Obras completas de Sor Juana en digital
Tomo I
Tomo II
Tomo III
Tomo IV
Desde hace años ha habido un morbo por la sexualidad de Sor Juana Inés de la Cruz, morbo totalmente carente de sentido y de lógica. He aquí un breve texto que he tomado de Alejandro Soriano Vallés, quien dice lo siguiente respecto a la homosexualización de Sor Juana:
"Sor Juana Inés de la Cruz se está convirtiendo rápidamente en botín de la ideología “gay”. Muchos de nuestros muy progresistas intelectuales, sin tomarse la molestia de hacer una investigación verdadera (y, por lo mismo, sin amar la verdad), comienzan, uno a uno, a repetir la descarada mentira —insinuada por Octavio Paz, afirmada por Antonio Alatorre y capitalizada ahora por gente como Francisco Martín Moreno y SergioTéllez-Pon— según la cual la poetisa habría sido lesbiana. Se trata de una versión prefabricada con descaro, de un bulo preparado con el avieso objetivo de convertir a la insigne monja en una de los suyos.
He exhibido con anterioridad el origen mendaz de esta versión de las cosas, lo cual no ha obstado para que la agenda ideológica y la codicia, sin preocuparse de las objeciones críticas e históricas que insistentemente he opuesto, hayan continuado su ciega y egoísta marcha.
Ya conté cómo una de las principales responsables de la divulgación de tan detestable mentira, Patricia Arriaga Jordán, recibió de mis manos un ejemplar de mi biografía de Sor Juana, Aquella Fénix más rara, que contiene las evidencias de que la Iglesia jamás la persiguió. Sin dignarse a considerar tan capital información, la productora de televisión incluyó tanto en su documental Sor Juana Inés de la Cruz: la peor de todas, como en su telenovela Juana Inés, dicha falsedad. Para colmo de males, en esta última introdujo, seguramente porque era lo “políticamente correcto” y para darle más sabor al caldo a un producto que debía ser vendible (pues, como sabemos, el escándalo vende), el embuste homosexualista.
Dado que, cual dije antes, muchos de nuestros intelectuales progresistas no se toman la molestia de investigar debidamente antes de presentarnos sus sesudas opiniones, el hecho es que la confianza con que ahora se están sumando a la divulgación del bulo del lesbianismo de la Décima Musa proviene de… ¡la telenovela de Patricia Arriaga!
Este parece ser el caso del artículo “¡Putos abominables!” (sic) de Tomás Mojarro, quien recurre en él a la mentira de que Sor Juana estuvo “enamorada de dos señoras virreinas: de la marquesa de Mancera, primero, y de la marquesa de la Laguna, después”. Como esta mentira no había aparecido en el sorjuanismo ideologizado (que en su falaz interpretación se conforma con la segunda virreina), sino en la telenovela de Patricia Arriaga, resulta que Tomás Mojarro la toma de ahí.
Aun en el remoto caso de que no fuese así, es indudable que el bulo “gay” se ha propagado exponencialmente en los últimos tiempos a causa de la telenovela de marras. Las personas que no leen se conforman con el adoctrinamiento recibido a través de la pantalla.
El artículo de Mojarro es buena muestra de ello. Ahora incluso los que leen aprovechan la ola, y se lanzan a denostar a sus críticos haciendo alarde de evidencias falsificadas.
Así, Mojarro se atreve a adulterar un párrafo de la biografía del confesor de Sor Juana compuesta por José de Lezamis, en el que introduce sus propias ideas:
—En su servidumbre jamás permitió mujer alguna; en sus frecuentes pláticas doctrinales atacó con vehemencia cuantos defectos creía hallar en la mujer. Oí decirle que si supiera que ha entrado una mujer en su casa, habla de mandar arrancar los ladrillos que ella había pisado. No quería que en casa suya pusiesen mano las mujeres ni que le guisasen la comida ni oírlas hablar y cantar. Prohibió a sor Juana el estudio, la escritura y la música, ordenándole deshacerse de todos sus libros e instrumentos científicos y musicales. En ese siglo la mujer tenía que casar con varón o con Cristo. La poetisa casó con Cristo en la fe. Violando el protocolo rehusó visitar al visorrey conde de Galve porque la virreina era mujer” [así las comillas].
