Literatura y filosofía

Apología del español y la lectura. Eduardo Rhó (Parte 2 de 4)

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"III.b. Las amenazas

En la sede de la Real Academia Española de la Lengua (RAE) ven las cosas con optimismo:" (No así la RALA, que la ve con seriedad y sí actúa a favor del idioma) ""El idioma español vive un momento de expansión y esplendor", aseguró a la AFP el académico Gregorio Salvador.


Como ejemplo, cita "la cantidad de premios Nóbel de literatura en lengua española que se han producido en los últimos decenios" y las cifras millonarias que alcanza la difusión de escritores de lengua castellana, tanto en España como en América Latina.

"La buena salud del idioma la proporciona fundamentalmente la creación literaria. Si la literatura es una literatura de calidad, de prestigio y que se lee, quiere decir que la lengua tiene un gran nivel", insiste, sin embargo un análisis más objetivo muestra un panorama distinto.

Las amenazas a nuestro idioma surgen de dos fuetnes, una externa y otra interna:

Amenazas externas

La principal amenaza externa proviene de los embates del inglés, cuya capacidad de penetración aumentó radicalmente con el desarrollo de Internet, aunque no es nuestro único enemigo.

"En apenas medio siglo, el inglés ha colocado en nuestras bocas tantas palabras como el árabe en ocho centurias", sostiene Alex Grijelmo en su libro "Defensa apasionada del español".

Sin embargo, no es la primera ofensiva que sufre nuestro idioma, como lengua moderna, en los últimos años:

"Hace un siglo los neologismos de todas las lenguas se construían con palabras del latín y el griego. En aquel entonces también los cambios tecnológicos provenían de países que no hablaban en castellano: Inglaterra, Francia o Alemania", explicó Juan Grompone, miembro de la Academia Nacional de Letras de Uruguay, a la AFP.

La diferencia es que en aquel entonces, la influencia se ejercía a través de los libros, o de las personas que se movían entre los países, y tomaba años que un término fuera aceptado por la gente, y muchos más para que la Real Academia de la Lengua lo incluyera en su diccionario. Ahora Internet bombardea en inglés a millones de hogares, y a miles de oficinas y universidades todos los días, y eso que en nuestros países aún es mínima su penetración. ¿Qué pasará cuando en poco tiempo se duplique o triplique el número de conexiones?

Hace unos años la Comunidad Europea apoyó un proyecto de algunos fabricantes que pretendían comercializar software, teclados y productos de computación sin la letra "ñ". Fue necesario que la comunidad intelectual de habla hispana interviniera con decisión para que tal propuesta no fuera aceptada; pero los ataques no cesan.

Alemania, primer país de la Unión Europea en número de hablantes, reclama cada vez con más fuerza el uso del alemán en los foros europeos.

El aumento de los países que la conforman hace imposible seguir con el concepto de idiomas oficiales y los documentos sólo se traducen por solicitud especial, lo que ha reducido en buena forma el número de textos disponibles en español. Pero también el francés y el italiano presionan, sobre todo aprovechando el alto número de hispanohablantes que abandonan su idioma. Un español que llega a otro país europeo, con seguridad deberá emplear una lengua distinta a la suya para hacerse entender, ya que muy pocos la usan fuera de España.

Las amenazas externas son muy serias, pero, a mi parecer, no tanto como las que surgen dentro de nuestro contorno geográfico.

Amenazas internas

Una de las principales amenazas internas al español somos nosotros mismo, que deberíamos ser los más interesados en defender nuestro idioma: el enemigo en casa.

El analfabetismo formal en los países de habla hispana es de alrededor del 10%. En cuanto al porcentaje de analfabetos funcionales y de iletrados no hay cifras oficiales pero los expertos están de acuerdo en que la situación es grave.

En 1978, la UNESCO definió el analfabetismo funcional en los términos siguientes: "Es funcionalmente analfabeto una persona incapaz de ejercer todas las actividades para las cuales la alfabetización es necesaria en el buen funcionamiento de su grupo o comunidad y también para permitirle continuar leyendo, escribiendo y calculando en beneficio de su desarrollo personal y el de su comunidad". La UNESCO define asimismo la condición del iletrado, que puede vincularse más claramente a la incapacidad de lectura de un diario: "Iletrado es el que, habiendo habiendo aprendido a leer y escribir, ha perdido la práctica hasta el punto de no poder comprender un texto simple y breve en relación con su vida cotidiana".

