Literatura y filosofía

Estudiando a Les Luthiers. Parte 48

La idea de este especial es analizar su humor y sus letras, basándome en la lista oficial de espectáculos de su página


Cuando se comparta un video, siempre será desde su cuenta oficial de youtube https://www.youtube.com/lesluthiers

No voy a ahondar en la complejidad musical, ya que no es mi fuerte, sino en basarme en los guiones de los espectáculos para analizar los chistes

Me apoyaré en una página hecha por fanáticos, la cual es https://lesluthiers.org/ y enlazaré a los artículos de dicha página cuando sea necesario

Aunque no me basaré en ella, también esta página está muy completa http://www.leslu.com.ar/ por si la quieren visitar
 
Obra
Marcha de la conquista
(Marcha forzada)

(Y sí, marcha de la conquista, conquista romántica, o intento de, por eso también es forzada)

Texto de la obra aquí

(Se encienden las luces y se ve a Carlos Núñez tocando el Órgano de Campaña detrás de un panel, por lo que sólo se le ve de cintura para arriba. Comienza a sonar la voz de Marcos Mundstock en off)

Marcos Mundstock: Este instrumento que estamos viendo es un Órgano de Campaña. Su invención se debe al mariscal francés Édouard de la Pucelle (pucelle en doncella en francés, no sé si se refieren más bien a la inocencia pero en sentido peyorativo, según encontré en un diccionario en línea, puede tener ese sentido); de la Pucelle era originalmente jefe de artilleros pero, por culpa de los desastrosos errores estratégicos que cometía, fue trasladado por el alto mando a la superintendencia de música militar (quizá ahí no haga tanto daño). Allí se dedicó entusiastamente a componer marchas para el ejército. El alto mando, luego de escucharlas, optó por destinarlo nuevamente a la artillería (rayos, parece que hacía cosas peores que afectar el campo de batalla). Sin embargo, de la Pucelle alcanzó a imponer el uso del Órgano de Campaña, sin duda gracias a la facilidad de traslado de dicho instrumento.

(De repente se levanta el panel de camuflaje que tapa las piernas de Carlos Núñez y queda al descubierto la parte inferior del instrumento, con los fuelles en los pies y los conductos que llevan el aire de los fuelles a la mochila donde está situado el órgano. Carlos Núñez comienza a andar y se da una vuelta por el escenario sin dejar de tocar ante el asombro del público que comienza a aplaudir. De los instrumentos creados, este es uno de mis favoritos. Mi favorito es el alambique encantador)

Marcos Mundstock: Les Luthiers iniciarán el presente recital con “Marcha de la Conquista”, de Édouard de la Pucelle. De todas sus marchas esta es la única que se ha conservado, gracias a su originalidad, gracias a su insólita temática… y gracias a Dios (gracias porque ha permitido que las demás se pierdan para siempre).

(Se encienden las luces del escenario y comienzan a sonar los demás instrumentos, mientras los otros cinco Luthiers entran a escena con sus instrumentos informales)

Marcos Mundstock: En lo más profundo de mi pecho un solemne sentimiento vive ya. Sentimiento de lealtad, y de respeto, que en este grito de mi boca brotará: ¡Te amo, María Cristina! (¿Qué esperaban? ¿Una declaración patriótica?)


Todos:
Siempre guardo el recuerdo de aquel día,
aunque nunca comprendí lo que ocurrió.
Mi amor le declaré a María
y ella entonces se ofendió.

Caminábamos por un bosquecillo,
alegres cantaban los pajarillos
Pío, pío.

Carlos Núñez Cortés:
Saltamontes, abejas y cigarras,
Gusanillos, luciérnagas y grillos, 
Abejorros, libélulas, mariposas…

(La estrofa anterior, en la grabación del Volumen 7, agregaron un efecto de sonido para cada bicho
Saltamontes: plop, plop
Abejas: zzz...
Cigarras: crrr, crrr
Gusanillos: sñek, sñek
Luciérnagas: on-off, on-off
Grillos: cri, cri
Abejorros: rrrr...
Libélulas: swosh
Mariposas: plah, plah
Esto no se pudo hacer en vivo, así que queda como un detalle extra de las ventajas de grabar para un disco de estudio)

Todos:
Revoloteaban en torno a nuestro afecto.
Y le dije con voz temblorosa:
“¡Este sitio está lleno de insectos!” (¿Qué esperaban? ¿Una declaración amorosa?)

Dulcemente le pedí que se acercara,
su mirada desvió tímidamente,
y, para lograr que me mirara, yo le dije:

Marcos Mundstock: ¡Vista al frente! (Bueno, es militar, no sabe lo que es ser romántico)

Todos:
Era hermoso caminar enamorados…
¡Un, dos, un, dos!
¡Quier, deré, quier, deré! (izquierda, derecha, izquierda, derecha; pero como son palabras largas para la marcha, se cortan así como las pusieron. Es decir, la puso a marchar... la famosa marcha forzada)
¡Quier, quier, te quier, te quier… te quier much! (Y aquí sigue el juego de cortar sílabas para marchar a ritmo; pero ahora intentó decir algo bonito "te quiero, te quiero...te quiero mucho")
Con intensa pasión le dije entonces:

Marcos Mundstock: ¡Abrázame! Con la tarea indicada ¡comenzar! (Pues son indicaciones militares, ¿qué esperaba? ¿Un poema?)
Todos: Y María obedeció tiernamente
Marcos Mundstock: ¡Besadme, hacedlo... ya! (La indicación de "ya" es importante en el ejército para iniciar la orden en el momento preciso)

Todos:
Nunca pude comprender lo que ocurrió,
y por eso mi relato aquí se cierra,
nunca supe por qué causa se ofendió,
cuando le dije, cuando le dije…
¡¡¡Cuerpo a tierra!!! (Podemos pensar cosas malas de la orden de que se tumbe; pero ¿y qué tal si la salvó de un ataque? No hay que ser mal pensados, que en esta obra hemos aprendido que lo que esperábamos que sucediera, no sucedió)

Este es el video de la obra
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Estudiando a Les Luthiers. Parte 47

La idea de este especial es analizar su humor y sus letras, basándome en la lista oficial de espectáculos de su página


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No voy a ahondar en la complejidad musical, ya que no es mi fuerte, sino en basarme en los guiones de los espectáculos para analizar los chistes

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Obra
Bolero de los celos
(Trío pecaminoso) 
 
Tomando citas textuales del sitio lesluthiers.org, sobre esta obra:

Esta obra es un homenaje al trío musical "Los Panchos", y una parodia del bolero "Envidia", compuesto por los Hermanos García Segura