Lo que he resaltado no es parte del texto original, sino creación de Mojarro. La confusión que él ha introducido pertenece al designio ideológico de convertir a la poetisa en lo que jamás fue, en tanto, según esta falsedad, “por ser mujer, por ser libre y por ser lesbiana, ganó el odio y la ira del poderoso arzobispo misógino don Francisco de Aguilar y Seixas, del que [según Mojarro] cuenta Lezamis” lo recién citado.
Con tal de llevar agua a su molino, Tomás Mojarro no duda en falsear los datos, y de este modo, luego de volver a Sor Juana lo que nunca fue (y de calumniar al arzobispo de México imputándole cargos falsos), ¡puede exhibir indignación en su escrito!
Ya se ve que esta táctica es la de moda ahora. Buen ejemplo son las obras de los antedichos Francisco Martín Moreno y Sergio Téllez-Pon.
Dentro de sus limitadas posibilidades quien esto escribe intenta, por el bien común, que la verdad prevalezca (¿dónde están los otros sorjuanistas?). Toca al público examinar lo que se le dice y no dejarse engañar."
Respecto a lo anterior, he leído el ensayo escrito por el mismo Alejandro Soriano al respecto, y aunque en muchas partes se deja llevar por el coraje, o al menos es el sentimiento que emana de las palabras impresas, deja en claro que gran parte de las supuestas evidencias del lesbianismo de Sor Juana son realmente chismes, de una descarada construcción de textos aislados para dar una idea conjunta que nunca fue emitida, y de una serie de malas interpretaciones porque no se dio el estudio que meritaba a la situación ni al contexto de la época, motivo por el cual no tienen fundamento ni razón
Así como Sor Juana, hubo muchas mujeres con un intelecto y una cultura muy superior; pero a diferencia de ellas, Sor Juana se declinó más por su espiritualidad y su fe, en las cuales encontró el medio para alcanzar su verdadera pasión: La literatura. Aquellas personas que no pueden entender una amistad llena de amor y ternura; pero tan libre del prejuicio sexual de nuestros tiempos, no pueden entender las amistades que se pueden prodigar demostraciones de cariño y no ser homosexuales. Lástima por ellos
Les dejo unos enlaces, en uno Mónica Lavín, autora de una obra sobre Sor Juana, tiene un punto de vista similar a lo que acabo de escribir
http://www.jornada.com.mx/2009/05/02/cultura/a08n2cul
Y en este otro los mando al blog de Alejandro Soriano
http://alejandrosoriano.blogspot.mx/2018/01/la-homosexualizacion-de-sor-juana.html
Justo antes de que saliera esta entrada, tuve la suerte de encontrarme con una publicación de Aleks Phoenix hizo unos comentarios muy bien argumentados y muy inteligentes sobre Sor Juana y cómo nos quieren vender su imagen falsa a lo que no tenemos argumentos por falta de documentación. Con el permiso de él, pego su publicación y los dejo con el enlace directo al mismo
1. La imagen dice: “Se hizo monja (aunque no tenía vocación religiosa) para dedicarse de lleno al conocimiento
¿Verdad o mentira?
Hay múltiples debates de si Sor Juana tenía vocación de monja o no. La realidad es que sí, ella quería dedicarse enteramente al estudio y el conocimiento. Así lo confirma en su texto autobiográfico. Aconsejada por su confesor después de una adolescencia en la opulencia de la corte virreinal, y aunado a su renuencia al matrimonio y la imposibilidad de la época para que las mujeres acudieran a la universidad, entrarse de religiosa parecía lo más sensato. No necesariamente esto significa que Juana Inés no tuviera vocación religiosa, pero aquí es donde sus estudiosos se dividen: algunos dicen que de mística y católica no tenía nada, pero es cierto que sí dedicó muchos de sus estudios a la teología y defendió la creación de Dios como algo visible en todas las ciencias. Nunca abandonó su hábito ni su profesión en favor de su causa intelectual. Esa es su verdadera genialidad. Por otro lado, la orden de las jerónimas a la que perteneció, fue la ideal para ella: eran “monjas ricas”, con privilegios, celdas personales de hasta dos pisos, incluso esclavas y baños propios. Su regla era menos rígida (casi muere después de estar antes en la severidad de las Carmelitas Descalzas) y la vida monjil se basaba más bien en la contemplación, la oración y actividades diversas de todos tipos. Ella fue tesorera del convento, por ejemplo. Además, le dio la oportunidad de acceder a libros, artefactos y espacios donde podía desarrollarse como erudita. Quizás su vocación no era religiosa, pero no necesariamente significa que rechazó su hábito y su ejercicio como profesa.
