Literatura y filosofía

El poder de la palabras

Ahora, voy a conjuntar la teoría de los mérferes y la teoría del terciopelo negro

El mérfer es la idea universal de que se manifiesta, es un concepto indivisible. Por ejemplo, en la evolución de la vida en el planeta, diferentes mérferes se han manifestado de manera reiterativa. Los pterodáctilos nos recuerdan en estructura a los murciélagos, los ictiosaurios a los delfines, los majestuosos braquiosaurios a las graciosas jirafas. Es decir, el concepto sigue, sólo espera su momento para manifestarse, y no siempre es igual, al menos, en los accidentes que le rodean para estar presente en el terciopelo negro, por lo cual, afectará a diferentes fibras de la realidad dependiendo de su manifestación en un momento o lugar dado, y también, en las circunstancias dadas

Pero no sólo de lo particular a lo general, sino también, de lo general a lo particular. Así como en lo particular una presencia afecta a varias fibras, en lo general varias fibras afectan en correspondencia a una presencia. Y aquí mismo, en lo general, es donde surge la importancia de las palabras

Hund en alemán, canis en latín, perro en español, dog en inglés se refieren al mismo ser en particular, sin embargo, cada una viene de un punto diferente

Las palabras, entonces, no son cualquier cosa, pues en realidad, hay una afectación a un mérfer manifestado en el terciopelo negro, y con eso, no sólo afectamos a nuestra realidad, sino a realidades superiores. El tener cuidado con lo que decimos es importante, porque estamos trabajando con conceptos superiores que no nadie puede entender, al menos, desde nuestro plano

Las palabras pueden hacer reír, llorar, reflexionar, enamorar, matar, vivir. Tienen tanta fuerza como la mirada, que gracias al terciopelo negro, podemos sentir presencias o miradas, o palabras, de donde quiera que estén. Realmente cuando deseas un bien o un mal a alguien, le llega, le afecta, en un plano u otro, en un momento u otro, desde un lugar u otro

Cabe aclarar que no voy a fundamentar lo que digo, ya está fundamentado en las entradas dedicadas a los mérferes y al terciopelo negro, aquí sólo estoy diciendo que las palabras por sí mismas son poderosas, y que debemos dominarlas para poder hacer bien o mal con éxito; pero teniendo en cuenta, que también puede recaer sobre nosotros ese poder

Cuando decimos "me siento mal", ¿estás tratando de pedir ayuda ante tu imposibilidad de mejorar, o estás autodestruyéndote cuando realmente te sientes bien? La gente le puede valer un cacahuate garapiñado tu frase, y dejarte autodestruirte o morir, puede ir a ti y hacerte un mal peor, porque pueden pensar que estas chantejeando cuando realmente te sientes mal, o pueden reforzar tu estado autodestructivo tratándote problemas que no tienes. Por eso la mentira es tan peligrosa, por eso hay que decir la verdad, porque podemos hacernos más daño con lo que especule la gente que el que queremos ganar con ocultar algo

Los nombres que nos dan, o que aceptamos como apodos o pseudónimos, también son importantes. No son una etiqueta que la sociedad te da para identificarte, los nombres tienen un por qué, un significado, y con ello, un destino. El nombre debe ser acorde a lo que eres, a lo que quieres ser. Por eso mi nombre civil no me identifica, no me sirve, no respondo a él sino porque simplemente no me queda de otra. En cambio, Asura, espíritu impetuoso y desenfrenado, irascible, pasional, eso sí soy yo, sobre todo en la ira, la cólera, y diría también que en la amistad, a menos que quienes me conocen lo refuten, y en el amor, si es que alguna mujer me da la oportunidad de ser esposo y padre. En cambio, poner nombres por poner, afecta, realmente hace daño a quien le ponen el nombre. El gordo, el tarado, el enfermizo, el bobo, ¿realmente lo son o los quieres convertir en eso? Cuidado, porque el terciopelo negro tiene hebras muy rígidas, y si alteras a una, no sabes cómo te puede regresar el efecto al momento de recuperar su estado

Así pues, las palabras son muy poderosas, y en conjunto, son todo un armamento mágico, como ya veremos más adelante en otra entrada (y cuando me dé la gana)
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2 comentarios:

  1. el verbo es fuerte, ser es el mismo ser manifestado por lo que sientes y exclamado por medio de sonidos que de cierta manera han adoptado significados debido a los lenguajes.

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    Respuestas
    1. Gracias por visitarme. Se publicó dos veces tu comentario, así que dejé sólo uno

      Se ve que sí me entendiste, jejeje

      Respecto al verbo ser, que en otros idiomas está mezclado con el verbo estar, aunque no lo parezca, tiene implicaciones muy fuertes en la percepción del mundo; pero creo que esa es otra historia para contar

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