(Esta obra tuvo un estreno fuera de espectáculo, cuyo monólogo de Marcos fue severamente recortado. Aunque no está en ningún espectáculo, me gustaría replicarlo aquí para analizarlo ya que en realidad es una delicia de humor, aunque posiblemente lo quitaron porque no despertó gracia en el público el día de su estreno, cosa que analizan mucho los integrantes de Les Luthiers para pulir sus obras)

Les Luthiers interpretarán a continuación, y fuera de programa, el “Bolero de los celos”, de Luis Carlos Álvarez Fresón. Este bolero fue inspirado por un episodio autobiográfico, el tortuoso romance de Álvarez Fresón con Ágata Clearence (No siento que los nombres tengan chistes ocultos, darles uno sería tan rebuscado que parece poco probable). Los celos de Luis Carlos se desencadenaron el día en que Ágata tardó cinco nombres de amigos de él en decirle “te quiero, Luis Carlos” (Eso no son celos, son señales). Este Bolero de los celos no es una obra aislada, pertenece a una serie, inspirada toda en su vínculo con Ágata, integrada por el rock lento “Apenas un saludo”, la balada “Por fin fuiste mía”, el presente “Bolero de los celos”, el tango “No me engañés” (engañés, con acento en la última sílaba, porque recuerden que en español versión "che" el imperativo se forma así), y la cumbia “¿Por qué no te vas?”. Como la censura opusiera objeciones a la cumbia “¿Por qué no te vas?”, Álvarez Fresón suavizó el título llamándola “¿Por qué no te vas un poco?” (Sí, eso funcionará para suavizarla, seguramente)

El tema de los celos ya ha sido magistralmente tratado por Shakespeare en su tragedia “Otelo”. Como podrán comprobarlo seguidamente al oír el “Bolero de los “Celos”, Álvarez Fresón también lo ha tratado, pero no lo ha podido. (Este chiste último se volverá a utilizar pero para otra obra, en la cual quedó como anillo al dedo)

(Hasta aquí el texto del estreno de la obra, en el video quedó así)
 
Texto de la obra aquí
 
Marcos Mundstock: Les Luthiers interpretarán el Bolero de los Celos. Previamente daremos lectura al poema "Y cómo lastiman los celos", perteneciente al libro de Luis Carlos Álvarez Fresón titulado "Atardecer de un ocaso crepuscular". (Sinónimos no le faltaban al señor)

(Comienza a sonar de fondo una melodía de guitarra y Marcos comienza a recitar el poema)

Marcos Mundstock:
¡Y cómo lastiman los celos!
Te seguí, Elena, desesperado e inerme,
junto al mar de iridiscente espuma,
indefenso hasta el paroxismo.
Tal vez no quisieras verme, tal vez fuera la bruma...
o tal vez fuera tu astigmatismo. (Yo voto por esta opción, además de graciosa, es muy viable. En fin, que tanta palabra tan elegante y fina, me hizo recordar a un personaje mío que habla así; pero él sí se pasa al usar palabras todavía más raras una tras otra sin dar pie a entender algo)

¡Y cómo lastiman los celos! ¡Aaayyy! (¡Vaya, sí que lastiman, cuánto dolor!)
Caminabas descalza por la arena y yo caminaba detrás,
arrastrando mudo mi condena,
adorándote en silencio desde lejos.
Y te grité cuando no pude más:
¡Cuidado con los cangrejos! (Pobrecitos)

¡Y cómo lastiman los cangr... eh... los celos! (Y pisar los cangrejos también lastima)
No me contestaste, Elena.
Pero te seguí por la playa con mi pena,
alucinado por la magia de tus ojos azabache.
Y vacilé al escribir tu nombre en la arena,
pues nunca supe bien si Elena es con hache. (La culpa la tiene el nombre Helen)

(Marcos hace un gesto teatral y sale de escena. Se encienden los focos y se ve a Ernesto Acher con los timbales, Jorge Maronna y Daniel Rabinovich con la guitarra, Carlos Núñez con el fushé, quien por cierto se lleva la mayor atención con sus movimientos exagerados, y Carlos López Puccio con un bajo eléctrico. Comienzan todos a cantar el bolero.)

Coro: Celos
Jorge Maronna: Tengo celos de la brisa...
Coro: ...que acaricia tus cabellos
Ernesto Acher: De la arena que roza tus pies
Coro: Celos de los guantes...
Carlos Núñez Cortés: ...que tocan tus manos
Coro: Celos del collar...
Carlos Núñez Cortés: ...que toca tu cuello
Coro: Celos de la silla... (no detecto de quién es la risa; pero todos entendemos qué toca la silla, así que Carlitos se las ingenia)
Carlos Núñez Cortés: ... que usas para sentarte.

Daniel Rabinovich: Me despierto a media noche, pienso en ti y tengo...
Coro: ...celos
Daniel Rabinovich: Llega el alba y desvelado pienso en ti y tengo...
Coro: ...celos
Daniel Rabinovich: Paso el día y consumido pienso en ti y tengo...
Coro: ...celos
Daniel Rabinovich: Y de noche alucinado, agotado y ya sin fuerzas pienso en ti y tengo...
Coro: ...sueño. (¿no eran celos? Pues mira qué día tan
pesado ha tenido, seguro es sueño, sin dudar)

(Daniel le hace un gesto con la mano a Carlitos, quien usa su instrumento como defensa contra él)

Carlos López Puccio:
Mi vida es un tormento, los celos son mi cruz.
Es duro sufrimiento vivir con esta "angús".
Carlos Núñez Cortés: ¿Angús?
Carlos López Puccio: ...tia. (Definitivamente necesita ayuda para rimar las frases, así que le ayuda Carlitos a Puccio diciéndole al oído cómo quedaría mejor la estrofa)
Carlos López Puccio:
Mi vida es un tormento, mi alma ya está mustia.
Es duro sufrimiento vivir con esta... angustia terrible. (¿En serio, Puccio? ¡Ya había quedado con rima! ¿Para qué le mueves?)