2.
La imagen dice: “Se negó a casarse y a tener hijos porque su pasión era escribir”
¿Verdad o mentira?
Su pasión no era escribir. Su pasión era el conocimiento y el saber, como establezco en el punto anterior. Escribir era su talento, uno que ella llamó “innato” y que le era natural y hasta inevitable. Incluso al escribir en prosa, ella misma decía que "se violentaba a sí misma" para no escribir en verso. A través de la escritura, accedió a múltiples disertaciones que le permitieron explorar los temas que estudiaba y que hoy son testimonio de su agudo intelecto. Y mucho menos se negó a casarse porque quería escribir. Sencillamente, sus intereses eran otros y las labores domésticas y maritales le resultaban completamente ajenas y distractoras de su verdadero objetivo, que era estudiar. Escribir fue una manifestación más de su genialidad, una que desarrolló desde su infancia. ¿Pasión? Sólo aprender.
3.
La imagen dice: “Era lesbiana y le componía versos bien rifados a su crush, la virreina”
¿Verdad o mentira?
Aquí uno de los grandes mitos de Sor Juana y uno de los puntos más controversiales de la interpretación de su vida y obra. Para empezar, entender los versos de amor y admiración que le escribió a la Virreina bajo una mirada contemporánea y fuera de la tradición, estilo y paradigmas de su época, es la manera más superflua y simplista de pretender siquiera descifrar la preferencia sexual de una persona que nos lleva casi cuatro siglos de distancia y sin más evidencia que esa. Sus versos de alta estima son muestra más bien de una correspondencia y entendimiento intelectual y sensible, quizás sí afectivo, pero sin implicaciones necesariamente sexuales. La complejidad de la relación de la Virreina con Sor Juana pudo ser de otro carácter: dos mujeres altamente inteligentes, ceñidas por sus propias condiciones como mujeres de su época en sus respectivos contextos y limitaciones, conexión más elevada y relevante que una mera atracción carnal. La misma Virreina se llevó la obra de Sor Juana a Europa para publicarla. No podemos determinar que Sor Juana, quien escribió múltiples y sentidos homenajes en letras a hombres y mujeres por igual, fuera lesbiana sólo por unos cuantos versos, encendidos sí, pero naturales para su época. Tampoco fue a la única Virreina a la que le escribió. Que la gente quiera "sensasionalizar" y polemizar entorno al pensamiento de una monja sexualmente activa, que publicaba sus amoríos en sus letras y que era lesbiana, responde a otro tipo de agenda que pretende insertarla forzosamente donde no va y cuya preferencia sexual ni siquiera es relevante para comprender su obra.
4.
La imagen dice: “Es un importante antecedente del feminismo y de literatura gay”
¿Verdad o mentira?