Está claro que una persona que no lee no puede hablar bien, y para entender la magnitud del problema revisemos algunas cifras.

La cantidad de libros leídos por año, por persona, en los países con mayor número de hispanohablantes es como sigue:
Argentina 4.6
Colombia 3
España 9
México 2.9

Nota: Datos al 2006

Cabe mencionar que en España ese porcentaje se refiere a libros no de texto. En Latinoamérica, en las estadísticas consultadas, no queda claro si incluyen textos relacionados con el sector educativo, que los alumnos se ven obligados a leer, o no. Si los incluyéramos, España elevaría su índice a 18, aunque incidiría muy poco en el promedio general, ya que el número de personas que allí hablan nuestro idioma es menor al 10% del total en el mundo (34 millones). La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencias y la Cultura (UNESCO) establece como nivel de lecutra de 4 libros por habitante al año, que Latinoamérica está lejos de alcanzar. Tomando, por ejemplo a México, que representa a más de la cuarta parte de los hispanohablantes del mundo, en él, alrededor de 39 millones de personas (casi la mitad de la población de 12 años o más) sólo entiende algo, poco o simplemente nada de lo que lee.

En los territorios de habla hispana, por lo menos un cuarto de la población es técnicamente analfabeta y otro 25 por ciento es analfabeta funcional, lo que significa que no comprenden siquiera un texto breve que se refiere a un tema habitual de su vida cotidiana.

"La falta de respeto por el patrimonio común que constituye el idioma español provoca que en España -su cuna- las señales de tráfico contengan notables faltas de ortografía -'autovia' sin acento; 'desvio' sin acento; 'Alcala' sin acento- o que el 'alto' o el 'pare' que se emplean en Latinoamérica les sustituya la palabra 'stop'", documenta Grijelmo.

Cita el mismo escritor en una encuesta realizada en España que sólo cinco de cada 100 estudiantes de 16 años comprende la lógica de los acentos, el 72 por ciento se enreda con la hace y 53 por ciento confunde la "ll" con "y". el 15 por ciento no puede escribir una historia básica.

Una investigación en América Latina, sin duda, arrojaría peores resultados.

La principal responsabilidad de esa negligencia general, según el académico Fernando Lázaro Carreter, corresponde a las autoridades educacionales, que parecen haber renunciado a proteger la lengua.

"Es una actitud suicida de la sociedad renunciar a un idioma mejor", sentenció.

Pero no sólo es cuestión de las autoridades educacionales. España, cuna de nuestra lengua, podría hacer más de lo que hace para enfrentar semejante problema. Analicemos en ese sentido lo que ha hecho Francia, uno de nuestros más tenaces competidores.

En 1880 el geógrafo Onésime Reclus utiliza por primera vez el término "francofonía" para desribir a la comunidad lingüística y cultural que constituía Francia con sus colonias. Actualmente ha dejado de tener esa connotación colonial para pasar a designar dos realidades distintas aunque complementarias. En su acepción más amplia, engloba al conjunto de las acciones que promueven la lengua francesa y los valores que esta transmite sin importar el país en el que se llevan a cabo. En el sentido institucional, cuando se escribe con mayúscula, se refire a la organización internacional que agrupa a los 56 Estados y gobiernos que han decidido adherirse a su Carta.

La lengua francesa sigue ocupando hoy en día un importante lugar en el mundo a pesar de su debilidad en determinados sectores como las ciencias puras, el derecho comercial o las relaciones internacionales. El francés es, con el inglés, la única lengua hablada en los cinco continentes y sigue siendo lengua de trabajo en las organizaciones internacionales, tanto en Europa como en África por ejemplo, donde ocupa un lugar privilegiado en la Organización de la Unidad Africana (OUA).

El francés es la lengua materna de cerca de 80 millones de hablantes, lo que la sitúa en la undécima posición en la lista de las más de 2000 lenguas contabilizadas en el mundo. Se estima que más de 250 millones de personas son "capaces de utilizar el francés ocasionalmente". Dejando a un lado las cifras, encuestas llevadas a cabo en numerosos países demuestran que el francés mantiene la imagen positiva de una lengua útil, indispensable en algunos sectores profesionales, pero también una lengua indisolublemente vinculada a unos valores, una cultura y unos proyectos de sociedad de alcance universal. Es este estatuto del francés lo que fundamenta su difusión en el mundo es su presencia en los sistemas educativos y su enseñanza. Se calcula que el número de alumnos y estudiantes que aprenden francés o lo estudian en el extranjeo asciende a 82.5 millones lo que ocupa a 900 000 profesores. Hoy en día, la Francofonía agrupa a más de una cuarta parte de los Estados del mundo (49 miembros, 2 miembros asociados y 5 observadores). Sus Estados miembros albergan el 10% de la población mundial, aportan el 11% de la producción mundial y generan el 15% del comercio internacional. Este es un ejemplo de cómo un idioma se puede convertir en un factor económico relevante, asunto que trataremos más adelante relacionado con el español.

