Literatura y filosofía

Artes del buen vivir. Roxana Kreimer (6/16)

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Buscar una relación amorosa

"Uno de los efectos de juzgar que la experiencia del amor puede ser vivida sólo en términos pasivos es la idea de que la aparición de un nuevo amor es exclusivamente obra del destino. De los escritos de Ovidio se desprende que, muy por el contrario, el amor no pertenece a la esfera de la irracionalidad y de la pasividad sino que se trata de un arte que se aprende y se perfecciona. La búsqueda del amor, si es que uno no es de los afortunados que encuentran a la persona adecuada sin esfuerzo, requerirá de energía y de particulares destrezas, del mismo modo que ocurriría con cualquier otro objetivo que nos mueva a entusiasmo. En buena parte de las culturas premodernas, y aún en diversos contextos de la modernidad, la búsqueda de una relación permanente estuvo a cargo de los padres o de una celestina. Las libertades individuales modernas depararon muchas ventajas, pero también muchos riesgos: el de la libre elección de pareja es uno de ellos."

Muchos lo que prefieren es la cacería que la presa misma, es decir, prefieren el cortejar que realmente tener una relación con la persona que cortejan. También hay quienes rechazan encontrar una pareja fácilmente (por lo ya expuesto en el capítulo anterior), como si tener suerte fuera una desventaja que se debe rechazar. También hay quienes rechazan parejas potenciales por el simple hecho de cosas banales, y así nunca van a encontrar a nadie, porque nadie es perfecto para estas personas. Dice Roxana ". ¿Qué hacer con un individuo tan ejemplar? ¿Regalarle un espejo?", y también hay quienes arruinan la relación al idealizar a la persona que se acaba de conocer

(...) "¿Cómo manejar los tiempos del deseo en la seducción? ¿Cómo hacer para no precipitarse a causa de la angustia que provoca la posibilidad de ser rechazado? El amor pertenece al mundo de los valientes, y no al de los que se ocultan por miedo a ser rechazados, ni al de los que acosan a quien ha respondido con un rotundo “No”. ¿Ama verdaderamente quien convierte su deseo en acoso? El amor no es tal si no contempla el dolor de la persona amada. Lo que parece amor con frecuencia no lo es. No hay derroche más triste que sostener unilateralmente una historia de dos. El prójimo cuenta, si hemos de amarlo."

Roxana también dice que hay una desventaja social ya que el varón todavía tiene la carga de ser el que dé el primer paso en el cortejo

Roxana pone de ejemplo a Ovidio como maestro del arte de la seducción. Pondré lo que ella considera relevante sobre ese tema

(...) "Ovidio, que como señalaba párrafos atrás entendió al amor como un arte, es decir como una destreza que se aprende y se ejercita, postuló en su Arte de amar algunos recursos para la seducción, que detallaré y alternaré con otros de buen sentido común. No son las únicas estrategias válidas pero pueden ser efectivas si se las aplica oportunamente. Sostener la mirada más de la cuenta, ya que todo puede ser dicho y desdicho con la mirada. El lenguaje del amor está en los ojos. Con los ojos se da el primer beso. Rozarle la mano de modo que parezca un contacto casual, azaroso. Seducir con los detalles que cautivan a los espíritus sensibles. Conducir la charla hacia temas relacionados con el amor. Acentuar las coincidencias y relegar las diferencias de orden intelectual. No pensar en pasos o confesiones demasiado abruptas en las que se juegue el todo o nada. Lo mejor es demostrar un interés gradual y creciente por estar con el otro y, llegado el caso, crear un clima de intimidad para tantear el terreno. Si no se está seguro de ser correspondido, iniciar la declaración lentamente y con lenguaje ambiguo, también para desandar lo dicho llegado el caso (Ovidio es un estratega, no un amante incondicional de la verdad).
En relación al miedo a ser rechazado, Ovidio aconseja con buen tino: “Responda que sí o que no, a todo el mundo le gusta ser requerido en amores. Aunque se te rechace, la negativa no tendrá consecuencias”. Por otra parte, aún cuando responda negativamente, la confesión tal vez suscite una mezcla de dolor y alivio. El tiempo obrará su milagro. Tras el dolor inicial, el alivio crecerá, ya que pocos sufren más de la cuenta por aquello que juzgan completamente imposible de obtener. Si la relación no pudo ser, él o ella se lo pierden (para consolarse casi cualquier recurso es válido)."