Daniel Rabinovich:
Desde aquella tarde en que la conocí mi vida ha cambiado;
Paso el día vigilándola furtivo, estoy trastornado.
Intercepto sus llamadas y sus cartas reviso indiscreto.
He instalado un micrófono en su cuarto,
entre ella y yo no hay secretos (Bien orgulloso que termina su estrofa Daniel; pero sí, no hay secretos. Nótese también cómo fue decayendo de ser una canción con letra muy romántica a una con un tono psicópata, lo cual hará que la siguiente estrofa, que se oía tan hermosa en un principio, ahora agarre una sensación distinta. Y además, Carlitos defendiéndose de Daniel otra vez haciendo movimientos con la música. Eso sin duda es un complemento muy gracioso. y como se la ha pasado dando brinquitos, Daniel revisa qué tiene en los pies que lo hace moverse así, y al no encontrar nada, hace gesto de no saber qué pasa y acaba también dando brinquitos él)

Coro: Celos
Jorge Maronna: Tengo celos de la luna...
Coro: ...que te mira cuando es noche
Ernesto Acher: De la lluvia que...
Coro: ...moja tu piel
Coro: Celos de las aves
Carlos Núñez Cortés: ...que escuchas cantar
Coro: Celos de las flores...
Carlos Núñez Cortés: ...que alegran tu hogar
Coro:
Pero, más que nada, tengo celos...
pero, más que nada, tengo celos...
de tu marido. (Y aquí entendemos que cuando dicen "trío" no se refiere a que son tres músicos, sino un trío amoroso. Y al final, Carlitos quedando fuera de la formación bien orgulloso, para que cuando se retire, pareciera decirle a Daniel ¿viste cómo me moví? Y Daniel diciendo, sí, tus brinquitos, ya vámonos)

Este es el video de la obra


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Estudiando a Les Luthiers. Parte 46

La idea de este especial es analizar su humor y sus letras, basándome en la lista oficial de espectáculos de su página


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No voy a ahondar en la complejidad musical, ya que no es mi fuerte, sino en basarme en los guiones de los espectáculos para analizar los chistes

Me apoyaré en una página hecha por fanáticos, la cual es https://lesluthiers.org/ y enlazaré a los artículos de dicha página cuando sea necesario

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Obra
Las majas del bergantín
(Zarzuela náutica)

No hay albur en el nombre de la obra, el bergantín es un tipo de embarcación, y maja es un adjetivo, majo, maja significa persona guapa, bella, graciosa
 
Tomando citas textuales del sitio lesluthiers.org, sobre esta obra:
 
- Canciones de esta obra: Sopla el viento (ritmo de Jota), Ronda de las prisioneras (ritmo de Chotis, inspirado en "Dónde estarán nuestros mozos" de la zarzuela "La del soto del parral") y Una botella (ritmo de Fandango, inspirado en "Las bodas de Luis Alonso"). (Por ritmos se refieren literalmente a ritmos musicales, cosa demasiado técnica para mí; pero me llamó la atención el origen del nombre del ritmo Chotis, que viene de una interpretación hispana de la palabra "Schottisch", que es "escosés" en alemán)

- Marcos Mundstock escribió el libreto de esta obra y se lo entregó a Carlos Núñez para su musicalización. La primera partitura no logró sortear el visto bueno del grupo. Núñez solicitó un plazo de gracia y se encerró durante 48 horas a escuchar zarzuelas y componer en el piano. La nueva versión que salió de ese breve pero intenso lapso fue lo que, con algunas mejoras, supresiones y agregados, se convirtió en uno de los mayores éxitos del repertorio de Les Luthiers. (Texto extraído del libro Les Luthiers de la L a la S)

- Les Luthiers tuvieron que cambiar apresuradamente el nombre de El pirata Raúl en una actuación. Fue en el Recital Sinfónico 86, el cual tuvo una sola representación el 11 de Agosto de 1986 en el Teatro Colón de Buenos Aires. Ese día Les Luthiers fueron avisados, minutos antes del comienzo del espectáculo, de la presencia entre el público del entonces presidente de Argentina, Raúl Alfonsín. Y decidieron, para evitar posibles malentendidos, cambiar el nombre del "Pirata Raúl" por el "Pirata Fermín". Pero Ernesto Acher, que era el encargado de nombrar al Pirata, tuvo un desliz momentáneo y casi se le escapó el nombre "Raúl". Dijo algo así como: "El pirata Raaaaa... el pirata Fermín". Parece ser que al final no estuvo presente Raúl Alfonsín en dicho espectáculo, y el esfuerzo de Ernesto Acher por cambiar el nombre resultó en vano. Todo quedó en una graciosa anécdota que pueden escuchar aquí.

Texto de la obra aquí

Marcos Mundstock:
A continuación, y en la última parte del presente recital, Les Luthiers interpretarán un fragmento de la zarzuela "Las Majas del Bergantín". La zarzuela "Las Majas del Bergantín" narra la historia de los marinos de un navío de la corona española que transporta a un grupo de prisioneras para ser juzgadas en Cádiz; describe la relación de los marinos con las forajidas mientras el bergantín es asediado por el barco del pirata Raúl, a cuya banda pertenecen las prisioneras. Esta zarzuela está basada en la novela "Lejanías", de Jorge Esteban Pérez Ríos, y la adaptación no fue fácil, ya que la novela trata de un labriego que vivía solo con su loro. (Lo gracioso es que la obra escrita no tiene nada que ver con la adaptación al teatro, no, esperen, no es gracioso, es verídico. Este chiste es para burlarse de todos aquellos guiones adaptados de novelas que acaban por hacer lo que se les da la gana con la obra)

Los autores de "Las Majas del Bergantín", Rafael Gómez y Sampayo y Ataúlfo Vega y Favret (este juego de conjunciones aunque gracioso, también es verídico, los apellidos materno y paterno solían estar separados por la conjunción, ya después cayó en desuso), responsables de varias zarzuelas de éxito, luego de ponerse de acuerdo sobre las líneas generales que debían seguir tanto la música como la letra, trabajaron por separado durante tres meses. Cuando se volvieron a encontrar, descubrieron con cierto desagrado que ambos habían escrito la letra (o sea, que ni tan de acuerdo se pusieron). Fue entonces cuando decidieron incorporar un músico al equipo; recurrieron al compositor y célebre guitarrista Ramón Véliz García y Casal, a quien llamaban "El Cervantes de la guitarra", porque era manco (lo cual es humor negro muy divertido, un guitarrista manco es posible pero no deja de ser muy turbio). Por fin, "Las Majas del Bergantín" se estrenó, con relativo éxito. El crítico de "El Correo Lírico" lo expresó del siguiente modo, escribió: "Si los decorados hubieran sido tan rígidos e inconmovibles como lo fueron los cantantes (cantantes inexpresivos y el escenario cayéndose), y si el argumento hubiera despertado tanta intriga como la afinación de la orquesta, probablemente los aplausos habrían sido tan abundantes como el físico de la soprano" (esta crítica es delicosamente divertida, poniendo en contraste lo que debió ser contra lo que fue).

Escucharemos a continuación, y finalizando el presente recital, una escena del segundo acto de "Las Majas del Bergantín", zarzuela de Pérez Ríos, Gómez y Sampayo, Vega y Favret y Véliz García y Casal (tanto para los que vivieron en esa época, como ahora, ¿cuántas personas realmente fueron las involucradas y quién es quién si no sabemos el contexto?). Los marinos cantan, orgullosos de su bergantín, que gallardo (valiente) desafía la furia de los vientos.

