Consigan cantidades industriales de maíz, que en esta edición tenemos horas y horas de películas para acabar con los ojos secos.
Si
querían un largometraje, ahora les traemos cuatro (ñaca, ñaca). Hablar
de Robocop puede parecer tema de aficionados a la ciencia ficción; pero
en esta entrada, veremos un aspecto diferente, más reflexivo.
La
primera película salió en 1987, y fue un gran éxito que provocó la
creación de series de televisión, juguetes, videojuegos, caricaturas, y
más películas. Según los que se dicen expertos en cine, la saga fue en
detrimento de su calidad; según los ñoños, es incorrecta
científicamente; según los novatos en el cine, es una porquería de
efectos especiales (sin pensar que los efectos de ahora son una
verdadera basura si no usan las técnicas clásicas como apoyo). Olvidemos
todo eso, que no viene al caso con lo que vamos a tratar: El reflejo
social.
La
película de 1987 refleja un pesimismo de proporciones aterradoras. La
policía depende de un sindicato corporativo corrupto, la delincuencia
está incontrolable al grado de que mueren muchos policías, la corrupción
es descarada, la tecnología es superior pero la gente apenas tiene para
vivir, los medios de comunicación idiotizan con noticias exageradas y
programas de televisión estúpidos. ¿Notan algo raro aquí? ¿No se parece a
lo que vivimos ahora? Efectivamente, Robocop es un reflejo social.
Robocop
2, de 1990, presenta algo más aterrador, digno de ganar un premio a la
clarividencia: El narcotráfico. Un gigantesco grupo de narcotraficantes,
con gran armamento, integrado por varones, mujeres y niños, tienen el
control de la ciudad. El grupo tiene tendencias de índole religioso y
musical (en una escena se ve un altar a Elvis, Teresa de Calcuta y a
Jesucristo). Además, la forma en que mutilan a Robocop es idéntica a las
mutilaciones de los cárteles de México, quienes también muestran
tendencias religiosas y musicales. Otra crítica dura es que la mano
suave no sirve cuando tenemos a alguien descarriado. Reprogramaron a
Robocop para que fuera pacífico, hablara, y no disparara. El resultado,
hasta los niños le faltan al respeto. Sin duda alguna, un duro golpe a
la realidad que se vive ahora, y no sólo en México, sino en el mundo
entero.
Robocop
3, de 1993, mostró algo todavía más pesimista. La corporación OCP,
quien tiene el control absoluto de todo, va a la quiebra, y decide
reconstruir la ciudad con apoyo de otra corporación extranjera. La
policía misma decide no ir en contra de la gente que se rebela, puesto
que OCP le roba, literalmente, a la población sus casas y pone a los
civiles en albergues de pésima calidad. Por este motivo los oficiales se
unen a los rebeldes y se unen a la resistencia civil. OCP decide darles
armamento militar a los pandilleros para enfrentarse a la población.
¿Les recuerda algo esto?
Robocop
del 2014 es, a diferencia de lo que piensan los grandes cerebros
cinematográficos, no un reinicio de la franquicia original, no volvieron
a hacer la película con efectos mejores (como a cada rato hacen con
King Kong); sino que es una película hipotética, un qué hubiera pasado
si tal cosa no hubiera sido como fue en la anterior. Estamos hablando de
que la compañera rubia de Murphy hubiera sido un negro; si la esposa de
Murphy hubiera sabido lo que hicieron con él; si Murphy estuviera
consciente desde el inicio de lo que le han hecho, etc. Sin embargo, y
dejando a un lado que cinematográficamente me parece de baja calidad,
también tiene unos detalles que deben volverse a analizar en unos veinte
años.
Ejemplo
de ello es que los gringos siguen promoviendo el sionismo, buscando
enemigos musulmanes hasta por debajo de las piedras. Los robots como
elementos de guerra bastante importantes. El control civil mediante la
tecnología. Los implantes mecatrónicos (los cuales, aunque ya tenemos
tecnología para hacer tejidos vivos, genera menos problemas éticos pues
no involucran células madre). La "robofobia", que seguramente llegará a
suceder cuando tengamos máquinas capaces de convivir con nosotros.
Les dejo las fichas en IMDB de las cuatro películas aquí tratadas:
En fin, quitando los errores técnicos, las
fallas en los efectos especiales, y en algunos casos la evidente mano de
la codicia que mueve a la franquicia, es momento de dejar a un lado
esos detalles y centrarnos en un poco más de lo evidente, para
reflexionar con calma sobre nuestro presente, y lo que viene. Y ahora sí, ¡que vuelen las palomitas!