La idea de este especial es analizar su humor y sus letras, basándome en la lista oficial de espectáculos de su página
Cuando se comparta un video, siempre será desde su cuenta oficial de youtube https://www.youtube.com/lesluthiers
No
voy a ahondar en la complejidad musical, ya que no es mi fuerte, sino
en basarme en los guiones de los espectáculos para analizar los chistes
Me apoyaré en una página hecha por fanáticos, la cual es https://lesluthiers.org/ y enlazaré a los artículos de dicha página cuando sea necesario
Aunque no me basaré en ella, también esta página está muy completa http://www.leslu.com.ar/ por si la quieren visitar
Obra
Las majas del bergantín
(Zarzuela náutica)
No hay albur en el nombre de la obra, el bergantín es un tipo de embarcación, y maja es un adjetivo, majo, maja significa persona guapa, bella, graciosa
Tomando citas textuales del sitio lesluthiers.org, sobre esta obra:
- Canciones de esta obra: Sopla el viento (ritmo de Jota), Ronda de las prisioneras (ritmo de Chotis, inspirado en "Dónde estarán nuestros mozos" de la zarzuela "La del soto del parral") y Una botella (ritmo de Fandango, inspirado en "Las bodas de Luis Alonso"). (Por ritmos se refieren literalmente a ritmos musicales, cosa demasiado técnica para mí; pero me llamó la atención el origen del nombre del ritmo Chotis, que viene de una interpretación hispana de la palabra "Schottisch", que es "escosés" en alemán)
- Marcos Mundstock escribió el libreto de esta obra y se lo entregó a Carlos Núñez para su musicalización. La primera partitura no logró sortear el visto bueno del grupo. Núñez solicitó un plazo de gracia y se encerró durante 48 horas a escuchar zarzuelas y componer en el piano. La nueva versión que salió de ese breve pero intenso lapso fue lo que, con algunas mejoras, supresiones y agregados, se convirtió en uno de los mayores éxitos del repertorio de Les Luthiers. (Texto extraído del libro Les Luthiers de la L a la S)
- Les Luthiers tuvieron que cambiar apresuradamente el nombre de El pirata Raúl en una actuación. Fue en el Recital Sinfónico 86, el cual tuvo una sola representación el 11 de Agosto de 1986 en el Teatro Colón de Buenos Aires. Ese día Les Luthiers fueron avisados, minutos antes del comienzo del espectáculo, de la presencia entre el público del entonces presidente de Argentina, Raúl Alfonsín. Y decidieron, para evitar posibles malentendidos, cambiar el nombre del "Pirata Raúl" por el "Pirata Fermín". Pero Ernesto Acher, que era el encargado de nombrar al Pirata, tuvo un desliz momentáneo y casi se le escapó el nombre "Raúl". Dijo algo así como: "El pirata Raaaaa... el pirata Fermín". Parece ser que al final no estuvo presente Raúl Alfonsín en dicho espectáculo, y el esfuerzo de Ernesto Acher por cambiar el nombre resultó en vano. Todo quedó en una graciosa anécdota que pueden escuchar aquí.
- Marcos Mundstock escribió el libreto de esta obra y se lo entregó a Carlos Núñez para su musicalización. La primera partitura no logró sortear el visto bueno del grupo. Núñez solicitó un plazo de gracia y se encerró durante 48 horas a escuchar zarzuelas y componer en el piano. La nueva versión que salió de ese breve pero intenso lapso fue lo que, con algunas mejoras, supresiones y agregados, se convirtió en uno de los mayores éxitos del repertorio de Les Luthiers. (Texto extraído del libro Les Luthiers de la L a la S)
- Les Luthiers tuvieron que cambiar apresuradamente el nombre de El pirata Raúl en una actuación. Fue en el Recital Sinfónico 86, el cual tuvo una sola representación el 11 de Agosto de 1986 en el Teatro Colón de Buenos Aires. Ese día Les Luthiers fueron avisados, minutos antes del comienzo del espectáculo, de la presencia entre el público del entonces presidente de Argentina, Raúl Alfonsín. Y decidieron, para evitar posibles malentendidos, cambiar el nombre del "Pirata Raúl" por el "Pirata Fermín". Pero Ernesto Acher, que era el encargado de nombrar al Pirata, tuvo un desliz momentáneo y casi se le escapó el nombre "Raúl". Dijo algo así como: "El pirata Raaaaa... el pirata Fermín". Parece ser que al final no estuvo presente Raúl Alfonsín en dicho espectáculo, y el esfuerzo de Ernesto Acher por cambiar el nombre resultó en vano. Todo quedó en una graciosa anécdota que pueden escuchar aquí.