Coro:
Sopla el viento sopla el viento
como nunca antes sopló (zzz, zzz)
y nuestro bergantín
orgulloso avanza y veloz... (zzz) veloz... (zzz) (en este verso nos damos cuenta de por qué eligieron ese sonido para hacer el viento, porque se junta con la z española y su pronunciación, estoy seguro que es un guiño gracioso porque Daniel y Ernesto se ven con miradas de niños conspirando una broma que salió bien)

Y surcando las aguas
desafiando al viento va, (zzz, zzz) (Aquí Daniel ve a Ernesto y éste le hace con la cabeza que no, que aquí no hace concordancia el sonido, a lo que Daniel simplemente menea la cabeza como si fuese parte de la coreografía)
resistiendo tan gallardo,
tan gallardo, terco y tenaz... y tenaz... y tenaz. (Daniel vuelve a ver a Ernesto y éste le dice con las mano que pare, a lo que Daniel vuelve a imitar el gesto)
Esa es la pura verdaz, verdaz, (zzz) (alteraron la palabra "verdad" para que se uniera el sonido z española con el sonido del viento)
la verdaz, verdaz, (zzz) la verdaz.
(Daniel seguirá imitando los movimiento de Ernesto, uno de ellos es el movimiento de afirmación que hace con la cabeza, Ernesto seguirá diciéndole con las mano que pare y Daniel seguirá imitando su movimiento una y otra vez viendo que es el único que lo hace)
Junto al viento, junto al viento,
ya se oye nuestra voz,
que va exclamando valiente,
¡Ay qué mareo!, (¡vaya valentía!) ¡qué mareo!, (todos empiezan a dar signos de mareo)
¡ay qué mareo!, ¡qué mareo tan atroz!
¡y olé! (porque por supuesto, el olé español no puede faltar nunca) (zzz)

Ernesto Acher: ¡Recórcholis! Cómo se mueve este cacharro... haré arriar las velas. ¡Contramaestre! Foques enrollados, jarcias adujadas y cabos a la cornamusa. (Todas esas son órdenes de barco; pero Marcos entiende que son platillos)
Marcos Mundstock: ¿Y de postre? (Mientras se aleja se alcanza a escuchar que dice "No sé qué me dijo")

Ernesto Acher: En fin, de todos modos, magnífica tripulación.
Todos: Gracias, gracias.
Ernesto Acher: Y hermoso bergantín.
Jorge Maronna: Gracias, gracias. (Daniel y Marcos se le quedan viendo como queriendo decir "¿De qué das gracias, Jorge?")

Ernesto Acher: Mi bergantín... hablando de bergantín, ¿os habéis fijado cuántos nombres de embarcaciones comienzan con b larga?
Carlos López Puccio: ¡Barco!
Jorge Maronna: ¡Buque!
Marcos Mundstock: ¡Bote!
Carlos Núñez Cortés: ¡Balsa!
Carlos López Puccio: ¡Bajel!
Jorge Maronna: ¡Balandro!
Daniel Rabinovich: ¡"Belero"!... (Puccio le dice "bestia" a Daniel, porque es "velero", y este grita) ¡Bestia!
Marcos Mundstock: ¡Fragata!
Ernesto Acher: Fragata es con efe.
Marcos Mundstock: Es que la fragata que yo digo se llama Bilbao. Capitán...
Ernesto Acher: ¿Sí?
Marcos Mundstock: ... quisiéramos hacerle un petitorio.
Ernesto Acher: ¿Un petitorio?
Marcos Mundstock: Un "petit-torio" (o sea, chiquito). Verá usted, respecto de las prisioneras que llevamos en la bodega... (le entra pena y emoción) y teniendo en cuenta que hace dos meses que estamos en alta mar y no tocamos puerto... ¡ni nada!..., quisiéramos pedirle que las deje subir a cubierta...
Ernesto Acher: ¿Subir a cubierta las prisioneras? De ninguna manera, esas mujeres son delincuentes comunes.
Marcos Mundstock: Bueno, no pretendemos que sean especiales... (ya con que sean mujeres entre tanta soledad)
Ernesto Acher: Quiero decir que son forajidas. Son de la banda del pirata Raúl y en cuanto lleguemos a Cádiz debo entregarlas para que sean juzgadas. Eso sí, debo entregarlas intactas. (manos quietas, jóvenes)
Marcos Mundstock: ¿Quién se va a andar fijando en el grado de "intactez?" (mal dicha la palabra)
Ernesto Acher: De "intactitud".
Marcos Mundstock: Menos todavía.
Ernesto Acher: No, hombre, no, no, es que si subieran a cubierta esas mujeres, relajarían la moral de la tripulación.
Marcos Mundstock: ¡Hombreeee! (que es lo que queremos)
Ernesto Acher: No, no, no, no puede ser, no.
Carlos López Puccio: ¡Déjelas!
Ernesto Acher: No puede ser.

Carlos núñes y Marcos:
Baixant de la Font del Gat,
una noia, una noia,
baixant de la Font del Gat, una ...
(Esa es una canción catalana, los versos se traducirían como "bajando de la fuente del gato una chica, una chica")

Ernesto Acher: He dicho que no. Yo conozco estas situaciones; subirían las mujeres a cubierta y comenzarían que las miraditas, que el canto, que el fandango, que la juerga, que la borrachera, que... que... ¡que suban! (ya vio que sí sería buena idea)
Daniel Rabinovich: ¡Aaaah! Gracias, capitán. Ahí suben las prisioneras.
Marcos Mundstock: ¡Qué vellos tienen! (¿vellos de pelitos o bellos de belleza?) ¡Qué bellos tienen los ojos!
Daniel Rabinovich: Oigamos lo que dicen.
Marcos Mundstock: Ya comienzan a cantar.

Prisioneras:
Hola marineros decidnos qué hacéis,
por quién lucháis y por quién navegáis.

Marineros:
Todos servimos a nuestro rey
y a la bandera de nuestro "páis". (para que rime con navegáis)

Prisioneras:
Sois tan gentiles y sois tan galantes
que ya quisiéramos que nos amarais.
(A la gente le da risa que Daniel se quedó en el papel de maja mientras todos se van a su papel de piratas)

Marineros:
Agradecidos, pero es que antes
sería muy útil que nos conozcarais. (Otra vez, mal la palabra, la cual debe ser "conozcais", pero lo forzan para que suene gracioso y rime con amarais)

Ernesto Acher: Este es Francisco, el estampado. (Estampado de tanto tatuaje)

Prisioneras:
Qué maravilla su cuerpo tatuado,
anclas, sirenas, gaviotas, anguilas.
Tiene tatuajes en todos lados,
tiene tatuajes hasta en las axilas.

Daniel Rabinovich:
Vean tatuado en mi vientre el continente europeo
y... no les muestro Italia... porque quedaría feo. (Ya se imaginarán, por su forma, en dónde queda Italia)

Ernesto Acher: Este es Aníbal, el insatisfecho.

