Literatura y filosofía

Apología del español y la lectura. Eduardo Rhó (Parte 3 de 4)

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"III.e. Los mitos sobre el español

Es común entre los hispanohablantes elaborar mitos, en lugar de buscar soluciones, para así asignárselos a instituciones que oficien ritos orientados a atender los problemas, y así quedarse con la conciencia tranquila. En relación a nuestro idioma hemos creado varios:
 Somos 400 millones y sólo por eso el español es una lengua internacional.
 El mercado natural, que sólo por hablar el mismo idioma los hispanohablantes comprarán en empresas de hispanohablantes.
 El idioma español, reconquistador de los Estados Unidos.


"El dominio de la lengua no es erudición ni adorno: es una cuestión de identidad, una cuestión de ser", dijo Víctor García de la Concha, director de la Real Academia Española y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española, en la ya mencionada entrevista concedida al diario La Nación de Argentina, el 23 de octubre del 2003.

"Se nos llena la boca con la expansión del español, con los 400 millones de hispanohablantes, y es verdad, pero es una verdad a medias. No es una cuestión solamente cuantitativa o demográfica, sino también de calidad. La globalización está haciendo que vayan a quedar pocas lenguas de comunicación universal. Una lengua, para ser una lengua de comunicación universal, necesita cuatro cosas: muchos hablantes, estructura trabada, presencia importante en las nuevas tecnologías y en el mundo de las comunicaciones científicas, y alto reconocimiento en los medios diplomáticos."

Tenemos un idioma con un número muy elevado de habitantes pero que no se utiliza como vehículo de intercambio fuera de nuestros dominios geográficos y cede cada vez más espacios, como en el científico y el diplomático, al inglés y a otros idiomas. Si bien nuestros investigadores, especialmente en España, han tenido un notable desarrollo, esto no ha resultado en el interés de usar nuestro idioma para fines científicos sino, por el contrario, ha provocado que, con el ánimo de buscar una mayor difusión de su trabajo, busquen publicar en inglés. En el ámbito diplomático ya vimos las presiones del francés, del alemán y del italiano.

En cuanto al "mercado natural", lejos de favorecernos, nos ha perjudicado. Ninguna campaña de "compre lo nuestro" ha funcionado y si económicamente tenemos la oportunidad, preferimos comprar productos estadounidenses, japoneses o alemanes en lugar de los nuestros. Pero por otra parte, aunque es cierto que la dimensión actual del mercado en español ha atraído a un buen número de estudiantes, también lo es el hecho de que su único objetivo es el lograr ventajas competitivas y que no tienen ningún interés por nuestra cultura o valores humanos. Esto es muy peligroso, especialmente para nuestra planta laboral, ya que es gente que viene de países en donde están concientes de la importancia económica de los idiomas y se están preparando muy bien para competir en nuestro territorio.

Para avanzar en el análisis del mito de la lengua española como una de las más habladas del planeta, podemos revisar otro que se refiere al peso del español en Estados Unidos.

En este país del norte viven más de 30 millones de hispanohablantes, pero lo que tendríamos que preguntarnos es qué peso lingüístico tienen y qué ventajas económicas representa ese hecho para aquellos que hablamos el mismo idioma.

La realidad del español en Estados Unidos es muy cruda y dista mucho de los mensajes triunfalistas de la Real Academia Española de la Lengua. El primer problema es la falta de homogeneidad, tanto idiomática como cultural, entre los que hablan español. Tenemos a mexicanos, portorriqueños, cubanos, centroamericanos y sudamericanos en todo el territorio estadounidense, que más que preocupados por difundir nuestro idioma, lo están por aprender inglés para lograr mejores puestos de trabajo. No es una experiencia extraña el que un residente mexicano en Estados Unidos responda con un: "Sorry, I don't speak Spanish" a una pregunta en español.

Por otro lado tenemos el fenómeno chicano. La mayor parte de la literatura chicana está en inglés y sus autores difícilmente pueden expresarse en español. El "espanglish", lejos de ser un refugio de nuestro idioma, está circunscrita a los espacios social y culturalmente más deprimidos y, según los expertos, será progresivamente absorbido por la lengua dominante, que irá sustituyendo los vocablos españoles por los ingleses hasta hacerlo desaparecer.

Si revisamos la situación de los descendientes de hispanohablantes, nos encontramos que la tercera generación ya no conoce el español y sólo se expresa en inglés. El español en Estados Unidos no está en fase de "reconquista" sino en la de integración a la cultura estadounidense.

"La igualdad económica y educativa se alcanza a través de la integración en la cultura dominante", escribía en el diario español ABC, en la víspera del día de la Hispanidad de 1999, el ex gobernador de Puerto Rico, Rafael Hernández Colón.

Mientras Estados Unidos sea potencia económica el inglés será el polo de atracción lingüístico. Si bien hay muchos anglohablantes aprendiendo español, los pronósticos indican que para el año 2050, habrán estudiado inglés más de 2000 millones de personas en el mundo. Será importante tenerlo en cuenta a la hora de buscar las soluciones

Conclusiones y recomendaciones

Tenemos un gran idioma pero, como todo lo nuestro, lleno de contrastes. Si en literatura es rico, en ciencia y tecnología es pobre; tenemos innumerables ganadores del premio Nóbel y una pujante industria editorial, pero más de la mitad de nuestros habitantes no entiende lo que lee; lo estudian mucho los de afuera y nosotros adentro hacemos lo posible por olvidarlo. Lo preocupante es que las autoridades de la Academia sólo ven la parte bonita, y los responsables de nuestros países sólo ven, con impotencia, la fea.

Vimos ya los agentes que amenazan al español: el inglés con su agresiva penetración vía Internet, nuestro rezago dentro de esta sociedad de la información, el descuido de nuestras políticas educativas y culturales, que nos tiene sumidos en el analfabetismo, y de las ciencias y tecnologías, que nos condenan a depender de otros idiomas para poder avanzar. Revisamos también el riesgo de mantenernos impasibles, como lo es el fraccionamiento del español en dialectos regionales y la consiguiente pérdida de identidad, que en estos días es de las pocas cosas que nos mantienen unidos. Analizamos muchos aspectos más relacionados con nuestro idioma, con datos y opiniones de expertos de ambos bandos: optimistas y pesimistas (o debería decirles realistas) y todo con la idea, como lo expuse en un principio, de llevar a cabo" (Interrumpo, en el original dice "llevar acabo", lo cual es incorrecto, he dejado pasar muchos errores por respetar el texto original; pero este es una demostración que las editoriales ya no son de confiar tampoco) "un ejercicio de reflexión. Después de hacerlo, a mí me queda la impresión de que el español tiene problemas, con injerencia en muchos ámbitos de nuestra vida, y que no estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance por solucionarlos, aunque propuestas no hayan faltado"


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