Cada punto parece volverse más osado y superfluo que el anterior, en este caso, al dar por hecho y "constatar" que la obra de Sor Juana, por muy monumental y diversa que es, termina por ser reducida a un simple y absurdo estandarte de “literatura gay”. Nada en la obra de Sor Juana puede sustentar esta afirmación y hasta resulta ridículo quererla enmarcar en un concepto completamente de nuestros días. Igual de anacrónico es llamarla feminista. El feminismo le lleva dos siglos a Sor Juana y su reivindicación del lugar de la mujer en el estudio y la espiritualidad es más una defensa de sí misma que una entera proeza combativa por igualdad o equidad de sexos, conceptos también anacrónicos a su época. Mucho de esta fama se debe a su famosísima redondilla de “Hombres necios”, que al leerla completa y no quedarse nada más con los primeros versos, es más una composición que explora la doble moral de los hombres frente a las exigencias puritanas impuestas en las mujeres y la propia implicación de los hombres en los actos que ellos denominan pecaminosos, que una verdadera protesta de género. Ni siquiera se trata de un poema “contra los hombres”, ni tampoco uno que realmente defienda a las mujeres como tal. De hecho, en su cuerpo de obra, pocos versos vuelven a retomar el tema con esa fiereza y ni siquiera es uno muy explotado. En su obra completa, que bien puede abarcar cuatro tomos gruesos, se encarga más bien de discurrir entorno a temas filosóficos, fenómenos físicos, estilos y formas de la época; cavilaciones profundas entorno al ser y la religión. Por lo que ni siquiera dedicó gran tiempo ni interés a disentir o discutir con los hombres en una pelea de sexos.
Para finalizar, Sor Juana escribió en todas las métricas del verso castellano del Siglo de Oro: escribió teatro, sonetos, romances, liras, ovillejos, décimas, villancicos, prosa, corrigió un sermón de un padre portugués, escribió en latín y náhuatl, recetas de cocina; escribió de amor, ciencia, teología, amor divino, amor mundano, celos, juegos literarios, laberintos y mitología, y su obra cumbre y más monstruosamente admirable no es “Hombres necios”, sino más bien un poema de más de 900 versos llamado "Primero Sueño" (que ella manifiesta como lo único que escribió por gusto) y que abordaba su viaje psico-espiritual en su intento por descifrar el Universo y su descubrimiento del discernimiento como capacidad de asimilación e interpretación del todo. Seguir ciñendo a Sor Juana a versos supuestamente lésbicos o feministas, no sólo es ignorancia, es un afán grosero de intentar simplificarla y encausarla en agendas de una época que no le corresponden.
Texto Aleks Phoenix
Obras completas de Sor Juana en digital
Tomo I
Tomo II
Tomo III
Tomo IV
Tomo I
Tomo II
Tomo III
Tomo IV
Desde hace años ha habido un morbo por la sexualidad de Sor Juana Inés de la Cruz, morbo totalmente carente de sentido y de lógica. He aquí un breve texto que he tomado de Alejandro Soriano Vallés, quien dice lo siguiente respecto a la homosexualización de Sor Juana:
"Sor Juana Inés de la Cruz se está convirtiendo rápidamente en botín de la ideología “gay”. Muchos de nuestros muy progresistas intelectuales, sin tomarse la molestia de hacer una investigación verdadera (y, por lo mismo, sin amar la verdad), comienzan, uno a uno, a repetir la descarada mentira —insinuada por Octavio Paz, afirmada por Antonio Alatorre y capitalizada ahora por gente como Francisco Martín Moreno y SergioTéllez-Pon— según la cual la poetisa habría sido lesbiana. Se trata de una versión prefabricada con descaro, de un bulo preparado con el avieso objetivo de convertir a la insigne monja en una de los suyos.
He exhibido con anterioridad el origen mendaz de esta versión de las cosas, lo cual no ha obstado para que la agenda ideológica y la codicia, sin preocuparse de las objeciones críticas e históricas que insistentemente he opuesto, hayan continuado su ciega y egoísta marcha.
Ya conté cómo una de las principales responsables de la divulgación de tan detestable mentira, Patricia Arriaga Jordán, recibió de mis manos un ejemplar de mi biografía de Sor Juana, Aquella Fénix más rara, que contiene las evidencias de que la Iglesia jamás la persiguió. Sin dignarse a considerar tan capital información, la productora de televisión incluyó tanto en su documental Sor Juana Inés de la Cruz: la peor de todas, como en su telenovela Juana Inés, dicha falsedad. Para colmo de males, en esta última introdujo, seguramente porque era lo “políticamente correcto” y para darle más sabor al caldo a un producto que debía ser vendible (pues, como sabemos, el escándalo vende), el embuste homosexualista.