Texto de la obra aquí
Marcos Mundstock:
A continuación, y en la última parte del presente recital, Les Luthiers interpretarán un fragmento de la zarzuela "Las Majas del Bergantín". La zarzuela "Las Majas del Bergantín" narra la historia de los marinos de un navío de la corona española que transporta a un grupo de prisioneras para ser juzgadas en Cádiz; describe la relación de los marinos con las forajidas mientras el bergantín es asediado por el barco del pirata Raúl, a cuya banda pertenecen las prisioneras. Esta zarzuela está basada en la novela "Lejanías", de Jorge Esteban Pérez Ríos, y la adaptación no fue fácil, ya que la novela trata de un labriego que vivía solo con su loro. (Lo gracioso es que la obra escrita no tiene nada que ver con la adaptación al teatro, no, esperen, no es gracioso, es verídico. Este chiste es para burlarse de todos aquellos guiones adaptados de novelas que acaban por hacer lo que se les da la gana con la obra)
Los autores de "Las Majas del Bergantín", Rafael Gómez y Sampayo y Ataúlfo Vega y Favret (este juego de conjunciones aunque gracioso, también es verídico, los apellidos materno y paterno solían estar separados por la conjunción, ya después cayó en desuso), responsables de varias zarzuelas de éxito, luego de ponerse de acuerdo sobre las líneas generales que debían seguir tanto la música como la letra, trabajaron por separado durante tres meses. Cuando se volvieron a encontrar, descubrieron con cierto desagrado que ambos habían escrito la letra (o sea, que ni tan de acuerdo se pusieron). Fue entonces cuando decidieron incorporar un músico al equipo; recurrieron al compositor y célebre guitarrista Ramón Véliz García y Casal, a quien llamaban "El Cervantes de la guitarra", porque era manco (lo cual es humor negro muy divertido, un guitarrista manco es posible pero no deja de ser muy turbio). Por fin, "Las Majas del Bergantín" se estrenó, con relativo éxito. El crítico de "El Correo Lírico" lo expresó del siguiente modo, escribió: "Si los decorados hubieran sido tan rígidos e inconmovibles como lo fueron los cantantes (cantantes inexpresivos y el escenario cayéndose), y si el argumento hubiera despertado tanta intriga como la afinación de la orquesta, probablemente los aplausos habrían sido tan abundantes como el físico de la soprano" (esta crítica es delicosamente divertida, poniendo en contraste lo que debió ser contra lo que fue).
Escucharemos a continuación, y finalizando el presente recital, una escena del segundo acto de "Las Majas del Bergantín", zarzuela de Pérez Ríos, Gómez y Sampayo, Vega y Favret y Véliz García y Casal (tanto para los que vivieron en esa época, como ahora, ¿cuántas personas realmente fueron las involucradas y quién es quién si no sabemos el contexto?). Los marinos cantan, orgullosos de su bergantín, que gallardo (valiente) desafía la furia de los vientos.
Coro:
Sopla el viento sopla el viento
como nunca antes sopló (zzz, zzz)
y nuestro bergantín
orgulloso avanza y veloz... (zzz) veloz... (zzz) (en este verso nos damos cuenta de por qué eligieron ese sonido para hacer el viento, porque se junta con la z española y su pronunciación, estoy seguro que es un guiño gracioso porque Daniel y Ernesto se ven con miradas de niños conspirando una broma que salió bien)
Y surcando las aguas
desafiando al viento va, (zzz, zzz) (Aquí Daniel ve a Ernesto y éste le hace con la cabeza que no, que aquí no hace concordancia el sonido, a lo que Daniel simplemente menea la cabeza como si fuese parte de la coreografía)
resistiendo tan gallardo,
tan gallardo, terco y tenaz... y tenaz... y tenaz. (Daniel vuelve a ver a Ernesto y éste le dice con las mano que pare, a lo que Daniel vuelve a imitar el gesto)
Esa es la pura verdaz, verdaz, (zzz) (alteraron la palabra "verdad" para que se uniera el sonido z española con el sonido del viento)
la verdaz, verdaz, (zzz) la verdaz.
