Literatura y filosofía

Kamasutra, por Mallanaga Vatsyayana (16/22)

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5. LAS AVENTURAS AMOROSAS DE LOS SEÑORES

“(...) Entrar en casa de otro no está permitido ni al rey ni a los altos funcionarios, pues el pueblo se fija en su comportamiento y los imita. Los habitantes de todo el mundo saben cuándo sale el sol, y también ellos se despiertan; luego ven que prosigue su curso y siguen su ejemplo. Por esto los poderosos no deberían ser indulgentes con ningún gesto de ligereza tanto por irrealizable como por irreprochable. Pero si, forzados por las circunstancias, tiene que comportarse así, recurran a estratagemas.”

En sí son consejos para tener encuentros con las subordinadas, dependiendo de las circunstancias de la cultura y de la época en las que fue escrito el libro. También habla de costumbres en las que las mujeres se entregan voluntariamente a sus superiores, ya sea por respeto, cultura, o por tradición

“Éstos y otros muchos subterfugios
relacionados con las esposas de otro
se dan en los distintos países
y se llevan a la práctica por los soberanos.

No debe entretenerse con estas cosas el rey
preocupado por el bienestar de su pueblo;
ya que, una vez que ha reprimido a sus seis enemigos(6),
él dominará la tierra.”

6 Los seis vicios del hombre: deseo (desmedido), ira, avaricia, orgullo, intoxicación, lujuria.

6. EL COMPORTAMIENTO DE LAS MUJERES DEL HAREM

“(...) Dado que las mujeres del harem están bajo custodia, ningún hombre puede ir a visitarles; y, además, como hay un solo esposo y común para muchas, no reciben satisfacción. Por esto se pueden dar placer una a otra recurriendo a subterfugios. Vistiendo de hombre a su hermana de leche, a una amiga o a una esclava, y calmando su deseo con la utilización de instrumentos de forma adecuada sacados de tubérculos, raíces o frutos, a objetos artificiales. En otros casos acostándose encima de estatuas de hombres con el miembro al aire

A veces los soberanos son comprensivos y, aunque lo hagan sin pasión, se aplican penes artificiales y se unen cuantas veces sean necesarias, incluso con muchas esposas en una sola noche. Sin embargo, a la que ellos aman, o a la que está de turno, o a la que se encuentra en el periodo fecundo la abordan con deseo. Son los distintos usos en los pueblos orientales. Con el método adoptado por las mujeres se ha insinuado también que los hombres que no
consiguen tener relaciones aplacan la excitación con distintas personas, seres de otra naturaleza, estatuas femeninas o simplemente tocándose

Muy a menudo las damas del harem consiguen que entren con las criadas hombres elegantemente disfrazados de mujeres.”

“Vatsyayana considera que, para un hombre elegante, sería mucho mejor no entrar en un harem, aunque sea de fácil acceso, ya que se trata de una empresa muy arriesgada. Sin embargo, puede entrar, si el lugar tiene salida, está en la frondosidad de un bosque, dispone de muchos salones y unos pocos guardias negligentes, y el rey está de viaje, después de examinar todas las razones, cuando le han invitado muchas veces a la vista de un beneficio, ha observado la entrada a las habitaciones y las mujeres le han indicado cómo debe hacerlo. De todas las formas, en la medida de lo posible, procure salir todos los días.”

CÓMO CUSTODIAR A LAS ESPOSAS

“(...) El hombre custodie a sus esposas manteniéndolas alejadas de estas ocasiones. Los maestros aconsejan para el harem guardias vacunados contra la tentación amorosa

Gonikaputra objeta que éstos, por miedo o por dinero, podrían dejar entrar a otro hombre; por eso deben estar vacunados contra la tentación amorosa, contra las amenazas y contra la corrupción. Virtud es ausencia de engaño, pero se puede renunciar a ella por miedo; para Vatsyayana, deben ser de probada virtud y vacunados contra el miedo

Para conocer su honestidad o deshonestidad se puede examinar a las esposas, recurriendo a mujeres que les cuenten cosas de otros, sin revelar sus intenciones; es lo que dicen los discípulos de Babhravya. Para Vatsyayana, como entre los jóvenes los enredos tienen éxito, no hay que tentar sin motivo a un inocente. Las causas de corrupción entre mujeres son: reunirse demasiado a menudo, falta de barreras, egoísmo del marido, excesiva libertad en el comportamiento con los hombres, quedarse solas porque el marido está de viaje, residir en un país extranjero, tener problemas de subsistencia, visitar a mujeres sin escrúpulos y los celos del marido.”

“(...) Nadie que examine, como consta en este libro,
los medios expuestos en la sección de las esposas de otro,
o sea experto en el tratado, tendrá que enfrentarse
con que las mujeres le engañan.
Como estas prácticas sólo valen en ciertos casos,
se pueden percibir claramente los riesgos
y van contra la Ley Sagrada y lo Útil,
uno no debería mirar a las esposas de otro.
Esto se convierte en una ventaja para los hombres,
si se hace para vigilar a sus esposas;
estas normas no son para conocerlas mejor,
sino para perjudicar a la gente”

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