Dado que, cual dije antes, muchos de nuestros intelectuales progresistas no se toman la molestia de investigar debidamente antes de presentarnos sus sesudas opiniones, el hecho es que la confianza con que ahora se están sumando a la divulgación del bulo del lesbianismo de la Décima Musa proviene de… ¡la telenovela de Patricia Arriaga!
Este parece ser el caso del artículo “¡Putos abominables!” (sic) de Tomás Mojarro, quien recurre en él a la mentira de que Sor Juana estuvo “enamorada de dos señoras virreinas: de la marquesa de Mancera, primero, y de la marquesa de la Laguna, después”. Como esta mentira no había aparecido en el sorjuanismo ideologizado (que en su falaz interpretación se conforma con la segunda virreina), sino en la telenovela de Patricia Arriaga, resulta que Tomás Mojarro la toma de ahí.
Aun en el remoto caso de que no fuese así, es indudable que el bulo “gay” se ha propagado exponencialmente en los últimos tiempos a causa de la telenovela de marras. Las personas que no leen se conforman con el adoctrinamiento recibido a través de la pantalla.
El artículo de Mojarro es buena muestra de ello. Ahora incluso los que leen aprovechan la ola, y se lanzan a denostar a sus críticos haciendo alarde de evidencias falsificadas.
Así, Mojarro se atreve a adulterar un párrafo de la biografía del confesor de Sor Juana compuesta por José de Lezamis, en el que introduce sus propias ideas:
—En su servidumbre jamás permitió mujer alguna; en sus frecuentes pláticas doctrinales atacó con vehemencia cuantos defectos creía hallar en la mujer. Oí decirle que si supiera que ha entrado una mujer en su casa, habla de mandar arrancar los ladrillos que ella había pisado. No quería que en casa suya pusiesen mano las mujeres ni que le guisasen la comida ni oírlas hablar y cantar. Prohibió a sor Juana el estudio, la escritura y la música, ordenándole deshacerse de todos sus libros e instrumentos científicos y musicales. En ese siglo la mujer tenía que casar con varón o con Cristo. La poetisa casó con Cristo en la fe. Violando el protocolo rehusó visitar al visorrey conde de Galve porque la virreina era mujer” [así las comillas].
Lo que he resaltado no es parte del texto original, sino creación de Mojarro. La confusión que él ha introducido pertenece al designio ideológico de convertir a la poetisa en lo que jamás fue, en tanto, según esta falsedad, “por ser mujer, por ser libre y por ser lesbiana, ganó el odio y la ira del poderoso arzobispo misógino don Francisco de Aguilar y Seixas, del que [según Mojarro] cuenta Lezamis” lo recién citado.
Con tal de llevar agua a su molino, Tomás Mojarro no duda en falsear los datos, y de este modo, luego de volver a Sor Juana lo que nunca fue (y de calumniar al arzobispo de México imputándole cargos falsos), ¡puede exhibir indignación en su escrito!
Ya se ve que esta táctica es la de moda ahora. Buen ejemplo son las obras de los antedichos Francisco Martín Moreno y Sergio Téllez-Pon.
Dentro de sus limitadas posibilidades quien esto escribe intenta, por el bien común, que la verdad prevalezca (¿dónde están los otros sorjuanistas?). Toca al público examinar lo que se le dice y no dejarse engañar."
