tengan la versión nueva, en la cual agregaron algunos detalles por computadora). Y sobre todo, para los que se sienten orgullosos de ser mexicanos, Gonzalo Gavira (fallecido en 2005), mexicano, participó en la banda sonora.

El libro es una maravilla, la película también; pero las secuelas y luego, totalmente absurdas y fuera de la realidad, las precuelas, son otra cosa. Que aunque estuvieron hasta cierto punto apoyadas por el escritor original, se nota que se perdió toda la magia y sólo se tenía en la mira un fajo de billetes. Quizá como películas aparte podríamos hablar de ellas; pero como fruto de la obra maestra que es El Exorcista, dejan bastante qué desear.

¿Por qué hubo tanto éxito en la adaptación del libro a la película? Porque el autor del libro estuvo todo el tiempo durante el proceso de la producción. Sólo así se pueden respetar las ideas originales, teniendo a los autores originales con ellos, porque después, es sólo una interpretación de la idea original.

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Sshh... se leen... ¿palomitas? Hannibal

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Dragón Rojo, El Silencio de los Corderos, Hannibal, y esta que para mi gusto está de más, El Origen del Mal

En esta fusión de las secciones de cine y literatura que fundé, quiero presentar libros que son películas y que ambos valen mucho la pena.

En este artículo quiero hablar de la obra del autor Thomas Harris, quien es licenciado en lengua inglesa y sólo sabemos que trabajó como periodista. Poco se sabe de su vida personal, y qué bueno porque eso no es lo importante, sino su arte.

Todas sus novelas han sido películas: Domingo Negro (un atentado terrorista en el Súper Tazón), Dragón Rojo, El Silencio de los Corderos (que en el cine se llama El Silencio de los Inocentes), Hannibal y Hannibal Rising (en México se conoce como Hannibal, El Origen del Mal).

Sólo hablaré de la trilogía original del Dr. Hannibal Lecter. No he leído ni visto Domingo Negro, y considero que Hannibal Rising es una traición a todo lo que Hannibal significa.

Hay dos versiones cinematográficas de Dragón Rojo, una dirigida por Michael Mann y que se llamó Manhunter (Cazador de Hombres para México, Hunter para España). Salió en 1981, y la película se centra más en el detective William Graham, mostrando mediante soliloquios su habilidad mental para meterse en las mentes criminales, logrando pensar como ellos, y así poder atraparlos. Hannibal queda en un plano secundario. En general, esta película muestra actuaciones débiles, una dirección muy atrevida (en el sentido de que el director se expone demasiado experimentando), y fallando rotundamente en serle fiel a la novela. La película de Brett Ratner (que sí se llamó Dragón Rojo) fue mucho más fiel al libro, excepto por el final, el cual en la novela es mucho más salvaje y brutal; pero ahora da protagonismo a Hannibal en lugar de a William, cuando en el libro el protagonista es William. También con fallos en la caracterización de los personajes; pero las actuaciones son más libres de los experimentos del primer director. Ambas películas fallan en una escena que me hubiera encantado ver: El Dragón Rojo obligando a Francis a levantar peso allende su capacidad física, sólo para demostrar quién tiene el control.

Ahora, el libro. Es policiaco. No piensen que es terror, suspenso, "gore", no, es una investigación policiaca y por lo tanto, puede ser pesado de leer por las descripciones y diálogos. Un punto a favor es el manejo psicológico de los personajes, que nos dan una impresión muy viva de sus formas de ser.

El siguiente libro fue El Silencio de los Corderos; pero irónicamente fue la primera película de la trilogía. Fallan rotundamente en dar viveza a la amplia gama psicológica, escénica y ambiental que maneja el libro. Creo que sólo dos cosas son rescatables: La actuación de Sir Anthony Hopkins, y la escena del escape del hotel, porque en el libro escapa diferente. Un éxito en taquilla; pero no es fiel al libro, el cual, también es un éxito porque es muy bueno, aunque todavía policiaco.

El tercer libro fue Hannibal, un precioso libro que nos mete en la mente del Dr. Lecter, en sus mundos internos, en sus fobias, en sus manías y fantasías de lo que realmente anhela y desea. Más al estilo de suspenso aunque nunca se separa de la trama policiaca. La película falla en ese aspecto, como todas las películas lo harán, porque no pueden mostrar el pensamiento de los personajes sin caer en surrealismo, cosa que no se ve bien en la taquilla del cine económicamente hablando.  Debido a la longitud del libro, la adaptación tuvo que hacer recortes de escenas y de personajes. Hubo cambios brutales al final de la película: La muerte de Mason, el encuentro final entre Clarice y Hannibal, ambos totalmente diferentes en el libro, y a mi parecer, muy superiores; pero demasiado "gore" para el gusto de ciertas sensibilidades. El libro es altamente recomendable, la película, sólo recomendable.