Como dato curioso, pero que refleja el compromiso de los miembros de la Francofonía, Québec, provincia de Canadá de habla francesa, organiza todos los años un concurso de ortografía, el Dictado de las Américas (La Dictée des Amériques), en el que compiten, en sus distintas fases de clasificación, más de 600 000 participantes, en las categorías juvenil y libre, de África, América Latina, Asia, Europa, Estados Unidos y Canadá, que se difunde por 2 canales de televisión, uno local (Télé-Québec) y otro de cobertura internacional (TV5).

¡Un concurso de ortografía televisado! Sería bueno tenerlo en mente al leer la correspondencia de insignes licenciados y maestros, e incluso algunos diarios y revistas que se despachan con "horrores" ortográficos hasta en la plana principal.

No es que España se haya quedado con los brazos cruzados. En 1991 crea el Instituto Cervantes, institución pública creada para la promoción y la enseñanza de la lengua española y para la difusión de la cultura española e hispanoamericana. Se encuentra en Madrid y en Alcalá de Henares. España, lugar de nacimiento del escritor Miguel de Cervantes. Los centros del Instituto están situados en cuatro continentes. Entre sus objetivos y funciones figuran:
* Organizar cursos generales y especiales de lengua española, así como de las lenguas cooficiales en España.
* Expedir en nombre del Ministerio de Educación y Ciencia, los Diplomas de Español como Lengua Extranjera (DELE) y organizar los exámenes para su obtención.
* Actualizar los métodos de enseñanza y la formación del profesorado.
* Apoyar la labor de los hispanistas.
* Participar en programas de difusión de la lengua española.
* Realizar actividades de difusión cultural, en colaboración con otros organismos españoles e hispanoamericanos y con entidades de los países anfitriones.
* Poner a disposición del público bibliotecas provistas de los medios tecnológicos más avanzados.

Es, sin duda, un esfuerzo loable, pero ¿será suficiente? ¿Estaremos a tiempo?

III.c. Lenguas vivas. Lenguas muertas

"Un idioma no muere solo, pues con cada lengua desaparece una cultura y se pierden ricas fuentes de información sobre los pueblos. Se trata de un fenómeno semejante, en cierto modo, a la extinción de las especies", según se afirma en el informe de Peter Ladefoged para la Asociación Norteamericana para el Progreso de la Ciencia.

Pero el vicepresidente de la Real Academia Española de la Lengua (RAE), Gregorio Salvador, fue tajante al comentar este fenómeno:

"Las lenguas que se pierden, bien perdidas están porque ya no las habla nadie", sostuvo en declaraciones a la AFP en Madrid. "Si bien algunas lenguas desaparecen, otras se fragmentan, con lo cual la cifra se mantiene en 4 mill ó 5 mil idiomas en todo el mundo", agregó.

En la Academia priva un aire de extremo optimismo, pero después de analizar las amenazas sería recomendable un poco de prudencia en las declaraciones.

Según un pronóstico hecho en 2002 por Stephen A. Wurmo en un estudio encargado por la UNESCO, al terminar este siglo, se habrán extinguido la mitad de las 6 700 lenguas vivas que existen actualmente en el mundo.

Los más optimistas prefieren creer que después de "tan sólo" 10 siglos de existencia la actual es una crisis de adolescencia, que ya ha pasado por situaciones similares en tiempos pasados y que siempre el español ha salido airoso.

Pero los más escépticos ofrecen estadísticas y ejemplos para probar que los peligros son reales: sóloen un período reciente de 15 años -de1970 a 1985- desaparecieron 1800 lenguas y actualmente, otras 2000 dejaron de transmitirse.

Lo que debe tomarse en cuenta es que la extinción de un idioma se puede dar tanto por caer en el olvido como por fraccionarse en dialectos, y existen muestras de que esto último ya está sucediendo en el español."


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