Literatura y filosofía

El principio del placer. José Emilio Pacheco

La versión en digital del libro disponible aquí

Este es un libro de cuentos, y hubo algunas frases que me gustaron, me llamaron la atención o se me hicieron graciosas. Si quieren leer más sobre José Emilio Pacheco, pueden visitar esta otra entrada

“(...) Llevar un diario me parece asunto de mujeres (...) De esto a los sobres perfumados sólo hay un paso. Qué risa les daría a is compañeros de escuela enterarse de que yo también ando con estas mariconadas”

“Me encantan los libros pero el profesor de gimnasia nos dijo que leer mucho debilita la voluntad. Nadie entiende a los maestros, uno dice algo y el otro lo contrario”

“Escribir tiene su encanto: me asombre ver cómo las letras al unirse forman palabras y salen cosas que no pensábamos decir”

El protagonista del primer cuento nos comenta cuando se hace novio de Ana Luisa

“(...) Porque se supone que aún no estoy en edad de andar con mujeres; intentarlo es un delito que arruina los estudios y el desarrollo moral y debe castigarse con la pena máxima”

Sobre una de las cartas que le escribió

“Amor mío (No.) Querida Ana Luisa (Tampoco: suena indiferente.) Queridísima e inolvidable Ana Luisa (Jamás: salió cursi). Muy querida (Mejor:) Mi muy querida Ana Luisa (Así está bien, creo yo): No te puedes imaginar la enorme alegría que me dio tu carta, la carta más esperada del mundo. (Suena mal, pero en fin.)” (Luego la carta sigue hasta el final, y comenta) “Bueno, el principio y el fin se parecen bastante a las cartas que le manda Gabriel a Maricarmen. (...) Pero creo que en conjunto está más o menos aceptable”

Su papá (un militar) le comentó a su mamá

“(...) Dijo que como el ejército salió del pueblo no debe disparar contra el pueblo”

Su padre una vez le contó que

“(...) era muy pobre y se metió a la revolución hace como mil años, cuando tenía más o menos mi edad” (jejeje)

“(...) Me he reído un poco de sus gustos. Hago mal pues qué culpa tiene ella si no le han enseñado otra cosa” (Típico de México, no sale de su miseria porque no le han enseñado otra cosa)

Cuando el director lo regaña por andar con Ana Luisa, el protagonista piensa que el director es un hipócrita, que no puede decir nada a favor de la moral porque es el primero en verle las piernas a las alumnas; pero lo que me llamó la atención fue esto que dijo el director durante su discurso de regaño

“(...) Insistió en que no tengo edad para andar con mujeres que me van a perder y a volverme un guiñapo. La sexualidad es una maldición que lanzó Dios contra el género humano y la única manera de encauzarlo es dentro del matrimonio”

“(...) Tuve que aguantar el manguerazo con la vista baja y diciéndole a todo como el auténtico pendejo que soy: -Sí, señor director, tiene usted razón, señor director, le prometo que no se arrepentirá, señor director”

Cuando se pone a pensar en lo que sufren las langostas al ser preparadas para comerlas

“(...) Uno debería comer nada más pan, verduras, cereales y frutas. Pero ¿de verdad no sentirán nada las plantas cuando uno las arranca, las corta, las cuece, las muerde y las mastica?” (De hecho sí sienten; pero todavía no sabemos cómo lo logran. Antes de que el vegetarianismo estuviera de moda, Emilio Pacheco ya les puso el dedo en la herida)

Sobre el hecho de que los políticos se van con tanto dinero de su administración, reflexiona

“Si en México la mayoría de la gente es tan pobre, ¿de dónde sacarán, cómo le harán algunos para robar en tales cantidades?”

Cuando se burlaba del intento de suicidio de Adelina

“(...) soy tan canalla como Adelina. No está bien alegrarse del mal ajeno”

“No entiendo cómo es uno. El otro día sentí piedad al ver a los animales asesinados en el patio trasero de mi casa y hoy me divertí pisando cangrejos en la playa (...) Pienso que en cierta forma todos somos cangrejos: cuando menos se espera alguien o algo viene a aplastarnos”

“Qué injusto es todo. La que amo me rechaza y repudio a la que me quiere”

“(...) ¿De modo que también la lucha libre es mentira y los enemigos mortales del ring son como hermanos en la vida privada?”

“(...) Nadie tiene la culpa de que yo ignorara que todo es farsa y un teatrito”

“(...) Pensé que si hoy seguía en la calle me iba a aplastar un aerolito, ahogarme un maremoto o cualquier cosa así”

“(...) Si, en opinión de mi mamá, esta que vivo es “la etapa más feliz de la vida”, cómo estarán las otras, carajo”

(Cuento La Zarpa)

“Usted no es de aquí, padre, no conoció México cuando era una ciudad pequeña, preciosa, muy cómoda, no la monstruosidad que padecemos ahora en 1971” (Y pensar que no fue hace mucho, y todavía creció más y sigue creciendo)

“Qué injusticia, ¿no cree? Nadie escoge su cara. Si alguien nace fea por fuera la gente se las arregla para que también se vaya haciendo horrible por dentro”

“(...) Por más amolados que estemos siempre viene alguien a nuestra espalda recogiendo lo que tiramos a la basura”

(Cuento “La fiesta brava”)

“(...) ¿Acaso no leyó a D. H. Lawrence, no sabe que la ciudad de México es siniestra y en cada esquina acecha un peligro mortal?

“(...) Ya es hora de que se nos quite lo subdesarrollados y aprendamos a cobrar nuestro trabajo” (Sobre todo en estas épocas)

“En el subdesarrollo no se puede ser escritor”

(Cuento Cuando salí de La Habana válgame Dios)

“(...) siempre me pasa lo mismo, en vez de gozar del presente ya me entristece la futura nostalgia por el ahora que no volverá”

La versión en digital del libro disponible aquí
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