Literatura y filosofía

El arte de la guerra, Nicolás Maquiavelo (1/3)

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Notas tomadas del libro con ISBN: 968-5146-80-2

PRÓLOGO
A LORENZO STROZZI

Nicolás le escribió este libro a Lorenzo más a manera de amonestación, pues se ha perdido mucho por no seguir el consejo y la experiencia de los antiguos, y a manera de consejo de cómo llevar éstas viejas prácticas a su época


LIBRO PRIMERO

Este primer libro maneja un diálogo entre Cosme y Fabricio, sobre la crianza

Fabricio propone: “Honrar y premiar la virtud, evitar desdeñar la pobreza, apreciar los hábitos y órdenes de la disciplina militar, obligar a los ciudadanos a amarse los unos a los otros, vivir sin banderías, preferir los asuntos públicos a los intereses privados” (Fabricio era militar, y anhelaba tomar ejemplo de los antiguos; pero sólo lo que se ajuste al tiempo en que se vive)

Fabricio dice que se debe uno preparar para estar dispuesto, de manera prudente, así, si la ocasión llega y no se está listo, no se podrá recriminar nada pues nadie sabía de tu preparación, y si la ocasión llega y no se actúa, es porque no ha habido preparación suficiente

Según Fabricio, los jóvenes son más amigos de la milicia, y los viejos, de la paz

Fabricio dará su discurso, empieza diciendo que el hombre de guerra no debe, ni puede ser bueno, por lo que tampoco un país bien organizado necesitará de la guerra. De lo anterior, si lo que dice Juan (Rousseau) es cierto, de que no hubo pueblo con leyes más excelsas que Roma, se deduce que el modelo de ley romana sólo lleva a tener ciudadanos malos, porque era un pueblo guerrero. Yo no me trago el hecho de que la guerra lleva a la gloria y que si se hace es por necesidad. La guerra es para matar. Punto. Sin embargo, Adolf (Hitler) debió creer esto, pues como siempre comento, su error fue preferir la guerra

El problema de tener tantos soldados es: ¿Cómo los mantienes en tiempo de paz? Si todos son soldados, matan, es decir, son hombres malos. ¿Cómo evitar que derroquen al gobierno?

“(...) en la guerra debe tomar a los jefes de entre los ciudadanos, y en la paz retornalos a sus habituales labores”

“(...) mi oficio es gobernar a mis ciudadanos y protegerlos, y para poder protegerlos, deebo amar la paz y saber hacer la guerra” (Por esto, Fabricio dice no ejercer el oficio de la guerra)

La guerra a campo abierto es la más necesaria y honrosa, pues si regresas con victoria, no importarán tus errores; pero si vienes derrotado, de nada habrán servido tus buenas acciones

Los mejores soldados son de zonas templadas, valientes y prudentes. Los de regiones cálidas son prudentes pero no osados. Los de regiones frías son audaces pero imprudentes

Se deben elegir como soldados a los mejores súbditos, y no a cualquiera que venga, que por lo general son escorias, ni por obligación, pues quizá no estén en condiciones

Fabricio sugiere que los infantes se tomen del campo y los caballeros de la ciudad, aunque los expertos dicen que los mejores salen del campo

Si la milicia es nueva, Fabricio elegiría entre 17 y 40 años; pero si ya existe, sólo de 17

Al igual que en el príncipe, aconseja al 100% un ejército propio, sin mercenarios. Además dice que unos buenos adiestramientos y organización dan el valor y la experiencia necesarios

“(...) no se puede crear un ejército con la certeza de que sea invencible”

Un general de mar es más fácil de adaptar a la tierra, pues ya no debe preocuparse de los vientos ni del agua. Uno de tierra, en el mar se encontrará en condiciones que no conoce

“(...) las armas en manos de sus ciudadanos no podían convertirlos en tiranos, sino los malas instituciones del gobierno que subyugan a la ciudad; y si tenían un buen gobierno, no tenían que temer sus armas”

Si un ciudadano ejerce un oficio del cual el ejército pueda tener beneficio, mucho mejor

Bajo estas condiciones, en donde se tienen hombres que no hacen de la guerra su oficio, sí es bueno tener una milicia grande, pues redunda en beneficio de todos, y los entrenamientos no merman su vida diaria

“(...) los hombre bien disciplinados temen la ley, tanto armados como desarmados; y jamás causarán perturbaciones si no los provocan los jefes que usted les da”

“(...) ningún ejemplo, por malo o bueno que sea, es capaz de borrar las malas costumbres nacidas de la ignorancia o la poca diligencia de los hombres”

Hay que adiestrar en tiempos de paz

Fabricio dice que elegiría la caballería como los romanos, de los más ricos; pero no dice por qué

Dar a tu soldado algo que le genere gasto es ponerlo en tu contra

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