Dato curioso, en el libro y la película se menciona a Il Mostro, una leyenda de Italia que mata sin causa aparente y sin patrón; pero que lo hace desde hace siglos. Se cree, en la vida real, que son sectas que hacen sacrificios humanos; pero nadie ha podido comprobar nada, haciendo que naciera la leyenda de un monstruo que sale cada determinado tiempo a matar.

El último intento del Sr. Harris de explotar a su hijo más redituable, fue la desastrosa novela Hannibal Rising, y su película, que es fiel al libro como lo son ambos fieles a la mercadotecnia y a los estudios de mercado realizados. Ambos traicionan al Dr. Lecter en su concepción mental formada durante el libro Hannibal, huecos sin sentido en las historias, (la tía, el legado samurái, y en el cine, el uso de ropa fuera de época, ni qué decir de la motocicleta que parece sacada del futuro por ser un modelo fuera de su tiempo) así como forzar características psicológicas que no concuerdan si hacemos una extrapolación a su vejez. El libro y la película son un insulto a los seguidores y al personaje mismo; pero fue un éxito en taquilla, tan es así que se hizo la serie de televisión, la cual, por respeto al Dr. Lecter, no la he visto.

Así de que lean primero los libros de la trilogía original, y después hagan un montón de palomitas, para que vean las películas y tomen sus propias conclusiones.

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Diálogos con la obscuridad. 9 de 9

-Tú que eres antes que la luz, eres a pesar de la luz, y persistes después de la luz, dime, pues has de tener sabiduría eterna e infinita, dime... ¿quiénes son tus amigos que te acompañan?

-El delgado se llama Lucio, y el de espalda ancha se llama Arístocles. Quizá los ubiques mejor si te digo que el delgado se apellida Séneca, y al otro le solían llamar Platón, por su espalda ancha; pero tú no venías a preguntarme eso.

-De hecho, venía a preguntarte sobre la amistad. Mejor regreso luego que estés menos ocupado.

(Platón): Quédate con nosotros. Yo te explicaré el significado de la amistad.

-¿Y cuál es?

(Platón): Tener un beneficio. Las personas sólo se juntan entre sí cuando hay una necesidad para satisfacer. Las buenas relaciones se conservan mientras exista la necesidad, y cuando ya no existe, o ya no pueden satisfacer esa necesidad, se alejan.

(Séneca): Ya veo el motivo de mi presencia aquí, ¡oh, obscuridad! No puedo estar más en desacuerdo con el griego.

(Platón): ¡Por el can! ¿Vas a decirme, español, que no estás de acuerdo conmigo, después de que tuviste como amigos a esos monstruos de la historia?

-¿Séneca era español? Pensé que era romano.

(Séneca): Fui ciudadano de Roma; pero nací en la provincia de Hispania, actual España. Y no, Arístocles, no puedo afirmar que fui amigo de esas bestias, sólo traté de sobrevivir en una Roma corrompida por la soberbia. Traté de aconsejar a todos ellos, y todos ellos me ignoraron. Pero no lo hice por ellos, sino por Roma, mi pobre Roma que ya no existe.

(Platón): Ni mi Grecia tampoco.

(Séneca): Eso ya no nos debe preocupar, porque ya hemos pasado a otro plano. Te diré mi punto de vista sobre la amistad. Sólo un sabio puede ser un verdadero amigo. El sabio es aquel que tiene todo dentro de su dignidad, su propia moral y conocimientos lo han hecho tan fuerte y autosustentable, que él no necesita de nadie ni de nada para ser feliz, porque él emana felicidad. El sabio, entonces, esparcirá su felicidad a los demás. Irá a donde está el preso para consolarlo, irá con el enfermo para acompañarlo, irá con el pobre para ayudarlo, y no esperará nada a cambio más que el fruto de su buena obra.

-No entiendo, uno me dice que busque mi bienestar personal y otro que busque dar sin esperar nada a cambio, ¿qué debo hacer para entender la amistad? Obscuridad, ¿me puedes ayudar a decidir?

(Nueva persona): Yo te aconsejo que hagas uno y otro.

-Ah, mira, este italiano, es Nicolás, quizá lo ubiques por su apellido, Maquiavelo.

