CÓMO DEBE GOBERNAR UN PRÍNCIPE PARA SER AMADO
“Nada hace apreciar tanto a un príncipe como las grandes empresas y los raros ejemplos que dé (...) El príncipe ha de afanarse por parecer excelente y grande en todos sus actos”, y también, tomar partido, a favor o en contra; pero nunca neutral, porque genera desconfianza y desprecio
“(...) un príncipe no debe asociarse nunca a otro más poderoso que él para atacar a los demás (...) porque, si sale vencedor, queda a su discreción, y los príncipes han de evitar siempre estar a merced de los demás”
Debe permitir el arte, el oficio, el comercio, todo lo que se a beneficio del país, sin temor a que se le sea quitado o que genere nuevos impuestos
Divertir de vez en cuando al pueblo, y participar con ellos sin dejar a un lado su dignidad
CAPÍTULO XXII
DE LOS MINISTROS DE LOS PRÍNCIPES
Para reconocer un buen ministro: “Si ves que éste piensa más en él que en ti, y que todos sus actos propenden a su provecho, nunca será buen ministro, y nunca debes fiarte de él”
En contraparte: “(...) el príncipe ha de pensar en el ministro, para que siga siendo bueno” (Colmarle de favores, pues)
CAPÍTULO XXIII
CÓMO SE DEBE HUIR DE LOS ADULADORES
Pero puede ser que si todos te dicen la verdad, te falten al respeto. Por eso sólo debe aceptar tal trato de gente de confianza
¿Quizá por lo anterior había bufones en las cortes, porque eran los únicos que podían burlarse del rey nadie lo tomaba en serio, excepto el rey?
El sacerdote Luca decía del emperador Maximiliano, quien nunca pedía consejo, que actuaba primero sus proyectos cerca de sus más allegados, y dependiendo de sus reacciones, los ejecutaba o no
Es preciso “(...) que el príncipe se aconseje de todo; pero cuando él quiera, no cuando quieran los otros”
No debe permitir que le den su opinión cuando no lo pide, y menos de cosas privadas, y mostrarse severo contra quienes le mienten o le ocultan la verdad
“(...) la prudencia del príncipe es la que debe engendrar los buenos consejos, y no han de ser éstos los que originen a aquélla”
CAPÍTULO XXIV
POR QUÉ LOS PRÍNCIPES DE ITALIA HAN PERDIDO SUS ESTADOS
CAPÍTULO XXV
CÓMO INFLUYE LA FORTUNA EN LAS COSAS HUMANAS Y CÓMO SE LAS PUEDE RESISTIR
“(...) el príncipe que sólo se basa en la fortuna cae en cuanto ésta varía”
Por lo anterior, el rey no debe ser siempre el mismo ni constante en un método; sino saberse adaptar a las circunstancias para no ser arrastrado por la fortuna
Nicolás dice que la fortuna es mujer, y por eso hay que ser impetuoso para someterla
CAPÍTULO XXVI
EXHORTACIÓN PARA LIBRAR A ITALIA DE LOS BÁRBAROS
Este capítulo es para pedirle a Lorenzo, a quien le escribió esta obra, que haga todo lo posible por hacer grande a Italia
Una versión digital de la obra aquí