Prisioneras:
Hay en sus ojos rencor y despecho,
miedo provoca su imagen tan ruda,
hombre sin duda de pelo en pecho,
lo que se dice una bestia peluda.

Marcos Mundstock:
Mi furia tiene motivo, al mar ya no lo resisto...
¡ay!... porque yo quisiera ser o bailarín o modisto. (Jejeje, nada que ver con lo clásico para un macho pecho peludo, lo cual refuerza Marcos al afeminar el final de su verso)

Ernesto Acher: Y estos son los mellizos: Julio... y Agosto. (Es gracioso porque son meses que vienen juntos; pero en verdad son nombre latinos clásicos)

Prisioneras:
¿Cómo se explica que siendo mellizos
no se parezcan sus caras, sus pintas?

Carlos López Puccio: Yo soy delgado...
Jorge Maronna: Yo soy rollizo...
Puccio y Jorge: Somos mellizos de madres distintas. (¿Cómo? Bueno, es parte del chiste)

Prisioneras: Venid con nosotras, mellizos.
Puccio y Jorge: Con mucho gusto, señoras.
Marineros: Y ¿qué hacemos los demás?
Prisioneras: Vosotros también.
Marineros: Es un placer.
Prisioneras: No demoréis.
Marineros: A vuestros pies.
Prisioneras: ¡Chulos!
Marineros: ¡Majas!
Prisioneras: ¡Guapos!

Carlos Núñez Cortés: ¡Capitán!
Ernesto Acher: ¿Qué ocurre?
Carlos Núñez Cortés: ¡Veo un barco pirata a la derecha!
Ernesto Acher: Se dice "estribor"
 
(La razón por al que se dice babor y estribor en el barco, es porque decir derecha o izquierda suele ser subjetivo, ¿a la derecha de quién?, ¿del punto de vista del pasajero o del capitán?, para evitar confusión, se usan esos términos, siendo la proa la parte que rompe el agua, la frontal del barco, la popa la parte del extremo opuesto, y basado en eso, babor es la izquierda del barco tomando como referencia la proa, y estribor la derecha)
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Carlos Núñez Cortés: ¡Veo un estribor a la derecha!  (Pensando que se dice estribor al barco pirata). Capitán, y veo muchos piratas; hay uno de ellos que parece el jefe..., tiene pata de palo y lleva un loro en el hombro. (Bien estereotipado)
Ernesto Acher: Un barco pirata... y ¿cuál es su tamaño?
Carlos Núñez Cortés: Más bien pequeñito, es como un periquito chiquitico, lo lleva acá, así.
Ernesto Acher: Pregunto por el barco, cuánto mide el barco.
Carlos Núñez Cortés: Ah, el barco, sí... debe tener unos 60 metros de largo, capitán.
Ernesto Acher: Largo no... "eslora"
Carlos Núñez Cortés: Bueno hombre, yo dije "loro" generalizando (pensando que se refería al animalito y no a la longitud del barco). (Carlos Núñez se pone a ver de nuevo y empieza a ver a Ernesto) Capitán, ¡un pingüino! (Como está de esmoquin) ¡Ah!... (Al darse cuenta de su error, y ya no sabiendo cómo salir de esa, dice) ¡pero bellísimo!...
Ernesto Acher: Anda, Nuño.
Carlos Núñez Cortés: ¡Ordene!
Ernesto Acher: Fíjate si lleva algún botín.
Carlos Núñez Cortés: Sí, lleva, uno... en el pie que no es de palo. (Confundiendo botín de bienes apoderados con botín de una bota pequeña)

Daniel Rabinovich: ¡Rayos y centellas! (Expresión de asombro ante algo inesperado)
Todos: ¿Qué ocurre?
Daniel Rabinovich: No, no, no, en el agua... rayas y centollas (raya, el animal acuático aplastado que parece alfombra con carita, y centolla, una cosa que se parece a un cangrejo punk por tantos picos en la piel. El hecho de nombrarlos mal da pie al siguiente chiste)... Capitán, amémonos (¿cómo? Pero si ahí tienes a las majas, no recurras a eso, por favor), ¡anémonas, anémonas! (¡ah, bueno! Para no entrar en descripciones técnicas que confunden más que aclarar, son bichos que parecen arbolitos de pelos lacios al viento) Y caracoles...
Ernesto Acher: Sí, también puede haber caracoles.
Daniel Rabinovich: No, no, ¡caracoles! Que una botella viene flotando hacia aquí. (Ándele, por andar nombrando mal a los seres marinos, ahora sí no le hicieron caso a su expresión de asombro. Este tipo de juegos de lenguaje y giros en la conversación son una forma de humor muy sana e inteligente)
Todos: ¿Una botella?
Daniel Rabinovich: Sí, una botella flotando.

Coro:
Una botella, una botella,
una botella flotando,
una botella, una botella
viene flotando hacia aquí.

Daniel Rabinovich: La deben haber puesto para que se enfríe. (Sí, cómo no, sobre todo)

Coro:
Una botella. una botella
viene flotando hacia aquí.

Ernesto Acher: Debe ser un mensaje de los piratas.

Coro:
Una botella, una botella
viene flotando hacia aquí.

Ernesto Acher: Tiene una calavera y cruzadas dos tibias.