(Maquiavelo): Hay personas que no pueden ser tus amigos, porque sólo te serán parásitos. Hay otros que sí pueden serlo, porque como dijo Lucio, mutuamente se harán más felices y crecerán en todos los aspectos juntos. Me gustaría decirte que puedes rodearte sólo de amigos alcanzando la sabiduría; pero después de conocer a los Borgia y a los Médici, créeme que hay personas que merecen ser tratadas como dice Arístocles.

-Esto me complica más la respuesta, ¿qué debo hacer, cómo decidir?

-Ahora te respondo yo. Trata a todos como si fueran tus amigos, busca la sabiduría y ella misma, ya lo verás, te mostrará quiénes sí merecen tu amistad y quiénes no. No temas retirarle tu amistad a alguien, teme no retirársela a quien te parasita. Los amigos de verdad, bajo los términos de Lucio, son para siempre y nunca se separan, los amigos bajo los términos de Arístocles, muestran su verdadero rostro fácilmente. No es necesario que seas tan burocrático, que digas "¿quieres ser mi amigo?", o, "ya no seremos amigos a partir de tal hora". Las mismas esencias de las personas hacen que se separen y se unan, y cuando se unen, es un vínculo tan fuerte que el espacio y el tiempo está más allá de ellos. Amigos de verdad pueden dejar de verse por años, o vivir hasta el otro lado del mundo, y seguirán siendo tan amigos como el primer día. En cambio, los parásitos, ni estando en la misma habitación se hablan.
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Diálogos con la obscuridad. 8 de 9

-Tú que eres antes que la luz, eres a pesar de la luz, y persistes después de la luz, dime, pues has de tener sabiduría eterna e infinita, dime, ¿existe Dios?

-¿Cuál Dios? Dios es un nombre para una entidad superior. Las personas le llaman Dios a lo que no conocen y les abruma con su superioridad sobre ellos. En ese aspecto, sí que existe Dios, porque les afecta a los seres.

-No, mi pregunta va en el sentido de que si existe un ser superior.

-Claro, todos aquellos que han evolucionado más que tú. Todos ellos son seres superiores.

-Mejor dicho, ¿existe un ser que sea el supremo?

-Por supuesto. El ser en sí mismo.

-¿Es ese ser el que se ha manifestado a nosotros?

-No. Los diferentes seres superiores que se han manifestado a la humanidad se contradicen en muchos puntos. Uno dice que hagan la guerra, otro que sean pacíficos y castos, otro que se reproduzcan como plaga. Son seres superiores, quizá; pero no son el ser supremo.

-Mis amigos dicen que el ser supremo no existe.

-Eso se debe a que en tu cultura, a la que tú llamas "occidental", se ha llegado al hastío de las tradiciones religiosas que les han llevado a la opresión, a la decadencia y al estancamiento. Ningún filósofo es ateo, y los que han atacado a la fe, han atacado a la religión tradicional de la cultura. No puede la mente humana abarcar el concepto del ser supremo, es como abarcar el océano con un gotero. El ser en sí mismo, una entidad recursiva, siempre creciente, que es atemporal y más allá de lo que incluso yo puedo imaginar, existe porque existimos.

-Mis amigos científicos son muy tercos y no puedo dialogar con ellos. Les pido que hagan una suposición y se cierran gritándome ¡eso no puede ser!

-Claro que sí puede ser, ellos mismos lo han hecho. El Dios cristiano es según la creencia del ritual católico, verdadero Dios y verdadero hombre. Para los hombres de ciencia, el gato de Schrödinger está verdaderamente vivo y verdaderamente muerto. Sólo es cambio de semántica.

-Mis amigos filósofos dicen que Dios ha muerto, o que debe morir.

-Son sólo nenes frustrados o influenciados por mentes frustradas. Incapaces de concebir el significado de palabras propias, mucho menos ajenas. El ser en sí mismo es tan inmenso, que le vale que creas en él o no, tú eres un accidente de su autoexpansión, le da igual lo que hagas con tu vida. El ser en sí no puede dejar de ser, porque sería la aniquilación total del todo. Todo es, y si todo es, significa que todos somos parte de él. ¿Te das cuenta de todo el poder que tienes? Y a la vez, debes temer, porque estás solo, y tú tienes el poder de guiar tu naturaleza al siguiente nivel, y convertirte, como dicen, por ejemplo, los satanistas, en un Dios, es decir, evolucionar al siguiente nivel, un nivel superior.
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