Literatura y filosofía

Séneca (Parte 10 de 11)

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DE LA TRANQUILIDAD DEL ALMA

Escrita a Sereno

Séneca reconoce que no le gustan los lujos

“(...) Advierte, pues, que naciste para la muerte”

Lo que él llama “tranquilidad”, los griegos (principalmente Demetrio) le llaman “estabilidad”

La tranquilidad de Séneca es: Poder estar en un ánimo que no canse ni abata, que permita caminar con prosperidad y apreciar las cosas que le rodean

Séneca menciona que las personas que no pueden tener constancia, y que cambian a cada rato de lugares, posiciones, lo que sea, en realidad tratan de huir de sí mismos, como Lucrecio ya lo hizo notar

Como solución, Séneca propone el mantenernos ocupados, en el estudio, en cosas públicas, porque la soledad y la falta de actividad es inútil “(...) no hay cosa más torpe que ver un viejo de mucha edad, que para probarla no tiene otro testimonio más que los años y las canas”

Aconseja, también, fijarnos en con quién trabajamos y hacemos negocios, y en fijarnos de no hacer una empresa que sobrepase nuestras capacidades

Otro consejo es el elegir a las personas que nos rodean (amigos) para elegir a los  realmente provechosos y no a los que nos perjudican

Que si bien, dice, no está mal tener cosas materiales, no deben ser éstas el fin último, pues en su pérdida nos vendrá la desgracia, que si vivimos sin estar atados a ellas, podemos seguir cuando nos las quiten “(...) A esta, que yo llamo tranquilidad, llámala tú pobreza, necesidad o miseria”

“(...) ¿De qué sirven innumerables libros y librerías, cuyo dueño apenas leyó en toda su vida los índices? La muchedumbre de libros carga, y no enseña; y así, te será más seguro entregarte a pocos autores que errar siguiendo a muchos (...) Téngase, pues, la suficiente cantidad de libros, sin que ninguno de ellos sirva para sola ostentación”

Si llegaras a estar en una situación desfavorable de la cual no puedes desembarazarte, aconseja que la necesidad anima a sufrirlos con fortaleza, y que la costumbre enseña a llevarlos con facilidad

Este libro tiene muchas semillas de existencialismo, aunque no es para nada pesimista, ni determinista

También dice que se debe despreciar la vida como si pudiéramos alargarla para siempre, y vivir como si en cualquier momento fuéramos a morir (Me da gusto ver que no estoy solo en mi ética de la muerte, creada antes de leer a Séneca)

No hay que dejarse llevar por las malas influencias o profesores mediocres. Séneca no enseña la haraganería, mediocridad o la actitud irresponsable, todo lo contrario, exige que se viva no como un borrego, sino como un libre pensador, libre también de lo que nos impone el mundo, para que cuando el mundo nos quite lo que es de él, le entreguemos algo mejor y no peor o igual. Exige ser productivo, incluso con nuestra vida, que no es nuestra, sino de los dioses, y que cuando nos la reclamen, entreguemos muchos frutos, y no desperdicios o mediocridad

Ante lo anterior, no faltará el patán mala leche que me exija, o peor aún, me insulte a mí y a Séneca, por decir que la vida pertence a los dioses, y que éstos no existen. Ignoro yo a esta gentuza irracional, y para los racionales, les contestaré cuando veamos a otros filósofos

“(...) El ignorar hacer mudanzas cuando conviene, y el no saber perseverar en cosa alguna, son cosas contrarias a la tranquilidad”

“(...) La soledad curará el aborrecimiento que se tiene a la turba, y la turba curará el fastidio de la soledad” (¿Y si me siento solo incluso rodeado de turba?)

“(...) en la libertad es saludable la moderación”

Séneca aconseja para la tranquilidad del alma, el no tomar las cosas tan en serio, que al final nada perdurará; pero también, lo que hacemos, que sea bien hecho. Una vida moderada, en donde se tengan muchas experiencias mientras éstas no nos denigren, así se conserva la dignidad y se gana sabiduría. Ser autónomos, dueños de nosotros mismos. Hay muchas cosas que no son fáciles de llevar a cabo; pero eso hace la diferencia entre un hombre grande y un cualquiera (o peor, uno despreciable)

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