A continuación, y en la última parte del presente recital, Les Luthiers interpretarán un fragmento de la zarzuela "Las Majas del Bergantín". La zarzuela "Las Majas del Bergantín" narra la historia de los marinos de un navío de la corona española que transporta a un grupo de prisioneras para ser juzgadas en Cádiz; describe la relación de los marinos con las forajidas mientras el bergantín es asediado por el barco del pirata Raúl, a cuya banda pertenecen las prisioneras. Esta zarzuela está basada en la novela "Lejanías", de Jorge Esteban Pérez Ríos, y la adaptación no fue fácil, ya que la novela trata de un labriego que vivía solo con su loro. (Lo gracioso es que la obra escrita no tiene nada que ver con la adaptación al teatro, no, esperen, no es gracioso, es verídico. Este chiste es para burlarse de todos aquellos guiones adaptados de novelas que acaban por hacer lo que se les da la gana con la obra)
Los autores de "Las Majas del Bergantín", Rafael Gómez y Sampayo y Ataúlfo Vega y Favret (este juego de conjunciones aunque gracioso, también es verídico, los apellidos materno y paterno solían estar separados por la conjunción, ya después cayó en desuso), responsables de varias zarzuelas de éxito, luego de ponerse de acuerdo sobre las líneas generales que debían seguir tanto la música como la letra, trabajaron por separado durante tres meses. Cuando se volvieron a encontrar, descubrieron con cierto desagrado que ambos habían escrito la letra (o sea, que ni tan de acuerdo se pusieron). Fue entonces cuando decidieron incorporar un músico al equipo; recurrieron al compositor y célebre guitarrista Ramón Véliz García y Casal, a quien llamaban "El Cervantes de la guitarra", porque era manco (lo cual es humor negro muy divertido, un guitarrista manco es posible pero no deja de ser muy turbio). Por fin, "Las Majas del Bergantín" se estrenó, con relativo éxito. El crítico de "El Correo Lírico" lo expresó del siguiente modo, escribió: "Si los decorados hubieran sido tan rígidos e inconmovibles como lo fueron los cantantes (cantantes inexpresivos y el escenario cayéndose), y si el argumento hubiera despertado tanta intriga como la afinación de la orquesta, probablemente los aplausos habrían sido tan abundantes como el físico de la soprano" (esta crítica es delicosamente divertida, poniendo en contraste lo que debió ser contra lo que fue).
Escucharemos a continuación, y finalizando el presente recital, una escena del segundo acto de "Las Majas del Bergantín", zarzuela de Pérez Ríos, Gómez y Sampayo, Vega y Favret y Véliz García y Casal (tanto para los que vivieron en esa época, como ahora, ¿cuántas personas realmente fueron las involucradas y quién es quién si no sabemos el contexto?). Los marinos cantan, orgullosos de su bergantín, que gallardo (valiente) desafía la furia de los vientos.
Coro:
Sopla el viento sopla el viento
como nunca antes sopló (zzz, zzz)
y nuestro bergantín
orgulloso avanza y veloz... (zzz) veloz... (zzz) (en este verso nos damos cuenta de por qué eligieron ese sonido para hacer el viento, porque se junta con la z española y su pronunciación, estoy seguro que es un guiño gracioso porque Daniel y Ernesto se ven con miradas de niños conspirando una broma que salió bien)
Y surcando las aguas
desafiando al viento va, (zzz, zzz) (Aquí Daniel ve a Ernesto y éste le hace con la cabeza que no, que aquí no hace concordancia el sonido, a lo que Daniel simplemente menea la cabeza como si fuese parte de la coreografía)
resistiendo tan gallardo,
tan gallardo, terco y tenaz... y tenaz... y tenaz. (Daniel vuelve a ver a Ernesto y éste le dice con las mano que pare, a lo que Daniel vuelve a imitar el gesto)
Esa es la pura verdaz, verdaz, (zzz) (alteraron la palabra "verdad" para que se uniera el sonido z española con el sonido del viento)
la verdaz, verdaz, (zzz) la verdaz.
(Daniel seguirá imitando los movimiento de Ernesto, uno de ellos es el movimiento de afirmación que hace con la cabeza, Ernesto seguirá diciéndole con las mano que pare y Daniel seguirá imitando su movimiento una y otra vez viendo que es el único que lo hace)
Junto al viento, junto al viento,
ya se oye nuestra voz,
que va exclamando valiente,
¡Ay qué mareo!, (¡vaya valentía!) ¡qué mareo!, (todos empiezan a dar signos de mareo)
¡ay qué mareo!, ¡qué mareo tan atroz!
¡y olé! (porque por supuesto, el olé español no puede faltar nunca) (zzz)
Ernesto Acher: ¡Recórcholis! Cómo se mueve este cacharro... haré arriar las velas. ¡Contramaestre! Foques enrollados, jarcias adujadas y cabos a la cornamusa. (Todas esas son órdenes de barco; pero Marcos entiende que son platillos)
Marcos Mundstock: ¿Y de postre? (Mientras se aleja se alcanza a escuchar que dice "No sé qué me dijo")
Ernesto Acher: En fin, de todos modos, magnífica tripulación.