Daniel Rabinovich: ¿Tibias? Confirmao, la han puesto pa' que se enfríe, capi. (Tibia, hueso que forma la espinilla en las piernas, lo podemos tocar porque no la recubre músculo y por eso los golpes duelen tanto ahí. Su nombre da pie a que se aproveche el chiste de Daniel, pues, si la botella está tibia, entonces la pusieron para que se enfríe. Y a todo esto, vaya confiancita, de decirle "capi")
(Se me hizo muy gracioso cómo Carlitos golpea a Daniel por sus ocurrencias)
Ernesto Acher: ¡Diantres! ¡Es del pirata Raúl!
Carlos Núñez Cortés: ¿Y qué dice?
Ernesto Acher: Y dice que si no les entregamos a las prisioneras, nos hundirán.
Carlos Núñez Cortés: ¡Tengo una idea capitán! (La gente se ríe porque Carlitos toma pose heróica para su diálogo)
Ernesto Acher: A ver.
Carlos Núñez Cortés: Qué tal si vamos disfrazados de prisioneras y una vez a bordo.. ¡uaaa!, les atacamos.
Ernesto Acher: No, no, no, no, imagínate lo que nos harían si se dieran cuenta de que no somos mujeres... (ambos hacen señal de cortar cuello)
Daniel Rabinovich: Peor lo que nos harían si no se dieran cuenta. (Y sí, estoy de acuerdo que sería peor)
(Los pasitos que hace Ernesto mientras piensa es algo muy típico de él, ya que suele hacer juegos de pies muy sutiles pero graciosos)
Carlos Núñez Cortés: ¡Ya sé, capitán!, ¡ya sé!, pues entonces, vayamos disfrazados de hombres. (Creo que a alguien se le acabaron las ideas, ¿o qué habrá dado a entender?)
Daniel Rabinovich: Ay, ay, ay, ay, qué miedo tengo, tengo miedo, me late fuerte aquí.
Marcos Mundstock: ¿Dónde?
Daniel Rabinovich: En Polonia. (De hecho, es cierto, las personas que están tan tatuadas, ¿no es más fácil decir al médico en qué tatuaje les duele en lugar de aprender las partes del cuerpo?)
Ernesto Acher: Y esos piratas nos van a hacer trizas.
Daniel Rabinovich: Ay, ay, ay, ay, ay, siento un vacío en Francia. (Antes era el corazón, ahora es el estómago)
Ernesto Acher: Bueno, pues nada. Hay que entregar a las prisioneras.
Todos: ¡No, no! ¿Cómo que...? ¡No, no! ¡resistamos!
Ernesto Acher: No sabría cómo ofrecer resistencia, por lo tanto hay que entregar a las prisioneras.
Daniel Rabinovich: Es inútil.
Marcos Mundstock: Sí, pero es el capitán. (Aparte de que hay muchos inútiles en el poder, el juego de palabras se refería a que era inútil la resistencia, no el capitán. Que en este caso, no pienso que se refiera a ambos, ya que Ernesto ha actuado como un capitán muy capaz y prudente; pero bueno, el chiste es ese y Daniel y Marcos le siguen al chiste con miradas y movimientos de cabeza)
Ernesto Acher: ¡Hala!, marchaos, tomad la chalupa, idos con el pirata Raúl. Adiós.
(La cámara, por estar haciendo acercamiento al rostro de Ernesto, no nos deja ver qué pasó con los demás que el público se rio)
Ernesto Acher: Contramaestre, zarpamos. Que extiendan las velas.
Marcos Mundstock: No se lo aconsejo, señor, hay viento.
Ernesto Acher: He dicho que extiendan las velas.
Marcos Mundstock: ¡Ah!... yo había entendido que "enciendan" las velas (jugando con las palabras sinónimas, Ernesto decía las velas de tela y Marcos las velas de cera). Ya decía yo, me parece una "absurdez" (siguiendo con la mala pronunciación de la canción pasada).

Daniel Rabinovich: ¡Ay!, que las majas se han ido y con ellas nuestro amor.

Coro:
Siempre nos queda el olvido,
el olvido con el licor.
Ya que las majas se han ido,
y con ellas nuestro amor,
sólo nos queda olvidarlas,
sólo nos queda, olvidarlas,
sólo nos queda olvidarlas...

Daniel Rabinovich: ¡Buaahhh!
Ernesto Acher: Bueno, Francisco, olvídalas ya, no llores más por ellas.
Daniel Rabinovich: ¡No lloro por el ellas, lloro por el futuro de Italia! (Que ya todos sabemos en qué parte del cuerpo se encuentra ese país tatuado, y por eso se asombran y le piden callarse)

Coro: ... olvidarlas con el licor.

Este es el video de la obra
 

 
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Estudiando a Les Luthiers. Parte 45

La idea de este especial es analizar su humor y sus letras, basándome en la lista oficial de espectáculos de su página


Cuando se comparta un video, siempre será desde su cuenta oficial de youtube https://www.youtube.com/lesluthiers

No voy a ahondar en la complejidad musical, ya que no es mi fuerte, sino en basarme en los guiones de los espectáculos para analizar los chistes

Me apoyaré en una página hecha por fanáticos, la cual es https://lesluthiers.org/ y enlazaré a los artículos de dicha página cuando sea necesario

Aunque no me basaré en ella, también esta página está muy completa http://www.leslu.com.ar/ por si la quieren visitar
 
Obra
Pasión bucólica
(Vals geriátrico) 

Tomando citas textuales del sitio lesluthiers.org, sobre esta obra:
 
Fue llamada en un principio "Las tías". Y nació a partir de una rutina de Jorge Maronna, que solía imitar a su tía. Mientras se vestía en los camerinos le daba a veces por hablar como ella. Pero no hay tía que no tenga vecina, y Carlos Núñez acabó siendo la segunda tía, que añoraba a su difunto Arnolfo. El nombre era real: provenía de un tío político de Núñez que había pasado a mejor vida. De vez en cuando Marcos Mundstock se convertía en tercera tía. Y un día se convirtió en algo más: en libretista de una escena entre dos viejitas amigas. Pocos días después, el texto tenía música y formaba parte del espectáculo Humor dulce hogar. (Texto extraído del libro Les Luthiers de la L a la S) (El libro de 1991 tuvo una reedición con una modificación del 40% en el 2007; pero actualmente están descatalogadas ambas ediciones)

Texto de la obra aquí

(Aparece Carlos Núñez, limpiando con un plumero todo lo que va encontrando, sin embargo la posición en la que está, detrás del piano tapando la mitad inferior de su cuerpo, y las caras que hacen, nos hacen pensar que está haciendo otra cosa, hasta que empieza a limpiar el piano con el plumero nos damos cuenta de qué estaba haciendo realmente, haciendo estallar de risa al público. Comienza a hablar como una viejita octogenaria)
 
(Lo ingenioso de la construcción narrativa de esta obra consiste en que van concatenando las conversaciones, usando precisamente la última palabra del canto que realizan. Esto lo veremos más descarado en la estrofa final, en donde cada quien irá por su lado concatenando sus conversaciones con la palabra final del diálogo de la otra persona)
 
Carlos Núñez Cortés: ¡Cuánto polvo, cuánto polvo! Una se mata limpiando y no luce… dieciocho años que tengo todas las ventanas cerradas y sigue entrando polvo, sigue entrando polvo… (bueno, si consideramos que el polvo es realmente la acumulación de células muertas, no importa mucho que cierre las ventanas, por otra parte, la gente ríe porque cuando Carlitos da un paso alto se empieza a sacudir el polvo de la entrepierna) y para colmo ya está por llegar Rosarito, que se fija en todo. (Se oyen golpes) Esa debe ser Rosarito. ¡Ya va! Adelante, querida, adelante…

(Aparece Jorge Maronna, andando y hablando también como una viejita. Los dos se funden en un abrazo dejándose caer uno sobre el otro hablando al unísono)