Respecto a lo anterior, he leído el ensayo escrito por el mismo Alejandro Soriano al respecto, y aunque en muchas partes se deja llevar por el coraje, o al menos es el sentimiento que emana de las palabras impresas, deja en claro que gran parte de las supuestas evidencias del lesbianismo de Sor Juana son realmente chismes, de una descarada construcción de textos aislados para dar una idea conjunta que nunca fue emitida, y de una serie de malas interpretaciones porque no se dio el estudio que meritaba a la situación ni al contexto de la época, motivo por el cual no tienen fundamento ni razón
Así como Sor Juana, hubo muchas mujeres con un intelecto y una cultura muy superior; pero a diferencia de ellas, Sor Juana se declinó más por su espiritualidad y su fe, en las cuales encontró el medio para alcanzar su verdadera pasión: La literatura. Aquellas personas que no pueden entender una amistad llena de amor y ternura; pero tan libre del prejuicio sexual de nuestros tiempos, no pueden entender las amistades que se pueden prodigar demostraciones de cariño y no ser homosexuales. Lástima por ellos
Les dejo unos enlaces, en uno Mónica Lavín, autora de una obra sobre Sor Juana, tiene un punto de vista similar a lo que acabo de escribir
http://www.jornada.com.mx/2009/05/02/cultura/a08n2cul
Y en este otro los mando al blog de Alejandro Soriano
http://alejandrosoriano.blogspot.mx/2018/01/la-homosexualizacion-de-sor-juana.html
Justo antes de que saliera esta entrada, tuve la suerte de encontrarme con una publicación de Aleks Phoenix hizo unos comentarios muy bien argumentados y muy inteligentes sobre Sor Juana y cómo nos quieren vender su imagen falsa a lo que no tenemos argumentos por falta de documentación. Con el permiso de él, pego su publicación y los dejo con el enlace directo al mismo
1. La imagen dice: “Se hizo monja (aunque no tenía vocación religiosa) para dedicarse de lleno al conocimiento
¿Verdad o mentira?
Hay múltiples debates de si Sor Juana tenía vocación de monja o no. La realidad es que sí, ella quería dedicarse enteramente al estudio y el conocimiento. Así lo confirma en su texto autobiográfico. Aconsejada por su confesor después de una adolescencia en la opulencia de la corte virreinal, y aunado a su renuencia al matrimonio y la imposibilidad de la época para que las mujeres acudieran a la universidad, entrarse de religiosa parecía lo más sensato. No necesariamente esto significa que Juana Inés no tuviera vocación religiosa, pero aquí es donde sus estudiosos se dividen: algunos dicen que de mística y católica no tenía nada, pero es cierto que sí dedicó muchos de sus estudios a la teología y defendió la creación de Dios como algo visible en todas las ciencias. Nunca abandonó su hábito ni su profesión en favor de su causa intelectual. Esa es su verdadera genialidad. Por otro lado, la orden de las jerónimas a la que perteneció, fue la ideal para ella: eran “monjas ricas”, con privilegios, celdas personales de hasta dos pisos, incluso esclavas y baños propios. Su regla era menos rígida (casi muere después de estar antes en la severidad de las Carmelitas Descalzas) y la vida monjil se basaba más bien en la contemplación, la oración y actividades diversas de todos tipos. Ella fue tesorera del convento, por ejemplo. Además, le dio la oportunidad de acceder a libros, artefactos y espacios donde podía desarrollarse como erudita. Quizás su vocación no era religiosa, pero no necesariamente significa que rechazó su hábito y su ejercicio como profesa.
2.
La imagen dice: “Se negó a casarse y a tener hijos porque su pasión era escribir”
¿Verdad o mentira?
Su pasión no era escribir. Su pasión era el conocimiento y el saber, como establezco en el punto anterior. Escribir era su talento, uno que ella llamó “innato” y que le era natural y hasta inevitable. Incluso al escribir en prosa, ella misma decía que "se violentaba a sí misma" para no escribir en verso. A través de la escritura, accedió a múltiples disertaciones que le permitieron explorar los temas que estudiaba y que hoy son testimonio de su agudo intelecto. Y mucho menos se negó a casarse porque quería escribir. Sencillamente, sus intereses eran otros y las labores domésticas y maritales le resultaban completamente ajenas y distractoras de su verdadero objetivo, que era estudiar. Escribir fue una manifestación más de su genialidad, una que desarrolló desde su infancia. ¿Pasión? Sólo aprender.
3.
La imagen dice: “Era lesbiana y le componía versos bien rifados a su crush, la virreina”
¿Verdad o mentira?
