Literatura y filosofía

Estudiando a Les Luthiers. Parte 20

La idea de este especial es analizar su humor y sus letras, basándome en la lista oficial de espectáculos de su página

Cuando se comparta un video, siempre será desde su cuenta oficial de youtube https://www.youtube.com/lesluthiers

No voy a ahondar en la complejidad musical, ya que no es mi fuerte, sino en basarme en los guiones de los espectáculos para analizar los chistes

Me apoyaré en una página hecha por fanáticos, la cual es https://lesluthiers.org/ y enlazaré a los artículos de dicha página cuando sea necesario

Aunque no me basaré en ella, también esta página está muy completa http://www.leslu.com.ar/ por si la quieren visitar

Obra
El beso de Ariadna
(aria de ópera)

Texto de la obra aquí

Empezamos con un Marcos cansado por la carrera que se tuvo que aventar en el cierre de la canción pasada. Suelta una risita y musita algo para seguirse riendo de algo. Sigue musitando y hablando para sí mismo. López Puccio ve en la carpeta y le quita la revista que él tenía originalmente. Ya sin ella, Marcos se dispone ahora sí a leer la introducción; pero Jorge lo interrumpe para retarlo a un duelo musical, Ernesto toma del brazo a Jorge y se lo lleva. No sé si fue efecto del equipo de sonido o si Jorge hizo su voz para que sonara como si estuviera hablando en velocidad rápida, lo cual se puede simular haciéndola aguda y hablando rápido. Como sea, la escena es graciosa. Ahora sí, Marcos lee la introducción

Marcos Mundstock: Toda vez que por necesidades económicas Mastropiero se vio obligado a componer música a pedido o por encargo, produjo obras mediocres e inexpresivas. Por el contrario, cuando sólo obedeció a su inspiración jamás escribió una nota. (O sea que todas sus obras son mediocres e inexpresivas). Ejemplo de su música por encargo es la ópera de Mastropiero "Ariadna y Teseo". En el aria que escucharemos a continuación, conocida como "La invocación al beso", perteneciente a dicha ópera, Teseo clama a los dioses, a náyades y musas, todo lo que ansía es ser besado por Ariadna.

(Entra Daniel a escena. Saluda al resto del grupo y al público, y sale de escena. Vuelve enseguida, dandose cuenta de su despiste. Carlos Núñez (pianista) y Daniel (cantante) miran atónitos sus respectivas partituras. Carlos intenta cantar, y Daniel intenta tocar unas notas al piano. Carlos descubre que las partituras están cambiadas y realiza el intercambio)

Daniel Rabinovich:
Oh, náyades,
oh, ninfas,
oh mesas... musas,
arrojad vuestro hálito incierto.
Oh, dolor, que de mi alma te abusas,
y mi pecho en un grito has abierto.
Oh, iras de Zeus,
oh, furias de Eolo,
un ósculo quiero de Ariadna
tan sólo.

(Daniel toca unas notas en el piano, y Carlos Núñez le golpea el brazo. Todos esperan a que Marcos siga con su narración, las luces enfocan a Marcos y éste aparece dormido. Puccio lo despierta y Marcos, después de un rato de confusión, se dirige rápidamente hacia el micrófono. Comienza a leer, pero su voz sale demasiado aguda. Tosiendo y ejercitando la garganta, consigue por fin su auténtica voz)

(En lo anterior vemos cómo una obra de ópera muy bonita no es comprendida y por lo tanto, se torna aburrida, motivo por el cual, la calidad de la canción va a ir decayendo para hacerse más comercial y aceptable a un público inculto)

Marcos Mundstock: Luego del estreno, el empresario pidió a Mastropiero que corrigiera este fragmento para que la invocación al beso tuviera una repercusión emotiva más directa en el público. Mastropiero compuso entonces... (bosteza y le vuelve a salir la voz aguda, por lo que vuelve a forzar el sonido grave con la boca)... esta segunda versión:

(Carlos Núñez marca con una mano el ritmo de la música al resto del grupo. Daniel hace como si tirara de un hilo que cuelga del brazo de Carlos. Carlos quiere seguir, y Daniel quiere quitarle el hilo. Después de un rato de "lucha", Daniel pisa con su pie el supuesto hilo, Carlos no puede mover el brazo, y por tanto Daniel demuestra que verdaderamente tenía un hilo colgando)

Daniel Rabinovich:
Ariadna, Ariadna,
responde al gemir de mi dolor.
Tus besos me curan,
tus besos me sanan.
(Ernesto da un fuerte golpe de platillos, su cuerpo tiembla unos instantes)
Bésame Ariadna,
Ariadna, mi amor.

(Ernesto por fin se queda quieto y con los ojos cerrados. Sus compañeros intentan una y otra vez que se sostenga derecho en su silla)

(Notemos que las palabras cultas se han ido; pero aún así, la música es muy elaborada para un público neófito y de bajo seso, por eso decae todavía más la canción)

Marcos Mundstock: El empresario aún no conforme exigió a Mastropiero algo todavía más accesible. Johann Sebastian compuso entonces esta tercera y definitiva versión de la invocación al beso:

(Ernesto, todavía atarantado, se pone en el rostro la parte de su instrumento por donde sale el sonido, luego se pica el ojo con la boquilla, y cuando por fin logra ponerse bien el instrumento, se queda calmado y tranquilo como bebé con biberón. Carlos Núñez intenta tocar la flauta, pero se choca primero con el teclado del piano y luego con el micrófono)

Daniel Rabinovich:
Bésame muñequita, sha la la la
bésame muñequita, sha la la la
que sí me das un beso, sha la la la
me vas a besar, sha la la la
y yo voy a sentir, sha la la la
que me diste un beso sha la la la

(Aquí vemos cómo progresivamente va decayendo la música todo por llegar a más público con tal de adquirir ventas)

(Ernesto todavía se siente atolondrado, por lo que no puede irse y tiene que incluso saltar la silla para salir de escena)

Este es el video de la obra
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