Jorge Maronna: ¡Hola, Clarita! ¿Cómo está?
Carlos Núñez Cortés: ¿Cómo le va, querida? ¡Pero que bien que se la ve, déjeme que la mire porque…
Jorge Maronna: ¿Cómo está? ¡Qué divina, se cambió el peinado, qué bonito! ¡Ay, ese collar de perlas cultivadas es una belleza…
Carlos Núñez Cortés: …pero que linda que está, querida, que bonita… qué lindos los zapatitos que tiene, querida… se ha dejado la barba, querida… (además del chiste de que la tía es una vieja barbona, de hecho si nos fijamos, Jorge sí se dejó la barba respecto a otros espectáculos pasados)
Jorge Maronna: …y le traje unas colaciones.
Carlos Núñez Cortés: Querida, no se hubiera molestado, querida. (Y todavía les sacude el polvo con furia)
Jorge Maronna: ¡Ay, cambió los muebles de lugar!
Carlos Núñez Cortés: Ah, sí. ¿Cómo se dio cuenta? (Como si fuera muy difícil notar una distribución diferente de las cosas cuando estás acostumbrado a ellas, lástima que ese chiste no lo captó el público)
Jorge Maronna: Y… acá, donde está el piano había otra cosa…
Carlos Núñez Cortés: ¡Ay, tiene razón! Ahí estaba el pobre difunto Arnolfo. (Tratar al esposo como mueble, que están tan acostumbrados a que esté todo el tiempo en el mismo lugar, otro chiste que no captó el público)
Jorge Maronna: Ah, claro, sí, sí, sí.
Carlos Núñez Cortés: Y sí, lo saqué (O sea, tenía al cadáver con ella, se nota muy bajito que algunos del público sí captaron el chiste). Una no puede vivir aferrada a los recuerdos. (Quizá contagiados por los que empezaron a reír, empieza a sonar la risa más fuerte. Ya se había tardado el público en reaccionar. Este tipo de cosas son las que hacían que Les Luthiers modificara sus obras entre presentaciones)
Jorge Maronna: Hace muy bien, Clarita, hay que seguir viviendo.
Carlos Núñez Cortés: Sí, querida. Todos los veranos lo vuelvo a poner en la bóveda, je, je. Allí está más fresquito. (Bueno, ser momificado es una buena idea, el cuerpo queda muy bien conservado)
Jorge Maronna: Claro, seguro, sí, sí.
Carlos Núñez Cortés: ¿Se acuerda cómo le gustaba la música?
Jorge Maronna: Sí…
Carlos Núñez Cortés: ¿Cómo la escuchaba?
Jorge Maronna: Sí, quietito… (Aquí el chiste está en que ya no se sabe si se refieren a Arnolfo de vivo o de muerto)
Carlos Núñez Cortés: ¿Qué le parece si tocamos alguna canción, eh?
Jorge Maronna: Ay, sí, claro, a ver cuál tiene para hoy, Clarita.
Carlos Núñez Cortés: A ver esta, divina, esta es divina… A ver esta, ¿la sabe?
Jorge Maronna: A ver, esta… sí.
Carlos Núñez Cortés: Ah, qué suerte, que la sabe…
Jorge Maronna: No la sé.

Carlos Núñez Cortés: ¿Cómo, no dijo "esta sí"?
Jorge Maronna: ¡No, no, no, no! Estaba leyendo el título: “Esta-sí de amor”. No la sé. (En lugar de "Éxtasis de amor", yo pensé que se iba a referir a la nota musical "Si") ¿Y ésta otra? “Pasión Bu-co-lí-ca”. (Aprovechando el chiste de que lee mal)
Carlos Núñez Cortés: Sí, esa es divina, pero está mal acentuada.
Jorge Maronna: Ah, “Pásion Bucolíca”. (En vez de corregir el acento en bucólica, lo movió en pasión. Que esto me recuerda a un chiste de un espectáculo futuro, en Esther Píscore, Ésther Píscore; pero bueno, no tiene relación, solo son recuerdos del futuro pasado)
Carlos Núñez Cortés: Eso, sí. Mejor toquemos esa, sí. Un, dos, un, dos…

En estos bellos jardines sopla una brisa de vida.
Quiero olvidar para siempre las ilusiones perdidas…

Jorge Maronna: ¡Ay, hablando de perdidas! ¿Sabe que se casó la Betty? (¿Qué tal la reputación de Betty?)
Carlos Núñez Cortés: ¿La Betty?
Jorge Maronna: Sí…
Carlos Núñez Cortés: ¡Ay, pobre!
Jorge Maronna: ¿Pobre? Pobre el marido… (Pues si tiene reputación de mujer perdida, sí, pobre marido) Ah, y le cuento que se casó de blanco.
Carlos Núñez Cortés: ¡Hay que ser descarada!
Jorge Maronna: ¡Ah, no, no! El marido se casó de blanco… (Pues sí, parece que Betty sí se ganó bien su reputación)

El canto de los pajaritos inflamando nuestros pechos
Pío, pío, pío, pí-pío, pío, pío, pío, pí-pío,
Crisantemos y malvones, musgos, líquenes y helechos…

Carlos Núñez Cortés: Helechos… El-lecho… nunca me voy a olvidar lo que me dijo el Arnolfo en el lecho de muerte.
Jorge Maronna: Ay, ¿qué le dijo?
Carlos Núñez Cortés: “Vieja, traéme un sandwiche de mortadela…”
Jorge Maronna: ¿Y cómo, estando tan mal?
Carlos Núñez Cortés: No, si estaba perfectamente…
Jorge Maronna: ¿No dijo “lecho de muerte”?
Carlos Núñez Cortés: Ah, sí, murió en ese lecho… pero muchos años después…
Jorge Maronna: ¡Ah!
Carlos Núñez Cortés: Lo que pasa es que el Arnolfo, a nuestra cama matrimonial le llamaba “El Lecho de Muerte”.
Jorge Maronna: Ah, por eso… ¿Y por qué?
Carlos Núñez Cortés: Porque decía que era la muerte de sus ilusiones. (Todo este párrafo es puro humor negro muy bueno)

Los querubines beatos que por nosotros velaban…

Jorge Maronna: ¡Ay, velar, ay! Me olvidé de ponerle la vela a San Pantaleón, y es para la salud… (El santo mencionado, sin embargo, según esto, es de los santos que ayudan sin necesidad de recibir pago alguno)
Carlos Núñez Cortés: Rosarito, Rosarito, en lugar de tantos santos, usted debería tener un médico, querida.
Jorge Maronna: Ah, no. ¿Para qué, si con los santos me arreglo? Estoy sanísima…
Carlos Núñez Cortés: ¿Seguro?
Jorge Maronna: Seguro. Lo único… el juanete, pero eso me lo arregla el pedícuro. Hace cuarenta y siete años que voy donde el mismo pedícuro.
Carlos Núñez Cortés: Aunque sea debería tener un ginecólogo.
Jorge Maronna: Todavía no necesito… (Se creía antiguamente que si una mujer era virgen, no necesitaba ir a hacerse estudios)
Carlos Núñez Cortés: Al menos debería hacerse un papanicolau.
Jorge Maronna: ¿Es algo del Vaticano? (Por lo de "Papa", la máxima autoridad del catolicismo que viven en el Vaticano)
Carlos Núñez Cortés: Pero no, Rosarito, el papanicolau es para enfermedades de señoras.
Jorge Maronna: Ah, entonces será “mamanicolau”. (Se juega con el sonido de Papa y papá, pues entonces sería mamá, por ser para señoras. Para arruinar el chiste, les cuento que se llama Papanicolau porque lo desarrolló el ḿedico griego Georgios Papanicolaou)