Aquí uno de los grandes mitos de Sor Juana y uno de los puntos más controversiales de la interpretación de su vida y obra. Para empezar, entender los versos de amor y admiración que le escribió a la Virreina bajo una mirada contemporánea y fuera de la tradición, estilo y paradigmas de su época, es la manera más superflua y simplista de pretender siquiera descifrar la preferencia sexual de una persona que nos lleva casi cuatro siglos de distancia y sin más evidencia que esa. Sus versos de alta estima son muestra más bien de una correspondencia y entendimiento intelectual y sensible, quizás sí afectivo, pero sin implicaciones necesariamente sexuales. La complejidad de la relación de la Virreina con Sor Juana pudo ser de otro carácter: dos mujeres altamente inteligentes, ceñidas por sus propias condiciones como mujeres de su época en sus respectivos contextos y limitaciones, conexión más elevada y relevante que una mera atracción carnal. La misma Virreina se llevó la obra de Sor Juana a Europa para publicarla. No podemos determinar que Sor Juana, quien escribió múltiples y sentidos homenajes en letras a hombres y mujeres por igual, fuera lesbiana sólo por unos cuantos versos, encendidos sí, pero naturales para su época. Tampoco fue a la única Virreina a la que le escribió. Que la gente quiera "sensasionalizar" y polemizar entorno al pensamiento de una monja sexualmente activa, que publicaba sus amoríos en sus letras y que era lesbiana, responde a otro tipo de agenda que pretende insertarla forzosamente donde no va y cuya preferencia sexual ni siquiera es relevante para comprender su obra.
4.
La imagen dice: “Es un importante antecedente del feminismo y de literatura gay”
¿Verdad o mentira?
Cada punto parece volverse más osado y superfluo que el anterior, en este caso, al dar por hecho y "constatar" que la obra de Sor Juana, por muy monumental y diversa que es, termina por ser reducida a un simple y absurdo estandarte de “literatura gay”. Nada en la obra de Sor Juana puede sustentar esta afirmación y hasta resulta ridículo quererla enmarcar en un concepto completamente de nuestros días. Igual de anacrónico es llamarla feminista. El feminismo le lleva dos siglos a Sor Juana y su reivindicación del lugar de la mujer en el estudio y la espiritualidad es más una defensa de sí misma que una entera proeza combativa por igualdad o equidad de sexos, conceptos también anacrónicos a su época. Mucho de esta fama se debe a su famosísima redondilla de “Hombres necios”, que al leerla completa y no quedarse nada más con los primeros versos, es más una composición que explora la doble moral de los hombres frente a las exigencias puritanas impuestas en las mujeres y la propia implicación de los hombres en los actos que ellos denominan pecaminosos, que una verdadera protesta de género. Ni siquiera se trata de un poema “contra los hombres”, ni tampoco uno que realmente defienda a las mujeres como tal. De hecho, en su cuerpo de obra, pocos versos vuelven a retomar el tema con esa fiereza y ni siquiera es uno muy explotado. En su obra completa, que bien puede abarcar cuatro tomos gruesos, se encarga más bien de discurrir entorno a temas filosóficos, fenómenos físicos, estilos y formas de la época; cavilaciones profundas entorno al ser y la religión. Por lo que ni siquiera dedicó gran tiempo ni interés a disentir o discutir con los hombres en una pelea de sexos.
Para finalizar, Sor Juana escribió en todas las métricas del verso castellano del Siglo de Oro: escribió teatro, sonetos, romances, liras, ovillejos, décimas, villancicos, prosa, corrigió un sermón de un padre portugués, escribió en latín y náhuatl, recetas de cocina; escribió de amor, ciencia, teología, amor divino, amor mundano, celos, juegos literarios, laberintos y mitología, y su obra cumbre y más monstruosamente admirable no es “Hombres necios”, sino más bien un poema de más de 900 versos llamado "Primero Sueño" (que ella manifiesta como lo único que escribió por gusto) y que abordaba su viaje psico-espiritual en su intento por descifrar el Universo y su descubrimiento del discernimiento como capacidad de asimilación e interpretación del todo. Seguir ciñendo a Sor Juana a versos supuestamente lésbicos o feministas, no sólo es ignorancia, es un afán grosero de intentar simplificarla y encausarla en agendas de una época que no le corresponden.
Texto Aleks Phoenix
Obras completas de Sor Juana en digital
Tomo I
Tomo II
Tomo III
Tomo IV