Así como el estiércol es nuestro desperdicio, y sirve de abono para que nazca una flor, de igual manera los momentos más duros son con lo que se nutre un nuevo comienzo, de algo que desconocemos, quizá diferente, quizá lo mismo; pero eso sí es seguro, algo mejor
Mucha gente le teme al dolor; pero el dolor ayuda a saber que estás con daño y que debe ser atendido
Mucha gente le teme al sufrimiento; pero ayuda a saber por dónde protegerse y fortalecerse
Los momentos más duros son los que muestran lo que realmente somos. Lo he visto en hospitales, mientras espero mi turno, en donde personas que ni se conocen se apoyan entre sí. Lo he visto en catástrofes naturales. Lo he visto en cuestiones de vida o muerte
Así como sale lo bueno, sale lo malo, porque sale lo que somos. Si en ese momento puedes sacar algo bueno, es que llevas cosas buenas en tu interior, si sacas algo malo, es que estás podrido por dentro, y vacío, al grado de no poder germinar algo bueno
La filosofía hermética nos lo ha enseñado, y yo lo he planteado en mi terciopelo negro: subidas y bajadas sin fin, idas y vueltas sin fin, tesis-antítesis-síntesis sin fin, entradas y salidas sin fin, llámenlo como lo llamen, es la misma gata. No hay que temer a los momentos duros, por el contrario, hay que temer a los momentos buenos, porque si se prolongan demasiado dañan el carácter, haciendo a la persona mediocre y dejada
Pero también que el universo no se pase de mamón y deje caer toda la putiza de un solo madrazo
Para esos momentos, hay quienes tienen amigos, hay quienes tienen familia, y hay quienes tienen ambos; pero para los que están solos enfrentando todo por su cuenta, se puede abrir una ventana que no a todos les gusta: El suicidio. Que si bien la muerte no es mala en sí, en la siguiente entrada analizaré este tema tan controversial
Mientras tanto, recordemos que de los peores momentos podemos sacar algo bueno, porque así es el proceso natural, porque se puede hacer
Mucha gente le teme al dolor; pero el dolor ayuda a saber que estás con daño y que debe ser atendido
Mucha gente le teme al sufrimiento; pero ayuda a saber por dónde protegerse y fortalecerse
Los momentos más duros son los que muestran lo que realmente somos. Lo he visto en hospitales, mientras espero mi turno, en donde personas que ni se conocen se apoyan entre sí. Lo he visto en catástrofes naturales. Lo he visto en cuestiones de vida o muerte
Así como sale lo bueno, sale lo malo, porque sale lo que somos. Si en ese momento puedes sacar algo bueno, es que llevas cosas buenas en tu interior, si sacas algo malo, es que estás podrido por dentro, y vacío, al grado de no poder germinar algo bueno
La filosofía hermética nos lo ha enseñado, y yo lo he planteado en mi terciopelo negro: subidas y bajadas sin fin, idas y vueltas sin fin, tesis-antítesis-síntesis sin fin, entradas y salidas sin fin, llámenlo como lo llamen, es la misma gata. No hay que temer a los momentos duros, por el contrario, hay que temer a los momentos buenos, porque si se prolongan demasiado dañan el carácter, haciendo a la persona mediocre y dejada
Pero también que el universo no se pase de mamón y deje caer toda la putiza de un solo madrazo
Para esos momentos, hay quienes tienen amigos, hay quienes tienen familia, y hay quienes tienen ambos; pero para los que están solos enfrentando todo por su cuenta, se puede abrir una ventana que no a todos les gusta: El suicidio. Que si bien la muerte no es mala en sí, en la siguiente entrada analizaré este tema tan controversial
Mientras tanto, recordemos que de los peores momentos podemos sacar algo bueno, porque así es el proceso natural, porque se puede hacer
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