Todos: Gracias, gracias.
Ernesto Acher: Y hermoso bergantín.
Jorge Maronna: Gracias, gracias. (Daniel y Marcos se le quedan viendo como queriendo decir "¿De qué das gracias, Jorge?")
Ernesto Acher: Mi bergantín... hablando de bergantín, ¿os habéis fijado cuántos nombres de embarcaciones comienzan con b larga?
Carlos López Puccio: ¡Barco!
Jorge Maronna: ¡Buque!
Marcos Mundstock: ¡Bote!
Carlos Núñez Cortés: ¡Balsa!
Carlos López Puccio: ¡Bajel!
Jorge Maronna: ¡Balandro!
Daniel Rabinovich: ¡"Belero"!... (Puccio le dice "bestia" a Daniel, porque es "velero", y este grita) ¡Bestia!
Marcos Mundstock: ¡Fragata!
Ernesto Acher: Fragata es con efe.
Marcos Mundstock: Es que la fragata que yo digo se llama Bilbao. Capitán...
Ernesto Acher: ¿Sí?
Marcos Mundstock: ... quisiéramos hacerle un petitorio.
Ernesto Acher: ¿Un petitorio?
Marcos Mundstock: Un "petit-torio" (o sea, chiquito). Verá usted, respecto de las prisioneras que llevamos en la bodega... (le entra pena y emoción) y teniendo en cuenta que hace dos meses que estamos en alta mar y no tocamos puerto... ¡ni nada!..., quisiéramos pedirle que las deje subir a cubierta...
Ernesto Acher: ¿Subir a cubierta las prisioneras? De ninguna manera, esas mujeres son delincuentes comunes.
Marcos Mundstock: Bueno, no pretendemos que sean especiales... (ya con que sean mujeres entre tanta soledad)
Ernesto Acher: Quiero decir que son forajidas. Son de la banda del pirata Raúl y en cuanto lleguemos a Cádiz debo entregarlas para que sean juzgadas. Eso sí, debo entregarlas intactas. (manos quietas, jóvenes)
Marcos Mundstock: ¿Quién se va a andar fijando en el grado de "intactez?" (mal dicha la palabra)
Ernesto Acher: De "intactitud".
Marcos Mundstock: Menos todavía.
Ernesto Acher: No, hombre, no, no, es que si subieran a cubierta esas mujeres, relajarían la moral de la tripulación.
Marcos Mundstock: ¡Hombreeee! (que es lo que queremos)
Ernesto Acher: No, no, no, no puede ser, no.
Carlos López Puccio: ¡Déjelas!
Ernesto Acher: No puede ser.
Carlos núñes y Marcos:
Baixant de la Font del Gat,
una noia, una noia,
baixant de la Font del Gat, una ...
Junto al viento, junto al viento,
ya se oye nuestra voz,
que va exclamando valiente,
¡Ay qué mareo!, (¡vaya valentía!) ¡qué mareo!, (todos empiezan a dar signos de mareo)
¡ay qué mareo!, ¡qué mareo tan atroz!
¡y olé! (porque por supuesto, el olé español no puede faltar nunca) (zzz)
Ernesto Acher: ¡Recórcholis! Cómo se mueve este cacharro... haré arriar las velas. ¡Contramaestre! Foques enrollados, jarcias adujadas y cabos a la cornamusa. (Todas esas son órdenes de barco; pero Marcos entiende que son platillos)
Marcos Mundstock: ¿Y de postre? (Mientras se aleja se alcanza a escuchar que dice "No sé qué me dijo")
Ernesto Acher: En fin, de todos modos, magnífica tripulación.
Todos: Gracias, gracias.
Ernesto Acher: Y hermoso bergantín.
Jorge Maronna: Gracias, gracias. (Daniel y Marcos se le quedan viendo como queriendo decir "¿De qué das gracias, Jorge?")
Ernesto Acher: Mi bergantín... hablando de bergantín, ¿os habéis fijado cuántos nombres de embarcaciones comienzan con b larga?
Carlos López Puccio: ¡Barco!
Jorge Maronna: ¡Buque!
Marcos Mundstock: ¡Bote!
Carlos Núñez Cortés: ¡Balsa!
Carlos López Puccio: ¡Bajel!
Jorge Maronna: ¡Balandro!
Daniel Rabinovich: ¡"Belero"!... (Puccio le dice "bestia" a Daniel, porque es "velero", y este grita) ¡Bestia!
Marcos Mundstock: ¡Fragata!