Se oye el canto del arroyo en la orilla humedecida.
Glu, glu, glu, glu, glu, glu, Glu, glu, glu, glu, glu, glu…
Confesaste tu pasión, me ofreciste nueva vida…

Carlos Núñez Cortés: Nueva vida, nueva vida… “Año nuevo, vida nueva”, siempre lo decía el difunto.
Jorge Maronna: Ay, qué alegre…
(El texto está cortado en el sitio lesluthiers.org, yo le seguí la transcripción aquí y les mandé por correo la notificación a los administradores, espero que para cuando salga esta entrada lo hayan corregido)
Carlos Núñez Cortés: Sí, era muy alegre. Me acuerdo casualmente aquella vez para año nuevo
Jorge Maronna: ¡Ay! ¿Qué pasó?
Carlos Núñez Cortés: ¡Cómo se descompuso el Arnolfo! ¡Me dejó la sala hecha un asco! Los médicos no se ponían de acuerdo
Jorge Maronna: ¡Aj, como siempre!
Carlos Núñez Cortés: Uno decía que era el hígado, otro que el corazón, otro que los riñones
Jorge Maronna: ¡Ah, sí, sí, sí, sí! Los médicos siempre discutiendo por menudencias (la comida llamada menudo se hace precisamente con las vísceras; pero también menudencia es cosa de poca importancia, he ahí el hermoso juego de palabras)
Carlos Núñez Cortés: ¿Sabe lo que me dijo uno?
Jorge Maronna: No
Carlos Núñez Cortés: Que era un problema que venía arrastrando de hacía mucho
Jorge Maronna: Una pierna (pues si iba arrastrando algo, quizá fue una pierna)
Carlos Núñez Cortés: No, una hernia. Lo tuvieron que operar de urgencia
Jorge Maronna: ¡Ay, no me diga!
Carlos Núñez Cortés: ¡Ay, sí! ¡Ay!, cuando salió el cirujano y me dice, señora, lo perdimos en la operación
Jorge Maronna: ¡Ay, Clarita, qué momento!
Carlos Núñez Cortés: Por suerte lo encontraron enseguida (Los médicos cuando anuncian un fallecimiento, dicen que perdieron al paciente; pero en este caso, lo perdieron de verdad, no sabían dónde estaba, este juego de palabras es la mina de oro de los chistes de Les Luthiers)
Jorge Maronna: ¿¡Eh!?
Carlos Núñez Cortés: Se había escapado del quirófano
Jorge Maronna: ¡Aaah!
Carlos Núñez Cortés: ¿Sabe cómo hicieron para encontrarlo?
Jorge Maronna: ¡No!
Carlos Núñez Cortés: Je, je, je. Fueron siguiendo la sonda
Jorge Maronna: ¡Aaah! ¡Sí!
Carlos Núñez Cortés: Estaba ahí tirado en el pasillo, una cosa babosa...
Jorge Maronna: ¡Ay! ¡Clarita! ¡Me acordé! Me tiene que dar la receta de la natilla
Carlos Núñez Cortés: Pero sí, querida, si es una bobada. ¿Para qué la quiere?
Jorge Maronna: La quiero hacer esta noche
Carlos Núñez Cortés: ¿Esta noche? ¿Por qué?
Jorge Maronna: Es que viene a cenar el pedícuro

Me declaraste tu afecto;
pero luego me olvidaste...

(A partir de aquí, cada quien va por su lado de la conversación, concatenando sus ideas con la palabra final de la otra conversación. Una forma muy ingeniosa, de verdad)
Carlos Núñez Cortés: Nunca me voy a olvidar la noche aquella cuando me lo trajeron al Arnolfo. Estaba a la miseria, pobre santo. Le pregunté al doctor: "¿será alguna comida que le cayó mal?", y va y me dice: "No señora, una cornisa que le cayó justo" (Bueno, fue una caída, de otro tipo pero caída). ¡No se movía, no hablaba!
Jorge Maronna: Hablar, hablar. ¿De qué hablaremos con el pedicurista? Sí. Hablar y nada más, ¿eh? Él no puede esperar nada más, jamás lo he autorizado
Carlos Núñez Cortés: "La autorización, me tiene que firmar la autorización", me dijo el doctor. Yo miré el papel y le dije: "¿Pero qué tiene que ver mi pobre Arnolfo con una autopista?, ¿eh?, ¿qué tiene que ver?"
Jorge Maronna: ¡Ay, tiene que ver hoy en día las cosas que pasan! Una mujer sola tiene que saber decir que no
Carlos Núñez Cortés: "No señora", me dijo el doctor, "autopista no..., ¡autopsia!". Y yo le dije: "y bueno, hágala, total, mal no le puede hacer" (Considerando que es una operación a un cadáver. Y de hecho yo quería ser forense, total, peor no puedo dejar a mis pacientes)
Jorge Maronna: Él no puede hacer nada si yo no se lo permito. Empezaremos conversando y... y... bueno, ya veremos cómo sigue
Carlos Núñez Cortés: Sigue estacionario, me dijeron en la autopsia. "Tranquila, señora", me decían, "tranquila"
Jorge Maronna: Tranquila. Tranquilas las manos, ¿eh? Porque si no me pongo a gritar
Carlos Núñez Cortés: A los gritos salió la enfermera, salió con el Arnolfo en brazos, me lo muestra y me dice: "La felicito señora, es un varón" (Pinche enfermera, eso sí es humor ultra negro, te sacan el cadáver como si fuera un neonato)
Jorge Maronna: ¡Ah, sí, sí! Él es un varón (supongo que no se refiere a barón de título, ya que un barón no tendría necesidad de ser pedicurista); pero yo soy una mujer decente y tengo una forma de vivir.
Carlos Núñez Cortés: Y hay que seguir viviendo, Rosarito
Jorge Maronna: Es lo que yo siempre digo, Clarita. Hay que seguir viviendo
Carlos Núñez Cortés: Como usted dice, hay que seguir viviendo
Jorge Maronna: Y como usted dice que yo digo, Clarita, hay que seguir viviendo

Viva la vida, viva el amor
y la pasión juvenil. (Sobre todo juvenil con estas señoras)
 
Este es el video de la obra

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