DE LOS QUE LLEGAN AL PRINCIPADO POR MEDIO DE CRÍMENES
Pone de ejemplo a Agatocles, quien tomó el poder a base de crímenes. Nicolás dice: “(...) no se puede atribuir ni a la fortuna ni al talento lo que consiguió adquirir sin ellos”
Dice Nicolás: “Creo que todo depende del buen o mal uso que se haga de la crueldad”
“Puede decirse que está bien empleada (si se puede llamar bien al mal) cuando solo se practica una vez, dictada por la necesidad de asegurarse el poder y que luego no se recurre a ella más que para conveniencia del pueblo. Crueldades mal ejercidas son las que, poco considerables al empezar, se aumentan en vez de extinguirse” (En este texto podemos ver que Nicolás no es desalmado, sólo es duro)
“(...) cuando la necesidad te apremia, ya no estás a tiempo de acudir al mal; y si haces el bien, nadie te lo agradece, pues todos están convencidos de que te has visto forzado a hacerlo”
CAPÍTULO IX
DEL PRINCIPADO CIVIL
Éste se consigue por habilidad, y se llega por la obediencia del pueblo o por el favor de los grandes
El primer caso, el pueblo no puede resistir a los grandes, y cede la autoridad a uno que lo defienda. En el segundo caso, los grandes usan al príncipe para oprimir más al pueblo
“(...) honradamente no se puede contentar a los grandes, y sí al pueblo” (Además el pueblo son muchos como para pelear contra ellos, y los grandes, pocos)
El príncipe puede cambiar de nobles; pero no de pueblo
“Los hombres, cuando reciben el bien de quien sólo el mal esperaban, quedan más agradecidos a su bienhechor (...) La benevolencia del pueblo puede conquistarse por varios medios, de los cuales, no hablaré porque no puedo dar regla segura, ya que varían con los tiempos”
“(...) un príncipe necesita el cariño del pueblo, sin el cual no le queda recurso alguno cuando le sea adversa la fortuna”
“(...) los principados civiles corren a su ruina cuando quieren establecer un gobierno absoluto”
“Un príncipe prudente debe procurar que sus súbditos le necesiten en todo tiempo, único medio de que siempre le sean fieles”
CAPÍTULO X
CÓMO SE DEBEN MEDIR LAS FUERZAS DE LOS GOBIERNOS
“(...) propio de humanos es amar tanto para el bien que hacen como para el bien que reciben”
CAPÍTULO XI
DE LOS PRINCIPADOS ECLESIÁSTICOS
CAPÍTULO XII
DE LAS DISTINTAS CLASES DE MILICIAS Y DE LOS SOLDADOS MERCENARIOS
“(...) los principales fundamentos de los Estados (...) son las buenas leyes y las buenas tropas”. Pero como ambas son dependientes mutuamente, hablar de uno es hablar de la otra
Las defensas extranjeras son útiles y peligrosas, porque carecen de disciplina, son ambiciosas y poco fieles
CAPÍTULO XIII
DE LAS TROPAS AUXILIARES, MIXTAS Y NACIONALES
“(...) El príncipe que no ve los males hasta que llegan no es verdaderamente sabio; y no a todos les es dada la sabiduría”
“(...) nada hay tan débil ni mudable como el poder que no se basa en sus propios cimientos, es decir, que no está defendido por sus propios ciudadanos”
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