Ernesto Acher: Fragata es con efe.
Marcos Mundstock: Es que la fragata que yo digo se llama Bilbao. Capitán...
Ernesto Acher: ¿Sí?
Marcos Mundstock: ... quisiéramos hacerle un petitorio.
Ernesto Acher: ¿Un petitorio?
Marcos Mundstock: Un "petit-torio" (o sea, chiquito). Verá usted, respecto de las prisioneras que llevamos en la bodega... (le entra pena y emoción) y teniendo en cuenta que hace dos meses que estamos en alta mar y no tocamos puerto... ¡ni nada!..., quisiéramos pedirle que las deje subir a cubierta...
Ernesto Acher: ¿Subir a cubierta las prisioneras? De ninguna manera, esas mujeres son delincuentes comunes.
Marcos Mundstock: Bueno, no pretendemos que sean especiales... (ya con que sean mujeres entre tanta soledad)
Ernesto Acher: Quiero decir que son forajidas. Son de la banda del pirata Raúl y en cuanto lleguemos a Cádiz debo entregarlas para que sean juzgadas. Eso sí, debo entregarlas intactas. (manos quietas, jóvenes)
Marcos Mundstock: ¿Quién se va a andar fijando en el grado de "intactez?" (mal dicha la palabra)
Ernesto Acher: De "intactitud".
Marcos Mundstock: Menos todavía.
Ernesto Acher: No, hombre, no, no, es que si subieran a cubierta esas mujeres, relajarían la moral de la tripulación.
Marcos Mundstock: ¡Hombreeee! (que es lo que queremos)
Ernesto Acher: No, no, no, no puede ser, no.
Carlos López Puccio: ¡Déjelas!
Ernesto Acher: No puede ser.
Carlos núñes y Marcos:
Baixant de la Font del Gat,
una noia, una noia,
baixant de la Font del Gat, una ...
(Esa es una canción catalana, los versos se traducirían como "bajando de la fuente del gato una chica, una chica")
Ernesto Acher: He dicho que no. Yo conozco estas situaciones; subirían las mujeres a cubierta y comenzarían que las miraditas, que el canto, que el fandango, que la juerga, que la borrachera, que... que... ¡que suban! (ya vio que sí sería buena idea)
Daniel Rabinovich: ¡Aaaah! Gracias, capitán. Ahí suben las prisioneras.
Marcos Mundstock: ¡Qué vellos tienen! (¿vellos de pelitos o bellos de belleza?) ¡Qué bellos tienen los ojos!
Daniel Rabinovich: Oigamos lo que dicen.
Marcos Mundstock: Ya comienzan a cantar.
Prisioneras:
Hola marineros decidnos qué hacéis,
por quién lucháis y por quién navegáis.
Marineros:
Todos servimos a nuestro rey
y a la bandera de nuestro "páis". (para que rime con navegáis)
Prisioneras:
Sois tan gentiles y sois tan galantes
que ya quisiéramos que nos amarais.
(A la gente le da risa que Daniel se quedó en el papel de maja mientras todos se van a su papel de piratas)
Marineros:
Agradecidos, pero es que antes
sería muy útil que nos conozcarais. (Otra vez, mal la palabra, la cual debe ser "conozcais", pero lo forzan para que suene gracioso y rime con amarais)
Ernesto Acher: Este es Francisco, el estampado. (Estampado de tanto tatuaje)
Prisioneras:
Qué maravilla su cuerpo tatuado,
anclas, sirenas, gaviotas, anguilas.
Tiene tatuajes en todos lados,
tiene tatuajes hasta en las axilas.
Daniel Rabinovich:
Vean tatuado en mi vientre el continente europeo
y... no les muestro Italia... porque quedaría feo. (Ya se imaginarán, por su forma, en dónde queda Italia)
Ernesto Acher: Este es Aníbal, el insatisfecho.
Prisioneras:
Hay en sus ojos rencor y despecho,
miedo provoca su imagen tan ruda,
hombre sin duda de pelo en pecho,
lo que se dice una bestia peluda.
Marcos Mundstock:
Mi furia tiene motivo, al mar ya no lo resisto...
¡ay!... porque yo quisiera ser o bailarín o modisto. (Jejeje, nada que ver con lo clásico para un macho pecho peludo, lo cual refuerza Marcos al afeminar el final de su verso)
Ernesto Acher: Y estos son los mellizos: Julio... y Agosto. (Es gracioso porque son meses que vienen juntos; pero en verdad son nombre latinos clásicos)
Prisioneras:
¿Cómo se explica que siendo mellizos
no se parezcan sus caras, sus pintas?
