Literatura y filosofía

Kamasutra, por Mallanaga Vatsyayana (18/22)

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CÓMO RECONOCER AL HOMBRE DESENAMORADO

“Una prostituta debe saber reconocer al amante desenamorado por su cambio de humor y por la expresión de su cara. Un hombre así es muy poco generoso; (...) Antes de que él se dé cuenta, la prostituta tiene que apropiarse, pretextando otro motivo, de sus objetos de valor”

CÓMO DESCARTAR A UN AMANTE

“Al amante fiel, que en tiempos pasados fue de provecho, si ahora ofrece pocos beneficios, la prostituta lo mantenga con ella, pero lo engañe. Sin embargo, si él ya no tiene nada, se lo quite con apaños, sin miramientos, recurriendo a la ayuda de otro hombre.”
En resumen, caerle gorda y hacerse odiosa para él

“Prostitución es unirse a los clientes tras atenta valoración,
dar placer al hombre con el que se tienen relaciones,
sacarle dinero mientras está entusiasmado
y al final liberarse de él.
La prostituta que, al acoger a sus clientes,
se comporta según esta norma
jamás se deja engañar por ellos
y acumula muchas riquezas.”

4. RECONCILIACIÓN CON UN AMANTE YA DISFRUTADO

“Cuando una prostituta deja a un amante un instante después de haberle exprimido todo lo que tenía, puede restablecer una relación con un hombre que ya había disfrutado. Lo puede hacer si es rico, y ha vuelto a ganar mucho dinero, si le sigue atrayendo. En caso de que se dirija a otra, hay que pensárselo. Este hombre puede ser, basándose en los hechos, de seis tipos: la ha abandonado espontáneamente, y también porque le dio la gana ha dejado a la otra; se ha tenido que alejar de las dos porque ambas le han rechazado; rompió la relación con ella porque le dio la gana, mientras que la otra le ha puesto a la puerta de la calle. O la abandonó porque le dio la gana y todavía está con la otra; le dejó a ella porque le echó, y a la otra porque le dio la gana; por fin, rechazado por ella, se encuentra aún con la otra mujer

Si un hombre que ha abandonado porque le ha dado la gana tanto a ella como a la otra le vuelve a proponer ser amante, la prostituta no debe reconciliarse con él; no le interesan las cualidades de ninguna de las dos y es una persona voluble

Quien ha dejado a las dos porque le han puesto a la puerta de la calle es un hombre constante

En caso de que éste, aunque sea rico, haya sido rechazado por una prostituta que ganaba mucho por otra fuente, cabe la posibilidad de reiniciar una nueva relación; pues se puede pensar que, enfadado con aquélla, será muy generoso con ésta por indignación. No vale la pena, sin embargo, si le ha abandonado por pobre o por avaro

Al hombre que se fue de su lado porque le dio la gana, mientras que la otra lo ha echado, se le puede acoger si desde el principio se muestra dispuesto a ser generoso

En caso de que se proponga como amante un hombre que se alejó de ella porque le dio la gana y aún está con la otra, hay que someterlo a un examen. Es posible que se haya acercado a otra mujer buscando algo especial y, al no encontrarlo en aquélla, quiera volver de nuevo a sondearla; una vez a su lado, se mostrará generoso, pues es un hombre apasionado. O también podría ser que haya conocido los defectos de aquella mujer y ahora, en la amante anterior, encuentra las mejores cualidades; este hombre, que reconoce las ventajas, será extremadamente pródigo. Pero, si la prostituta se da cuenta de que el pretendiente se parece a un niño, cuya mirada se posa en todas partes, o que le gusta mentir, o que sus pasiones duran tan poco como el azafrán, o que es un individuo capaz de todo, puede restablecer los lazos con él o dejarlo

Al hombre que ella echó y que ha dejado a la otra porque le dio la gana, en caso de que se proponga como amante, hay que someterlo a examen. Podría ser que quiera volver de nuevo por amor, y entonces sería muy generoso; le han cautivado sus cualidades, mientras con la otra no sentía placer alguno. También existe la posibilidad de que, al haber sido puesto a la puerta de la calle sin razón, ahora vuelva con deseo de venganza; o que, después de que coja confianza, quiera llevarse el dinero del que ella se apropió mientras él la cortejaba; o incluso que se proponga pagarle con la misma moneda, a incube la intención de abandonarla después de haberla separado de su actual amante. Con un hombre así, que piensa cómo puede perjudicarla, no debe reiniciar la relación. Si, más tarde, él piensa de otra forma, hay que descubrirlo con el tiempo. Y vale exactamente igual para el hombre que ella echó y sigue con la rival, aunque le haga propuestas

A hombres así, que se ofrecen como amantes cuando la prostituta está unida a otro, se les puede sacar ventajas. Se puede pensar: lo ha echado para tener campo libre, el amante se ha dirigido a otra parte y ahora tiene que poner todo el empeño en reconquistarlo; o hablará sólo con él, y la otra le plantará; o incluso infligirá un golpe bajo al orgullo de su amante actual

Otros motivos: le ha llegado la hora de ganar dinero, ha mejorado su lugar de residencia, ha obtenido un cargo importante, se ha alejado de la mujer, ha conseguido liberarse de los vínculos de dependencia, o, por fin, se ha alejado del padre o del hermano. La prostituta puede pensar, por el contrario, que, haciendo las paces con él, tiene la posibilidad de conquistar a un amante rico, a quien ha mantenido alejado de ella el hombre con el que vive ahora. O puede considerar que, si la mujer to trató mal, conseguirá alejarlo de ella; o incluso, sabiendo que un amigo de este hombre ama a una rival de ella, que la odia, estima que conseguirá alejar, a través de él, al amigo de aquélla; o finalmente puede suponer, ya que es un inconstante, que le hará comportarse como un calavera

A un hombre así tanto el pithamarda como todos sus compañeros le contarán que, la vez anterior, fue la maldad de la madre de la prostituta la que acabó echándole, pues ella, aunque lo quisiera, no podía hacer nada; y le explicarán que ella ahora acompaña a su amante actual sin pasión alguna, más bien odiándolo. Le convencerán recordándole los antiguos gestos de afecto de la mujer, llenos de recuerdos cada uno de ellos aparecerá unido a una atención de él. Es la reconciliación con un amante ya disfrutado

Algunos maestros sostienen que, entre un amante nuevo y uno frecuentado con anterioridad, este último es mejor, porque ya se conoce su carácter, ya se ha probado su pasión y resulta fácil de complacer. Vatsyayana considera, sin embargo, que un amante ya frecuentado, dado que sus bienes han sido totalmente exprimidos, no ofrece demasido dinero, y es difícil conquistar su confianza, mientras que el amante nuevo se enamora con facilidad. A pesar de todo, siempre hay excepciones, según la naturaleza de los hombres”

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