(...) "Uno no siempre está con quien quiere, sino con quien puede. En tiempos en que no sólo la institución del matrimonio sino la pareja misma está en crisis, en que las relaciones son cada vez menos duraderas, parece un signo de inteligencia práctica aceptar las formas diversas de amor que nos depara la vida. No es cierto que para todos sea mejor estar solo que mal acompañado"

En este punto Roxana divaga sobre amores fugaces, amores reales, que si ser generoso, que si ser tacaño. La verdad recomiendo leerla para sea ella en sus palabras quien les diga lo que piensa, así mismo, nos comparte unos textos que escribió con Laura Coton

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Mantener una relación amorosa

Roxana pone en claro que la literatura de occidente se ha centrado en el sufrimiento para obtener el amor; pero que una vez conseguido, no profundiza en cómo conservarlo

(...) "Como señalaba párrafos atrás, otra de las muy cuestionables ideas heredadas sobre la perdurabilidad deseable de una relación amorosa, es la que postula que el amor auténtico vencerá todos los obstáculos. Sabemos, sin embargo, que con el amor no basta. También es frecuente la creencia de que si uno de los dos no siente la misma pasión que sentía al principio, lo mejor es poner fin a la relación. No se considera de este modo que toda pasión es por definición finita, lo que no significa que necesariamente haya que despedirse del amor por el otro, ni del deseo sexual que se siente por él. Querer vivir eternamente un entusiasmo agudo, un dolor extremo por la ausencia del otro y un deseo sexual desenfrenado, es una contradicción en los términos. La pasión es finita. En casi todas las historias que nos ha legado la tradición literaria la pasión dura a lo sumo entre tres y cuatro años. Si resurge lo hace esporádicamente, menos como un estado que como una circunstancia pasajera"

(...) "La tolerancia quizá sea una de las grandes virtudes para desarrollar en una relación de pareja, donde ante los desacuerdos lo importante no es persuadir al otro sino mantener la comunicación. Es muy aburrido tratar con alguien demasiado parecido a uno (...) El amor requiere de pequeños renunciamientos, clama por la pregunta ¿qué es lo que necesita?, y por la posibilidad de brindarlo, sin que esto signifique inmolar la propia vida al servicio del otro, como tradicionalmente han hecho gran cantidad de mujeres"

"La dulzura, que es la virtud opuesta a la pasión de la ira, parece ser otro valor estimable en las relaciones de pareja" (...) "Paciencia, buen carácter y buena suerte: tres valores muy estimables para mantener una relación amorosa. ¿Por qué la buena suerte? Porque a veces el azar es menospreciado por el afán previsor de la ciencia en general y algunas corrientes de la psicología en particular" (Siempre hay imponderables e imprevistos)

(...) "Las disputas suelen ser muy pródigas en la atribución de intencionalidad negativa, que consiste en creer que si alguien hizo algo que nos desagrada, su acción fue necesariamente intencional. Razonar así lleva rápidamente a suponer que se duerme con el enemigo. En lugar de reciprocar la conducta negativa es preferible mostrar la conducta deseable y estimular explícitamente las acciones de nuestra pareja que nos satisfacen (refuerzo positivo)"

Roxana menciona conductas sociales que han delegado a la mujer a un plano de servicio y sumisión, haciéndola un objeto más que una persona con la cual construir una relación. Que si bien se han ido cambaindo estas cosas poco a poco, aún está muy metida esa idea en la idiosincrasia de la sociedad, y esto orilla a muchas rupturas de pareja. Ante esto siempre dicen que hay que comunicarse, y aquí plantea una pregunta por demás interesante "¿Pero no hay acaso otras formas de comunicación que excedan el diálogo?"

Roxana plantea también el hecho de que se ha considerado infidelidad solo al tener sexo con otra persona, y en ese ámbito menciona algo que yo ya había leído en otro lado. Mientras que los varones no se sienten infieles por tener sexo con otras mujeres ya que solo es distracción, las mujeres tienden a ser más infieles emocionalmente porque las hace sentirse atractivas y especiales de nuevo. Ante esa enorme limitante que la palabra "fidelidad" ha mantenido de manera tradicional, nuevas formas de relacionarse en pareja han puestos sus cláusulas al término, y por eso vemos parejas que se sienten cómodas con intercambios de pareja, poliamor, y otras cosas de ámbito sexual, porque su fidelidad no va en término del sexo, sino en los pactos que como pareja se han planteado. Por eso me parece muy bien ubicado este párrafo sobre la fidelidad:
(...) "Tal vez la virtud de la fidelidad debería ser concedida a quien no hace sufrir, más allá del número de personas con las que se acueste, al que respeta los pactos establecidos en una pareja y la posibilidad de vincular el amor a la alegría y no al universo del sufrimiento. Quien cree que para ser fieles todos deben mantener relaciones sexuales sólo con la pareja, es universalista e intolerante. Si ambos están de acuerdo, ¿cuál es la traición?"

Y finaliza el capítulo con uno de los motivos por los cuales el prohibir a los jóvenes empezar a conocer el amor por miedo a embarazos, es una estupidez. Es mejor educarlos y darles valores a que lleguen a la edad adulta y sean niños sexuales, lo cual les ocasionará enormes problemas en su vida sentimental:
(...) "No se aprende a mantener una relación amorosa de un día para el otro. Como el resto de las virtudes, el amor se pule diariamente, aprendiendo del error, barajando las cartas nuevamente para renovar uno de los juegos más bellos y antiguos del mundo"
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