Carlos López Puccio: Yo soy delgado...
Jorge Maronna: Yo soy rollizo...
Puccio y Jorge: Somos mellizos de madres distintas. (¿Cómo? Bueno, es parte del chiste)
Prisioneras: Venid con nosotras, mellizos.
Puccio y Jorge: Con mucho gusto, señoras.
Marineros: Y ¿qué hacemos los demás?
Prisioneras: Vosotros también.
Marineros: Es un placer.
Prisioneras: No demoréis.
Marineros: A vuestros pies.
Prisioneras: ¡Chulos!
Marineros: ¡Majas!
Prisioneras: ¡Guapos!
Carlos Núñez Cortés: ¡Capitán!
Ernesto Acher: ¿Qué ocurre?
Carlos Núñez Cortés: ¡Veo un barco pirata a la derecha!
Ernesto Acher: Se dice "estribor"
Prisioneras: Venid con nosotras, mellizos.
Puccio y Jorge: Con mucho gusto, señoras.
Marineros: Y ¿qué hacemos los demás?
Prisioneras: Vosotros también.
Marineros: Es un placer.
Prisioneras: No demoréis.
Marineros: A vuestros pies.
Prisioneras: ¡Chulos!
Marineros: ¡Majas!
Prisioneras: ¡Guapos!
Carlos Núñez Cortés: ¡Capitán!
Ernesto Acher: ¿Qué ocurre?
Carlos Núñez Cortés: ¡Veo un barco pirata a la derecha!
Ernesto Acher: Se dice "estribor"
(La razón por al que se dice babor y estribor en el barco, es porque decir derecha o izquierda suele ser subjetivo, ¿a la derecha de quién?, ¿del punto de vista del pasajero o del capitán?, para evitar confusión, se usan esos términos, siendo la proa la parte que rompe el agua, la frontal del barco, la popa la parte del extremo opuesto, y basado en eso, babor es la izquierda del barco tomando como referencia la proa, y estribor la derecha)
Carlos Núñez Cortés: ¡Veo un estribor a la derecha! (Pensando que se dice estribor al barco pirata). Capitán, y veo muchos piratas; hay uno de ellos que parece el jefe..., tiene pata de palo y lleva un loro en el hombro. (Bien estereotipado)
Ernesto Acher: Un barco pirata... y ¿cuál es su tamaño?
Carlos Núñez Cortés: Más bien pequeñito, es como un periquito chiquitico, lo lleva acá, así.
Ernesto Acher: Pregunto por el barco, cuánto mide el barco.
Carlos Núñez Cortés: Ah, el barco, sí... debe tener unos 60 metros de largo, capitán.
Ernesto Acher: Largo no... "eslora"
Carlos Núñez Cortés: Bueno hombre, yo dije "loro" generalizando (pensando que se refería al animalito y no a la longitud del barco). (Carlos Núñez se pone a ver de nuevo y empieza a ver a Ernesto) Capitán, ¡un pingüino! (Como está de esmoquin) ¡Ah!... (Al darse cuenta de su error, y ya no sabiendo cómo salir de esa, dice) ¡pero bellísimo!...
Ernesto Acher: Anda, Nuño.
Carlos Núñez Cortés: ¡Ordene!
Ernesto Acher: Fíjate si lleva algún botín.
Carlos Núñez Cortés: Sí, lleva, uno... en el pie que no es de palo. (Confundiendo botín de bienes apoderados con botín de una bota pequeña)
Daniel Rabinovich: ¡Rayos y centellas! (Expresión de asombro ante algo inesperado)
Todos: ¿Qué ocurre?
Daniel Rabinovich: No, no, no, en el agua... rayas y centollas (raya, el animal acuático aplastado que parece alfombra con carita, y centolla, una cosa que se parece a un cangrejo punk por tantos picos en la piel. El hecho de nombrarlos mal da pie al siguiente chiste)... Capitán, amémonos (¿cómo? Pero si ahí tienes a las majas, no recurras a eso, por favor), ¡anémonas, anémonas! (¡ah, bueno! Para no entrar en descripciones técnicas que confunden más que aclarar, son bichos que parecen arbolitos de pelos lacios al viento) Y caracoles...
Ernesto Acher: Sí, también puede haber caracoles.
Daniel Rabinovich: No, no, ¡caracoles! Que una botella viene flotando hacia aquí. (Ándele, por andar nombrando mal a los seres marinos, ahora sí no le hicieron caso a su expresión de asombro. Este tipo de juegos de lenguaje y giros en la conversación son una forma de humor muy sana e inteligente)
Todos: ¿Una botella?
