Yo sé que eres humana y no divina.
Que sigues tu camino y yo el mío.
Sólo quería seguir la amistad por el respeto que te tengo,
y por el regalo que me diste.
Sin embargo, veo que tu camino no te permite continuar la amistad que fue.
El respeto y cariño seguirán,
por tu amistad en momentos difíciles,
por tu regalo que me ha dado tanto,
por el cariño fraternal que me dejaste.
Jamás podré guardarte rencor,
porque tienes la libertad de hacer lo que quieras,
y porque es más lo que me diste que lo que me privas.
Yo sólo quiero que seas dichosa en tu camino,
y que si alguna vez volteas hacia mí,
no me veas con desprecio ni sentimiento feo,
en todo caso, mejor no me veas para evitar un daño mayor,
y que dejes en mí una cicatriz abierta,
en lugar de tan preciosos momentos en los que te recuerdo con devoción y dulzura,
por la amistad que fue,
y por el regalo que me diste.
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