Daniel Rabinovich: Sí, una botella flotando.
Coro:
Una botella, una botella,
una botella flotando,
una botella, una botella
viene flotando hacia aquí.
Daniel Rabinovich: La deben haber puesto para que se enfríe. (Sí, cómo no, sobre todo)
Coro:
Una botella. una botella
viene flotando hacia aquí.
Ernesto Acher: Debe ser un mensaje de los piratas.
Coro:
Una botella, una botella
viene flotando hacia aquí.
Ernesto Acher: Tiene una calavera y cruzadas dos tibias.
Daniel Rabinovich: ¿Tibias? Confirmao, la han puesto pa' que se enfríe, capi. (Tibia, hueso que forma la espinilla en las piernas, lo podemos tocar porque no la recubre músculo y por eso los golpes duelen tanto ahí. Su nombre da pie a que se aproveche el chiste de Daniel, pues, si la botella está tibia, entonces la pusieron para que se enfríe. Y a todo esto, vaya confiancita, de decirle "capi")
(Se me hizo muy gracioso cómo Carlitos golpea a Daniel por sus ocurrencias)
Ernesto Acher: ¡Diantres! ¡Es del pirata Raúl!
Carlos Núñez Cortés: ¿Y qué dice?
Ernesto Acher: Y dice que si no les entregamos a las prisioneras, nos hundirán.
Carlos Núñez Cortés: ¡Tengo una idea capitán! (La gente se ríe porque Carlitos toma pose heróica para su diálogo)
Ernesto Acher: A ver.
Carlos Núñez Cortés: Qué tal si vamos disfrazados de prisioneras y una vez a bordo.. ¡uaaa!, les atacamos.
Ernesto Acher: No, no, no, no, imagínate lo que nos harían si se dieran cuenta de que no somos mujeres... (ambos hacen señal de cortar cuello)
Daniel Rabinovich: Peor lo que nos harían si no se dieran cuenta. (Y sí, estoy de acuerdo que sería peor)
Ernesto Acher: ¡Diantres! ¡Es del pirata Raúl!
Carlos Núñez Cortés: ¿Y qué dice?
Ernesto Acher: Y dice que si no les entregamos a las prisioneras, nos hundirán.
Carlos Núñez Cortés: ¡Tengo una idea capitán! (La gente se ríe porque Carlitos toma pose heróica para su diálogo)
Ernesto Acher: A ver.
Carlos Núñez Cortés: Qué tal si vamos disfrazados de prisioneras y una vez a bordo.. ¡uaaa!, les atacamos.
Ernesto Acher: No, no, no, no, imagínate lo que nos harían si se dieran cuenta de que no somos mujeres... (ambos hacen señal de cortar cuello)
Daniel Rabinovich: Peor lo que nos harían si no se dieran cuenta. (Y sí, estoy de acuerdo que sería peor)
(Los pasitos que hace Ernesto mientras piensa es algo muy típico de él, ya que suele hacer juegos de pies muy sutiles pero graciosos)
Carlos Núñez Cortés: ¡Ya sé, capitán!, ¡ya sé!, pues entonces, vayamos disfrazados de hombres. (Creo que a alguien se le acabaron las ideas, ¿o qué habrá dado a entender?)
Daniel Rabinovich: Ay, ay, ay, ay, qué miedo tengo, tengo miedo, me late fuerte aquí.
Marcos Mundstock: ¿Dónde?
Daniel Rabinovich: En Polonia. (De hecho, es cierto, las personas que están tan tatuadas, ¿no es más fácil decir al médico en qué tatuaje les duele en lugar de aprender las partes del cuerpo?)
Ernesto Acher: Y esos piratas nos van a hacer trizas.
Daniel Rabinovich: Ay, ay, ay, ay, ay, siento un vacío en Francia. (Antes era el corazón, ahora es el estómago)
Ernesto Acher: Bueno, pues nada. Hay que entregar a las prisioneras.
Todos: ¡No, no! ¿Cómo que...? ¡No, no! ¡resistamos!
Ernesto Acher: No sabría cómo ofrecer resistencia, por lo tanto hay que entregar a las prisioneras.
Daniel Rabinovich: Es inútil.
Marcos Mundstock: Sí, pero es el capitán. (Aparte de que hay muchos inútiles en el poder, el juego de palabras se refería a que era inútil la resistencia, no el capitán. Que en este caso, no pienso que se refiera a ambos, ya que Ernesto ha actuado como un capitán muy capaz y prudente; pero bueno, el chiste es ese y Daniel y Marcos le siguen al chiste con miradas y movimientos de cabeza)
Ernesto Acher: ¡Hala!, marchaos, tomad la chalupa, idos con el pirata Raúl. Adiós.
Carlos Núñez Cortés: ¡Ya sé, capitán!, ¡ya sé!, pues entonces, vayamos disfrazados de hombres. (Creo que a alguien se le acabaron las ideas, ¿o qué habrá dado a entender?)
Daniel Rabinovich: Ay, ay, ay, ay, qué miedo tengo, tengo miedo, me late fuerte aquí.
Marcos Mundstock: ¿Dónde?
Daniel Rabinovich: En Polonia. (De hecho, es cierto, las personas que están tan tatuadas, ¿no es más fácil decir al médico en qué tatuaje les duele en lugar de aprender las partes del cuerpo?)
Ernesto Acher: Y esos piratas nos van a hacer trizas.
Daniel Rabinovich: Ay, ay, ay, ay, ay, siento un vacío en Francia. (Antes era el corazón, ahora es el estómago)
Ernesto Acher: Bueno, pues nada. Hay que entregar a las prisioneras.
Todos: ¡No, no! ¿Cómo que...? ¡No, no! ¡resistamos!
Ernesto Acher: No sabría cómo ofrecer resistencia, por lo tanto hay que entregar a las prisioneras.
Daniel Rabinovich: Es inútil.
Marcos Mundstock: Sí, pero es el capitán. (Aparte de que hay muchos inútiles en el poder, el juego de palabras se refería a que era inútil la resistencia, no el capitán. Que en este caso, no pienso que se refiera a ambos, ya que Ernesto ha actuado como un capitán muy capaz y prudente; pero bueno, el chiste es ese y Daniel y Marcos le siguen al chiste con miradas y movimientos de cabeza)
Ernesto Acher: ¡Hala!, marchaos, tomad la chalupa, idos con el pirata Raúl. Adiós.
(La cámara, por estar haciendo acercamiento al rostro de Ernesto, no nos deja ver qué pasó con los demás que el público se rio)
Ernesto Acher: Contramaestre, zarpamos. Que extiendan las velas.
Marcos Mundstock: No se lo aconsejo, señor, hay viento.
Ernesto Acher: He dicho que extiendan las velas.
Marcos Mundstock: ¡Ah!... yo había entendido que "enciendan" las velas (jugando con las palabras sinónimas, Ernesto decía las velas de tela y Marcos las velas de cera). Ya decía yo, me parece una "absurdez" (siguiendo con la mala pronunciación de la canción pasada).
Daniel Rabinovich: ¡Ay!, que las majas se han ido y con ellas nuestro amor.
Coro:
Siempre nos queda el olvido,
el olvido con el licor.
Ya que las majas se han ido,
y con ellas nuestro amor,
sólo nos queda olvidarlas,
sólo nos queda, olvidarlas,
sólo nos queda olvidarlas...
Daniel Rabinovich: ¡Buaahhh!
Ernesto Acher: Bueno, Francisco, olvídalas ya, no llores más por ellas.
Daniel Rabinovich: ¡No lloro por el ellas, lloro por el futuro de Italia! (Que ya todos sabemos en qué parte del cuerpo se encuentra ese país tatuado, y por eso se asombran y le piden callarse)
Coro: ... olvidarlas con el licor.
Ernesto Acher: Contramaestre, zarpamos. Que extiendan las velas.
Marcos Mundstock: No se lo aconsejo, señor, hay viento.
Ernesto Acher: He dicho que extiendan las velas.
Marcos Mundstock: ¡Ah!... yo había entendido que "enciendan" las velas (jugando con las palabras sinónimas, Ernesto decía las velas de tela y Marcos las velas de cera). Ya decía yo, me parece una "absurdez" (siguiendo con la mala pronunciación de la canción pasada).
Daniel Rabinovich: ¡Ay!, que las majas se han ido y con ellas nuestro amor.
Coro:
Siempre nos queda el olvido,
el olvido con el licor.
Ya que las majas se han ido,
y con ellas nuestro amor,
sólo nos queda olvidarlas,
sólo nos queda, olvidarlas,
sólo nos queda olvidarlas...
Daniel Rabinovich: ¡Buaahhh!
Ernesto Acher: Bueno, Francisco, olvídalas ya, no llores más por ellas.
Daniel Rabinovich: ¡No lloro por el ellas, lloro por el futuro de Italia! (Que ya todos sabemos en qué parte del cuerpo se encuentra ese país tatuado, y por eso se asombran y le piden callarse)
Coro: ... olvidarlas con el licor.
Este es el video de la obra
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